?Mordido por la cascabel muda!
El ornit¨®logo Peter Boesman perdi¨® una pierna por el ataque en la selva peruana de una v¨ªbora surucuc¨²
Estaba yo tan ricamente leyendo los Consejos a los cazadores de v¨ªboras, el librito del naturalista y gran ornit¨®logo William Henry Hudson que es un extra?o canto de amor a esas ponzo?osas serpientes, cuando, en junguiana conexi¨®n, Jos¨¦ Luis Copete me envi¨® una simp¨¢tica foto de un adulto de Bothrops atrox(la temida v¨ªbora americana Fer-de-Lance, barba amarilla o mapanare) zamp¨¢ndose un agut¨ª, un roedor considerable que llega a pesar cinco kilos. El fin de semana se animaba.
Hudson recuerda en su libro el mito de Melampos, que salv¨® a unas j¨®venes serpientes por lo que estas, agradecidas, le concedieron el poder de entender a los animales lami¨¦ndole las orejas. En realidad uno no dejar¨ªa que una v¨ªbora le lamiera las orejas ni aunque ello le permitiera entender, como el tal Melampos, a las termitas, escapando as¨ª del derrumbe de una viga.
Conocedor de mi inter¨¦s por las serpientes que raya en lo morboso, Jos¨¦ Luis , que acaba de regresar de una de sus maratones de observaci¨®n de aves (finaliz¨® con 211 especies, incluido el mochuelo boreal), me habl¨® de su colega Peter Boesman, que, precisamente, "perdi¨® la pierna por la mordedura de una Fer-de-Lance¡ Se la amputaron, aunque salv¨® la vida. El t¨ªo sigue en activo, aunque va por ah¨ª con una pierna de pl¨¢stico".
El tema me interes¨® much¨ªsimo. Mi abuelo me relat¨® de ni?o la ocasi¨®n en que, de expedici¨®n en la selva venezolana, a uno de los porteadores indios lo mordi¨® en el pie una mapanare. Sin pens¨¢rselo, el hombre apoy¨® la extremidad en un toc¨®n de ¨¢rbol y ?zas!, se la cort¨® con el machete.
El belga Boesman es un experto mundial en vocalizaciones de p¨¢jaros (adem¨¢s de excelente pianista) que lleva 25 a?os registrando cantos en los lugares m¨¢s remotos. As¨ª, no es de extra?ar que se topara un desdichado d¨ªa en la selva peruana con una de las serpientes m¨¢s peligrosas del mundo, no una Fer-de-Lance sino, como me ha explicado ¨¦l mismo, una Bushmaster (Lachesis muta muta), una cascabel muda, tambi¨¦n llamada surucuc¨², shushupe y ya con gran sentido dram¨¢tico (pero sin faltar a la verdad) matabueyes y "el silencioso hado de los tr¨®picos americanos".
La rara, secreta y temida lachesis, de legendario estatus, es un pedazo de bicho, la v¨ªbora m¨¢s larga, que puede llegar a los 3,6 metros y cuya mordedura, seg¨²n un estudio en Costa Rica, provoca la muerte en un 80 % de los casos, incluso con ant¨ªdoto. Afortunadamente es un animal dif¨ªcil de ver. Prima de las cascabeles posee una espina c¨®rnea al final de la cola que vibra cuando la molestan, aunque no suena (de ah¨ª lo de muda). Su nombre cient¨ªfico hace referencia a L¨¢quesis, una de las Moiras griegas que controlaban el hilo de la vida de los seres humanos. Una delicia, vamos.
Boesman me ha explicado que no vio a la que le mordi¨® hasta despu¨¦s del ataque. "Fue mientras camin¨¢bamos en fila por un sendero en la selva. Yo iba el segundo. Algo debi¨® provocar a la serpiente. Tras morderme se apart¨® y se puso en posici¨®n de alerta". ?Duele que te muerda la muerte muda? "La mordedura misma es un doloroso y breve impacto. Unos segundos despu¨¦s empiezas a no notar la pierna. Obviamente luego los efectos son muy dolorosos". ?Miedo? "Nunca he sido muy aficionado a las serpientes, siempre he mantenido las distancias; eso no ha cambiado despu¨¦s de la mordedura". Pero el incidente le habr¨¢ provocado algo de fobia. "Puede que temporalmente tuviera menos confianza al caminar en la jungla. Pero despu¨¦s de un tiempo regres¨® el comportamiento racional".
Da que pensar que alguien se pueda tomar con tanta flema el ataque de una serpiente que te cuesta una pierna. No vamos a juzgar las dotes de contador de historias de Boesman, pero quede aqu¨ª constancia de su indudable valor.
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