La culpa en el retrovisor

Toda comunidad parece levantarse sobre el yacimiento de culpa que la hizo posible: una culpa colectiva cuyo borrado suele ser gestionado por los nuevos mecanismos del poder y que quiz¨¢ s¨®lo algunos miembros de dicha comunidad seguir¨¢n experimentando como carga traum¨¢tica propia. Y como responsabilidad propia. De todo esto habla una pel¨ªcula como Magallanes, opera prima como director del actor Salvador del Solar que adapta la novela breve del peruano Alonso Cueto La pasajera. En el sustrato de la historia est¨¢ el trauma colectivo del enfrentamiento militar con Sendero Luminoso y los abundantes da?os colaterales que dej¨® el conflicto entre quienes tuvieron la mala fortuna de encontrarse con su fuego cruzado. La pel¨ªcula funciona, con una gran solvencia, tanto como puesta al d¨ªa de los postulados de la serie negra y como insidiosa exploraci¨®n de una memoria inc¨®moda que, latiendo bajo los cimientos de la rep¨²blica democr¨¢tica, suele ser acallada con frases como la que pronuncia un personaje hacia el final del metraje: ¡°Aqu¨ª no ha pasado nada¡±.

El mexicano Dami¨¢n Alc¨¢zar, capaz de pasar de la turbiedad a la indefensi¨®n con un simple afeitado (en el curso de una secuencia decisiva), da vida a Harvey Magallanes, gran coraz¨®n problem¨¢tico de la pel¨ªcula, ch¨®fer de su antiguo jefe militar y taxista ocasional que, un d¨ªa, reconoce en una de sus pasajeras a un acusador eco del pasado. El personaje es la pel¨ªcula: una presencia enigm¨¢tica que va desvelando fragilidades y matices, al que contemplamos abocarse inexorablemente a la ca¨ªda en busca de una esquiva redenci¨®n o, en un gesto radical, ofrecerse como depositario de una culpa de la que fue parte, pero no arquitecto; una figura al mismo tiempo noble ¨Cun caballero andante degradado- y pat¨¦tica ¨Cun espectro enamorado sin esperanza en el horizonte-, que tiene en la mirada del actor todas las gamas de la derrota y en su presencia, la inquebrantable rabia del superviviente.

Que el coronel interpretado por Federico Luppi sea v¨ªctima del Alzheimer proporciona al actor el reto de comunicar (confusi¨®n, violencia, debilidad, crueldad) con certeros recursos m¨ªnimos, pero tambi¨¦n le da a Magallanes su simbolismo m¨¢s obvio. Actriz m¨¢s eficaz en el ensimismamiento que en la palabra, Magaly Solier pierde algo de autoridad cuando, en una secuencia de confrontaci¨®n con uno de sus verdugos, verbaliza con crispada explicitud todo lo que ya hab¨ªa quedado claro. Ninguno de estos reparos llega a estropear este s¨®lido debut.