Antonio Palacios, el arquitecto que imagin¨® el centro de Madrid
El Hospital de Jornaleros de Maudes, dise?ado por ¨¦l, cumple un siglo. La Comunidad de Madrid organiza visitas guiadas por sus principales edificios
"Madrid no ser¨ªa igual sin el Palacio de Comunicaciones [sede del Ayuntamiento], sin los edificios del Banco Central o del C¨ªrculo de Bellas Artes, ni sus bocas de metro". Esta frase que el arquitecto Jacobo Armero escribi¨® en su libro Antonio Palacios, constructor de Madrid?para destacar la obra de Palacios en la capital resume la huella que dej¨® este arquitecto gallego en la ciudad:?edificios colosales como el?C¨ªrculo de Bellas Artes o el Hospital de Jornaleros de Maudes ¡ªsede de la Consejer¨ªa de Transportes¡ª, que este a?o cumple un siglo. Las obras de Palacios, que?naci¨® en O Porri?o (Pontevedra) en 1876 y muri¨® en Madrid 69 a?os despu¨¦s, "transformaron a principios del siglo XX Madrid, una modesta poblaci¨®n, en una gran ciudad", escribe Armero. Para homenajear los 100 a?os de esta construcci¨®n,?la Comunidad de Madrid ha organizado de junio a diciembre varias actividades, entre las que hay visitas guiadas por sus principales edificios y conferencias sobre su vida, que comienzan este s¨¢bado.
Palacios se cri¨® en O Porri?o, un pueblo cercano a Vigo que basa su econom¨ªa, sobre todo, en la venta de granito. "Su familia ten¨ªa varias canteras y quiz¨¢s por eso ¨¦l es tan dado a usar la piedra de manera tan brutalista", explica Miguel ?ngel Baldellou, catedr¨¢tico de composici¨®n arquitect¨®nica. El Palacio de Comunicaciones, que Palacios construy¨® entre 1907 y 1919 con su compa?ero arquitecto Joaqu¨ªn Otamendi tras ganar el concurso p¨²blico, es su edificio m¨¢s conocido y un ejemplo de esta manera formidable de usar los materiales. Baldellou cree que sin este arquitecto no se podr¨ªa entender el Madrid actual: "La ciudad le debe a Palacios el aire urbano que tiene ahora con piezas singulares que no desentonan".
La fama que consigui¨® Palacios tras la construcci¨®n del Palacio de Comunicaciones ¡ªal principio sede de la Sociedad de Correos y Tel¨¦grafos de Espa?a¡ª?lo coloc¨® entre los principales arquitectos de su ¨¦poca. "?l, sin embargo, era muy cl¨¢sico y se desvincul¨® de las corrientes europeas, del modernismo ortodoxo, lo que hizo que los arquitectos j¨®venes lo viesen como un hombre rezagado", cuenta Baldellou. Su trabajo en el centro de Madrid no tiene comparaci¨®n con ning¨²n otro arquitecto: Palacios dise?¨® entre la Gran V¨ªa, la calle de Alcal¨¢ y la Puerta del Sol, el centro tur¨ªstico de la ciudad, una cantidad de edificios tremenda. La Casa Matesanz, en el 27 de la Gran V¨ªa ¡ªuna de las arterias principales de Madrid¡ª, la rehabilitaci¨®n del Hotel Avenida, en el 34 de la misma calle, o la sede del?Banco Mercantil e Industrial en el 31 de Alcal¨¢, son solo un ejemplo. "Puestos a hablar de calidad arquitect¨®nica, Palacios es uno de los mejores. Su influencia en el centro de la capital pudo ser mayor porque tambi¨¦n tuvo propuestas que no se llegaron a realizar", relata Baldellou.
Entre sus trabajos inconclusos est¨¢ una reforma de la Puerta del Sol, el kil¨®metro cero de Espa?a. La transformaci¨®n que quer¨ªa Palacios, y en la que trabaj¨® 20 a?os, no solo afectaba a la plaza, sino a todo su entorno: propon¨ªa una demolici¨®n masiva para levantar edificios cl¨¢sicos en torno a una Puerta del Sol con forma el¨ªptica y cerrada con arcos de triunfo. Los derribos ¡ª161 manzanas que deb¨ªan ser expropiadas y demolidas¡ª y el precio de construcci¨®n ¡ª 220 millones de pesetas¡ª hicieron inviable la idea con la que Palacios aspiraba a crear un centro monumental a la altura de Par¨ªs o Viena.
Baldellou destaca la manera en la que Palacios aunaba la cer¨¢mica y las esculturas con sus obras, su calidad t¨¦cnica y la resistencia de sus edificios, pero su trabajo tambi¨¦n marc¨® otro de los iconos de la ciudad: fue ¨¦l quien dise?¨® el logotipo en forma de rombo del metro de Madrid, adem¨¢s de varias estaciones y accesos de las primeras l¨ªneas del suburbano. "Palacios, como Gaud¨ª, construye edificios muy singulares. La diferencia es que los de Gaud¨ª no tienen relaci¨®n con los de alrededor y los del arquitecto gallego s¨ª. Adem¨¢s, Palacios no acaba de tener la fuerza de Gaud¨ª", opina Baldellou.
Algunos de sus edificios, como el Hospital de Jornaleros o el inmueble n¨²mero 3 de la calle del Arenal ¡ªel primero que naci¨® para albergar locales comerciales¡ª, tienen la denominaci¨®n de Bien de Inter¨¦s Cultural. Otro aspecto que le gusta a Baldellou de Palacios es su car¨¢cter y su buena oratoria: "En broma, en la casita que se construy¨® en El Plant¨ªo, que era muy peque?a y en la que falleci¨®, a la gente que llegaba le dec¨ªa: 'pase usted a la sala de estar de pie".
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