El cronista argentino m¨¢s querido en Italia
El argentino Mart¨ªn Caparr¨®s se convierte en el primer latinoamericano que gana el premio Tiziano Terziani
Mirar, narrar, dudar. Esos son los verbos preferidos del periodista y escritor Mart¨ªn Caparr¨®s (Buenos Aires, 1957). En eso anda metido desde hace 40 a?os. Y ese modo de mirar, narrar, dudar lo ha llevado a convertirse en el primer latinomericano en recibir el Premio Literario Internacional Tiziano Terziani ¡ªel gran periodista y escritor florentino, fallecido en 2004¡ª, la noche del s¨¢bado en el Teatro Nuevo Giovanni de Udine, cerca de Trieste, la ¨²ltima ciudad fronteriza al norte del Belpaese.
El jurado, formado por reconocidos periodistas italianos, ha destacado el valor de su libro El hambre, ¡°un apasionado reportaje que denuncia en forma l¨²cida un flagelo evitable y hace un llamado a la responsabilidad colectiva e individual de un problema com¨²n¡±.
Un periodista de a pie, de esos que para contar una historia necesitan mirar antes de escribir. Y recalcando su estampa de viajero pr¨¢ctico, se presenta con alpargatas, vaqueros y camisa negros para explicar c¨®mo madur¨® durante muchos a?os su libro que parte con una pregunta: por qu¨¦, en un planeta con comida suficiente, mueren 25.000 personas cada d¨ªa por falta de alimentos.
Caparr¨®s anda feliz y tranquilo caminando y concediendo entrevistas por esta ciudad se?orial, cuyos edificios transmiten la pasada presencia del Imperio Austroh¨²ngaro. Dice sentirse honrado por el galard¨®n, pero le molesta que nada haya cambiado tras haber escrito 709 p¨¢ginas, sobre un tema que afecta a millones de personas en el mundo. Por eso, dice, esta cr¨®nica-ensayo es un fracaso total, por dos razones: ¡°Todos los libros son un fracaso, porque nacen con tantas posibilidades y luego lo que termina siendo es apenas una parte. Por otro lado, es un libro sobre la mayor cat¨¢strofe de nuestra cultura, no puede ser un ¨¦xito un libro sobre un tema como el hambre¡±. Eso s¨ª, lo tiene muy contento que el Gobierno alem¨¢n haya decidido publicar ediciones baratas de El Hambre para distribuirlas en centros p¨²blicos de ense?anza.
A Caparr¨®s le molesta que nada haya cambiado tras haber escrito 709 p¨¢ginas, sobre un tema que afecta a millones de personas en el mundo
Mirar, narrar, dudar. Los verbos favoritos de Mart¨ªn Caparr¨®s. Y eso es lo que hace para contar un tema que ya desde el t¨ªtulo puede sonar manoseado. Con los ojos de un periodista que se asombra ante la gente com¨²n y corriente y sin comida de las periferias del planeta. Viaj¨® por India, Bangladesh, Nigeria, Kenia, Estados Unidos, Madagascar, Espa?a y Argentina. Entrevist¨® a un centenar de personas, siempre con la intenci¨®n de no caer en los t¨®picos, como ¨¦l mismo reconoce, un gran desaf¨ªo. ¡°Es lo primero que dice Miss Venezuela cuando acaban de nombrarla Miss Mundo: que quiere acabar con el hambre en el mundo, despu¨¦s se va, se pone la corona de diamantes y hace campa?as para las firmas de maquillaje. Dur¨¦ a?os pens¨¢ndolo, porque no encontraba la manera, despu¨¦s se me ocurrieron tres o cuatro cosas que me pod¨ªan ayudar. Es una actitud, que yo llamo desconfianza, es estar todo el tiempo con una mirada muy cr¨ªtica¡±, dice, mientras bebe un caf¨¦.
Con esa voz dulce que parece no pertenecerle ¡ªtal vez porque en las fotos lo retratan siempre como muy serio¡ª Caparr¨®s describe la imagen del hambre que le ha quedado grabada en la retina: ¡°Cerca de Buenos Aires, cada tarde, miles de personas acuden a recoger basura a una colina artificial. La gente espera que abran el port¨®n y luego, corren un kil¨®metro para recoger lo que otros tiran. Es una imagen ir¨®nica: Argentina produce 400 millardos de alimentos al a?o¡±.
El buen cronista narra, mira, duda y tambi¨¦n escucha. Caparr¨®s es el creador de una treintena de libros en los que conjuga sus verbos favoritos y no se cansa de preguntar. Autor de cr¨®nicas emblem¨¢ticas, cuestiona siempre la funci¨®n del periodismo. ¡°El hambre es una mezcla de g¨¦neros, pero me parece que cada vez m¨¢s, los g¨¦neros interesantes son aquellos que se mezclan. Y efectivamente, si esta es una cr¨®nica es una cr¨®nica que analiza m¨¢s, si es un ensayo cuenta m¨¢s que un ensayo. Pero tratando de potenciar cada uno, efectivamente, el trabajo de cronista para el hambre es todo excesivo, porque encontr¨¦ cientos de personas. Escuch¨¦ hablar a mucha gente, un gran privilegio de este trabajo: una buena excusa para que personas muy lejanas, distintas, te cuenten su vida¡±.
Quienes le dieron la llave para entrar en el periodismo narrativo fueron, sin duda Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Rodolfo Walsh, Truman Capote, entre otros. De ellos aprendi¨® mandar al carajo aquella forma de escribir que se ense?a a los periodistas en las aulas universitarias: la pir¨¢mide invertida. ¡°Hay mucha prevenci¨®n con el uso de la primera persona. Los periodistas tratan de simular que los textos se escriben solos, cosa que es dif¨ªcil de sostener. En general, todos los textos los escriben en primera persona. El gran truco de la prensa consiste en convencerte en que no hay un sujeto que escribe¡±.
Caparr¨®s describe la imagen del hambre que le ha quedado grabada en la retina
Le han preguntado mucho sobre el futuro del periodismo. Y quiere dejar claro que, a base de clics, la prensa escrita est¨¢ declarando su condena a muerte. ¡°En los ¨²ltimos a?os, la prensa escrita ha ca¨ªdo en la l¨®gica del rating, antes com¨²n en los medios audiovisuales; ahora tienen la posibilidad de ver minuto a minuto, cu¨¢ntos clics ha recibido un art¨ªculo; entonces caen en la tentaci¨®n de producir art¨ªculos que produzcan muchos clics. Y eso, que parece una buena soluci¨®n para esta crisis en la que est¨¢n, es contraproducente para el ma?ana, porque la mayor parte de los art¨ªculos desvirt¨²an la idea del medio que lo produce. Entonces terminan convirti¨¦ndose en h¨ªbrido bobo de entretenimiento inmediato. En la medida que los grandes medios sigan esa carrera suicida, ser¨¢n reemplazados poco a poco. Cada vez m¨¢s gente inteligente va a decidir que no tiene ganas de leer temas superficiales¡±.
El periodismo se escribe cada d¨ªa, mirando, narrando, dudando. Tiene un par de consejos para los j¨®venes cronistas: ¡°Si no leen, que no intenten escribir, no vale la pena. Y bueno, que se busquen la vida. Vale la pena¡±.
¡ª?Vale la pena?
¡ªS¨ª. Hay cosas que no he hecho en la profesi¨®n porque prefer¨ª hacer cr¨®nicas.
Babelia
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