No hable con ella (todav¨ªa)

Una comedia ¨¢cida, sin demasiadas concesiones al humorismo, en la que el director y autor finland¨¦s Mika Myllyaho habla de la crisis de identidad masculina en Occidente, a trav¨¦s de tres hombres zarandeados por problemas afectivos, laborales, econ¨®micos y existenciales: Leo, a quien Mar¨ªa, su mujer, le ha pedido que no regrese al hogar hasta que no sepa lo que quiere de ella; Max, su amigo, anfitri¨®n sobrevenido, que por debajo de su calma aparente est¨¢ pasando un calvario; y Joni, hermano de Max y amigo de Leo, que presenta un programa de telerrealidad, vive deslumbrado por el brillo ef¨ªmero de la fama y es incapaz de mantener una relaci¨®n sentimental de calado.

Con estos ingredientes, Myllyaho, director del Teatro Nacional de Finlandia, crea un fresco divertido e incisivo del incremento de las inseguridades varoniles ante tres factores: el empoderamiento femenino, la hiperespecializaci¨®n ensimismada y competitiva que impone el capitalismo y el debilitamiento de las redes familiares y vecinales, que con su densidad de anta?o ten¨ªan un a?orado potencial protector.

Buscando como vadear el reguero que le separa de Mar¨ªa, Leo pone a sus amigos ante su propio fracaso afectivo y vocacional: ambos est¨¢n en la cuerda floja, sin percha y con la m¨¢scara social a punto de ca¨¦rseles. Cuando discuten sobre Hable con ella, pel¨ªcula de Almod¨®var, los personajes de Myllyaho se revelan gemelos de los tres protagonistas de Arte, pero donde Yasmina Reza hablaba de las concesiones que los amigos hacen para mantener unido lo que no lo est¨¢ en el fondo, P¨¢nico habla de la imposibilidad de encontrarse con uno mismo cuando el ego est¨¢ sobredimensionado (el caso de Joni), la relaci¨®n maternofilial est¨¢ mal trabada (el de Max) y el capital simb¨®lico propio est¨¢ devaluado (caso de Leo).

La comedia va in crescendo y acaba en punta. El hiperemotivo Leo de Guillermo Ortega resulta reconocible y cierto, pero algo parco en inflexiones. En sus conversaciones telef¨®nicas, el Joni de Mon Ceballos debiera tener una energ¨ªa m¨¢s calma, para que su estr¨¦s no se solape con el de su amigo: el actor halla el tono y los matices pertinentes a partir de que Leo, durante una sesi¨®n de psicodrama, le coge la mano a Joni. Felipe Andr¨¦s hace una interpretaci¨®n sugestiva, flexible y proteica de Max, cuyo equilibrio emocional aparente anda ca?oneado bajo la l¨ªnea de flotaci¨®n. Quino Falero, el director, compone atinadamente la escena y el ritmo, y tiene su buena parte en el justo ¨¦xito de la comedia, que llen¨® el Teatro Lara el martes noche. Bes¨¢ndose y arrull¨¢ndose justo en los momentos en que se ponen en evidencia las disfunciones de los personajes, una pareja las exorcizaba en las butacas justo de delante de la m¨ªa. Estrenada tambi¨¦n en Mosc¨², Copenhague, Budapest, Minsk, Prem, Riga, Tartu, Florencia y Par¨ªs, P¨¢nico (2005) forma parte de una trilog¨ªa, cuya segunda entrega (Caos), comedia negra femenina, tambi¨¦n se ha producido en Espa?a.