El ADN del arte espa?ol estaba oculto en los Uffizi
Madrid acoge el resultado de un estudio sobre los dibujos del museo florentino
Entre borrones y rasgu?os, los dibujos cuentan las dudas, los empecinamientos, las puertas de entrada y los callejones sin salida de su proceso de creaci¨®n. Y no solo dejaron sus huellas sobre ellos los artistas, que los tomaron como germen de algo posterior o sencillamente como lugar de ensayo. Tambi¨¦n cargan en muchas ocasiones los trazos de los coleccionistas que los atesoraron durante siglos. El conjunto construye un complejo ADN cuyo estudio ha permitido la reconstrucci¨®n, por vez primera de la historia, del dibujo espa?ol de los siglos XVI al XVIII con 129 obras, 70 de ellas in¨¦ditas. Los fondos pertenecen a la Galer¨ªa de los Uffizi. All¨ª estaban guardados con atribuciones y anotaciones err¨®neamente interpretadas. Una relectura de esas se?ales del tiempo, realizada por el experto Benito Navarrete a lo largo de casi dos a?os, ha permitido reconstruir una narraci¨®n que desde hoy y hasta el 24 de julio se puede ver en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Titulada I segni nel tempo, la exposici¨®n es una oportunidad ¨²nica de ver reunidas unas obras cuya fragilidad hace que raramente salgan de los archivos del museo florentino. La muestra, organizada por la Fundaci¨®n Mapfre, se acompa?a de una extensa publicaci¨®n financiada por Ayuda Garc¨ªa Vi?olas, en la que cada dibujo se reproduce junto a su historia, la t¨¦cnica con la que fue realizado y la obra de arte que acab¨® siendo: ¨®leos, retablos, molduras o tapices. Entre los artistas incluidos se encuentran herederos de la maniera italiana como Alonso Berruguete, Gaspar Becerra o Luis de Vargas, o los m¨¢s prol¨ªficos dibujantes del Siglo de Oro: Jos¨¦ de Ribera, Alonso Cano, Francisco de Herrera el Mozo, Antonio del Castillo, Vicente Carducho, Juan Carre?o, Francisco Rizi o Claudio Coello, para culminar en la obra de Miguel Jacinto Mel¨¦ndez.
Benito Navarrete, profesor de la Universidad de Alcal¨¢ y experto en pintura y dibujos espa?oles del Siglo de Oro, explica que el origen de la investigaci¨®n se remonta en realidad a una exposici¨®n que su gran amigo y maestro Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez, director del Prado entre 1983 y 1991, realiz¨® en 1971. Fue entonces la primera vez que se trazaron las l¨ªneas para el estudio del dibujo madrile?o y andaluz.
Navarrete estudi¨® m¨¢s de 40.000 piezas de las muchas que atesora la Galer¨ªa de los Uffizi y descubri¨® que el conjunto ten¨ªa patrones que permit¨ªan reconstruir su origen por peque?as pero determinantes se?ales incluidas en los papeles. ¡°Ante m¨ª, ten¨ªa la posibilidad de descubrir el mundo ¨ªntimo y secreto de cada obra¡±, cuenta el experto. Con esas se?ales y su conocimiento del tema pudo demostrar que muchos de los dibujos guardados como de autores alemanes, franceses o italianos eran en realidad espa?oles. Una primera parte de este conjunto hab¨ªa sido comprada por un comerciante florentino, Giovanni Filippo Michelozzi. De ah¨ª, pasaron al museo florentino. El otro bloque, 12.704 papeles en total, se lo qued¨® el escultor Emilio Santarelli, quien tambi¨¦n los don¨® a la instituci¨®n.
¡°Hist¨®ricamente¡±, explica Navarrete, ¡°han estado divididos. Nada menos que un 20% de los que se ten¨ªan por italianos eran espa?oles¡±.
El car¨¢cter de documento personal y privado del dibujo implicaba que los artistas no se desprend¨ªan de tan personales apuntes. Si en estos papeles hab¨ªa ideas que no serv¨ªan para el proyecto que ten¨ªan en marcha, pod¨ªan ser de utilidad para el futuro. ¡°Estamos hablando de artistas ya valorados en el mercado del momento y celosos de sus proyectos, exactamente igual que ocurre ahora¡±, reflexiona Navarrete. Algunos quer¨ªan conocer las carpetas secretas de los otros, pero raras veces se compart¨ªan.
En la b¨²squeda de esas pruebas de talento participaron pronto los coleccionistas m¨¢s finos, conscientes de que aunque las obras de arte definitivas son joyas m¨¢s acabadas, los dibujos ofrecen valiosas pistas sobre el talento de sus autores.
Descubrimientos y alg¨²n que otro disgusto
Cuando se le pide al comisario de la exposici¨®n que escoja los cinco descubrimientos m¨¢s relevantes de su investigaci¨®n, Benito Navarrete responde que ofrecer un veredicto de esas caracter¨ªsticas es imposible, y que el mayor descubrimiento es el conjunto que cuelga hasta el 24 de julio en las salas de la Academia. Ese es el mayor hallazgo.
Eso s¨ª, para empezar reconoce una mala noticia: un dibujo de un joven que se atribu¨ªa a Vel¨¢zquez no es suyo. Puede ser de un artista alem¨¢n.
Superado el disgusto velazque?o, Navarrete se?ala orgulloso tres dibujos de Miguel Jacinto Mel¨¦ndez que retratan a Felipe V, mal ubicados entre los dibujos franceses o los atribuidos a Niccolo Cassana, y que contribuyen notablemente no solo a conocer mejor el estilo del gran artista madrile?o sino a evidenciar la evoluci¨®n fision¨®mica del primer Borb¨®n espa?ol.
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