?Est¨¢ en peligro ¡®El Ministerio del Tiempo¡¯?

?De verdad son tan pocos los espectadores de El Ministerio del Tiempo?

Entonces, ?qu¨¦ demonios pasa con ese fen¨®meno minist¨¦rico? ?Mucho ruido y pocas nueces? Ni mucho menos. El Ministerio del Tiempo nunca ha destacado por sus altos datos de audiencia. Ha funcionado bien, muchas veces ha sido l¨ªder de la noche, pero con cifras que no tienen nada que ver con las de El Pr¨ªncipe, La que se avecina o Velvet. Pero eso es en las cifras de audiencia tradicional. Buena parte de la audiencia de El MInisterio del TIempo pertenece a ese tipo de p¨²blico que ve la televisi¨®n cuando, donde y como quiere. Televisi¨®n Espa?ola tiene una fant¨¢stica web donde poder ver c¨®modamente los cap¨ªtulos. Tambi¨¦n est¨¢ disponible en otras plataformas (mucha gente se enganch¨® a ella a trav¨¦s de Netflix o de Yomvi). Todos esos datos de audiencia no se est¨¢n teniendo en cuenta en los datos de cada semana.

La dura competencia

En las ¨²ltimas semanas, Telecinco y Antena 3 se han lanzado a por la noche de los lunes con sus armas m¨¢s poderosas: Telecinco con Bert¨ªn Osborne y Antena 3 con la serie La embajada. Adem¨¢s, ha vuelto Juego de tronos, una serie que comparte perfil de p¨²blico con El Ministerio. S¨ª, en Espa?a tenemos series que comparten p¨²blico objetivo con ficciones estadounidenses. La competencia es muy dura, pero la cadena p¨²blica no deber¨ªa dejarse llevar por el juego por la audiencia.

El par¨®n y los problemas de comunicaci¨®n de TVE

Cuando volvi¨® Juli¨¢n a El Ministerio del Tiempo y termin¨® la aventura de los ¨²ltimos de Filipinas, nos encontramos con que la serie se marchaba de par¨®n. TVE nos lo solt¨® de repente, sin aviso previo, sin decir cu¨¢ndo volver¨ªa. Era una parada prevista, pero se comunic¨® tan mal que cundi¨® el p¨¢nico. En esas dos semanas sin serie, sus seguidores buscaron otra cosa que ver los lunes por la noche y las cadenas de la competencia aprovecharon para mover ficha y rearmarse para la batalla primaveral. Cuando la serie volvi¨®, lo hizo frente a estrenos en el resto de canales. El par¨®n, necesario por cuestiones de producci¨®n, le hizo da?o. Quiz¨¢ si se hubiera informado mejor de los planes, los fans habr¨ªan entendido qu¨¦ estaba pasando. O quiz¨¢ si se aprovechase mejor desde el punto de vista promocional tener guionistas y directores invitados (como en el cap¨ªtulo de esta semana, firmado por Borja Cobeaga y Diego San Jos¨¦), igual las cosas ser¨ªan de otra forma.

?Netflix como alternativa?

Viendo el panorama, puede que haya llegado el momento de plantearse alternativas en el caso de que TVE decida que el reconocimiento y prestigio que aporta la serie a la cadena no es suficiente para mantenerla en sus filas. Los fans han tomado la iniciativa y han abierto una petici¨®n en Change.org para solicitar a Netflix que repesque la serie si es cancelada por TVE. La plataforma online ya ha resucitado antes ficciones canceladas por sus respectivas cadenas, as¨ª que parece una alternativa viable. Desde luego, ser¨ªa una l¨¢stima porque robar¨ªa la posibilidad de ver la serie a muchos espectadores y porque El Ministerio del Tiempo, con su mezcla de didactismo hist¨®rico y cultural, aventuras, entretenimiento y riesgo, es una serie perfecta para TVE. Pero tambi¨¦n ha logrado una repercusi¨®n internacional suficiente como para que Netflix pueda poner los ojos en ella y llevarla a su audiencia mundial.

Pero antes, paciencia y a disfrutar

Todos los datos est¨¢n ah¨ª. S¨ª. Pero tambi¨¦n siguen ah¨ª los minist¨¦ricos incondicionales. Quedan varios cap¨ªtulos por delante (tres con el de esta noche) para disfrutar. Luego ya veremos qu¨¦ pasa. En cualquier caso, TVE deber¨ªa cuidar m¨¢s su ficci¨®n, esa de la que tanto presume pero con la que luego hace cosas tan extra?as como estrenar El Caso, cr¨®nica de sucesos lanz¨¢ndola a los leones contra la Champions y en v¨ªspera de Semana Santa. TVE no se deber¨ªa permitir el lujo de prescindir de El Ministerio del Tiempo, una serie que le aporta mucho m¨¢s que audiencia, una serie por la que apost¨® a pesar de que sobre el papel pod¨ªa sonar a locura. Si arriesg¨® entonces, ?por qu¨¦ no seguir arriesgando ahora?