¡®High tech¡¯ de barro en un aeropuerto de drones
La c¨²pula para su aeropuerto de drones en Ruanda es un homenaje de Norman Foster al valenciano Rafael Guastavino
En la pr¨®xima Bienal de Venecia, Norman Foster, s¨ªmbolo durante d¨¦cadas de la arquitectura high tech, mostrar¨¢ su particular homenaje al valenciano Rafael Guastavino, descrito por Oriol Bohigas como el primero y el m¨¢s internacional de nuestros arquitectos. Lo har¨¢ cuando descubra la maqueta 1-1 de la c¨²pula tabicada que ha ideado para su aeropuerto de drones en Ruanda. Aunque el brit¨¢nico no hable de Guastavino directamente, el hecho de que haya elegido la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid para construir sus b¨®vedas reconoce el invento espa?ol.
Lo cuenta Carlos Mart¨ªn, el bovedista ¡ªespecializado en yeser¨ªas mud¨¦jares y barrocas¡ª que la est¨¢ construyendo. ¡°Cuando vino a vernos fue el d¨ªa m¨¢s feliz de mi vida¡±. ?Qu¨¦ deuda tiene la b¨®veda de Foster con Guastavino? ¡°Toda. Es guastaviniana, pero su dise?o es m¨¢s moderno¡±.
Guastavino (Valencia, Espa?a, 1842¨CBaltimore, Estados Unidos, 1908) fue un arquitecto no-arquitecto que marc¨® la identidad de los edificios p¨²blicos de Manhattan, una ciudad sembrada de rascacielos que eleg¨ªa para sus inmuebles bajos ¡ªcomo el c¨¦lebre Oyster Bar de Grand Central Station¡ª, un invento medieval espa?ol. Guastavino y sus clientes tuvieron el valor de apostar por una t¨¦cnica constructiva milenaria en tiempos de incipiente industrializaci¨®n. El valenciano fue adem¨¢s prolijo (construy¨® m¨¢s de 1.000 edificios) e hizo gala de los mismos atributos que caracterizan a los proyectistas legendarios: renaci¨® varias veces de sus cenizas y dej¨® pufos econ¨®micos y sentimentales en varias ciudades del globo.
Si como personaje Guastavino encarna el sue?o americano, como profesional dot¨® de identidad la arquitectura p¨²blica norteamericana. ?Por qu¨¦ dej¨® entonces de construirse con el sistema que tan buen resultado le dio a ¨¦l? Manuel Fortea ¡ªque trabaja analizando el deterioro de la c¨²pula de la catedral neoyorquina de St. John de Divine, la mayor ideada por Guastavino¡ª opina que por dos razones. La primera, porque qued¨® fuera de las ense?anzas acad¨¦micas. La segunda, porque no existe normativa. ¡°Eso en una sociedad garantista como la nuestra es matar la t¨¦cnica, porque las aseguradoras no la aceptan¡±, dice. El libro de este profesor de patolog¨ªa en la Escuela Polit¨¦cnica de C¨¢ceres, El origen de la b¨®veda tabicada, ha sido traducido por la Universidad de Columbia. En ¨¦l se sit¨²a en Almer¨ªa, y hacia el siglo XI, el origen de este tipo de b¨®veda, que ¨¦l atribuye a la confluencia de una t¨¦cnica de origen bizantino con un material local ¡ªel yeso¡ª que permite poner un tabique en horizontal. El propio Fortea, y otro arquitecto experto en b¨®vedas, Julio Jes¨²s Palomino, construyen en Sierra Leona un orfanato empleando esa t¨¦cnica.
Adem¨¢s de su belleza, ?qu¨¦ hace relevante a la t¨¦cnica de las b¨®vedas tabicadas hoy? Su duraci¨®n, su precio, su falta de mantenimiento, su rapidez constructiva, el hecho de que sean ign¨ªfugas y que su construcci¨®n supone un ahorro energ¨¦tico del 30% respecto al hormig¨®n o al metal, explica Fortea. ?Nos acercar¨¢ el m¨¢s por menos de la crisis econ¨®mica al renacimiento de una alta tecnolog¨ªa que se aplica ensuci¨¢ndose las manos?
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