Lo que esconde ¡®El jard¨ªn de las delicias¡¯
Jos¨¦ Manuel Ballester hace desaparecer los personajes de obras de El Bosco, El Greco y Goya para darles una visi¨®n actual en el Museo L¨¢zaro Galdiano de Madrid
?Qu¨¦ suceder¨ªa si de una obra tan emblem¨¢tica como El jard¨ªn de las delicias, de El Bosco, desapareciesen todos los personajes y solo quedara el paisaje? Es m¨¢s, ?qu¨¦ sentido tendr¨ªa hacer algo as¨ª? El fot¨®grafo Jos¨¦ Manuel Ballester (Madrid, 1960) sostiene que al despojar las obras y reducirlas a sus elementos b¨¢sicos, el espectador, ¨²nico due?o de lo que ve, encontrar¨¢ los elementos secretos manejados por el artista. Solo entonces, cree, estar¨¢ en condiciones de hacer una lectura propia del siglo XXI.
El autor ha aplicado ese tratamiento a piezas de Goya, El Bosco y El Greco en la sorprendente exposici¨®n Paisajes encontrados, que hasta el 11 de septiembre se puede ver en el Museo L¨¢zaro Galdiano de Madrid. Patrocinada por el Banco de Santander e Idealista, la muestra prolonga la serie Espacios ocultos, iniciada por Ballester en 2007.
En esta ocasi¨®n, el artista ha elegido seis pinturas de tres grandes maestros presentes en la colecci¨®n del L¨¢zaro Galdiano: El Bosco (Bolduque, Pa¨ªses Bajos, 1450-1516), El Greco (Heraclion, Grecia, 1541-Toledo, 1614) y Francisco de Goya (Fuendetodos, Zaragoza, 1746-Burdeos, 1828). Todas se muestran junto a las intervenciones de Ballester en las que, mediante un meticuloso proceso tecnol¨®gico, ha eliminado los personajes de pinturas tan conocidas como El conjuro o Las brujas, El aquelarre y La era o El verano, de Goya; San Francisco en ¨¦xtasis de El Greco; Meditaciones de san Juan Bautista de El Bosco o La visi¨®n de Tondal, del taller de El Bosco. Completa el conjunto una pareja compuesta por Cristo crucificado con Toledo al fondo, de El Greco, prestada por la colecci¨®n del Santander, y Lugar para la crucifixi¨®n, realizada a partir de ¨¦sta.
Y coincidiendo con la celebraci¨®n del 500? aniversario de la muerte de El Bosco, Ballester muestra una pieza basada en El jard¨ªn de las delicias (del Prado), un v¨ªdeo de unos siete minutos con sorprendentes conclusiones.
Ballester explica que al suprimir la narraci¨®n de todas ellas se ha encontrado con paisajes cargados de significado. Goya, por ejemplo, pinta unos cielos que reflejan el tiempo de turbulencias (en El aquelarre) que le toc¨® en suerte y tanto le atenazaba. En la obra de El Bosco, el paisaje anuncia el Renacimiento como otra manera de contemplar el mundo. ¡°Son unas nubes que alimentar¨¢n a los surrealistas, a los expresionistas alemanes e incluso a Walt Disney¡±, asegura Ballester. ¡°Una obra vive cuando el espectador la contempla. En el almac¨¦n no existen. Tenemos muchos ejemplos en la historia: durante dos siglos decidi¨® arrinconar a Bach y hoy es esencial en nuestras vidas¡±.
Junto a la obra original, el fot¨®grafo expone sus ¡°apropiaciones¡±, como le gusta definirlas. Son impresiones digitales. ¡°La realidad virtual es hoy tan importante como lo fue el descubrimiento de la perspectiva en el Renacimiento¡±.
V¨ªdeo revelador
El premio Nacional de Fotograf¨ªa de 2010 resume esa nueva forma de ver el arte con el v¨ªdeo que ha creado sobre El jard¨ªn de las delicias, una obra cargada de enigmas. ¡°Son muchos los que mantienen que es una obra religiosa. Yo no lo veo as¨ª. Para m¨ª es una enciclopedia del saber en la que la religi¨®n y la ciencia est¨¢n representadas por igual. Si nos fijamos en los tres paneles del tr¨ªptico, responden a una estructura geom¨¦trica. Est¨¢n todas las formas de saber de los pitag¨®ricos, pero tambi¨¦n de los alquimistas¡±.
En el caso de El Cristo de El Greco, que Ballester reduce a un tormentoso paisaje en cuya base resplandece una calavera, recuerda que esos cielos no eran reales, sino recreaciones del artista. ¡°La reforma y la contrarreforma eran una amenaza inquietante. Lo que aflora entre esas nubes es el miedo y eso es lo esencial de la obra¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.