¡®El hombre de tu vida¡¯, la televisi¨®n de ayer
Quiz¨¢ sea por su ambici¨®n por llegar a todo tipo de p¨²blico o el tono demasiado familiar. Pero la serie de TVE parece sacada de los a?os noventa
Si la televisi¨®n ha evolucionado mucho en los ¨²ltimos a?os, las series lo han hecho m¨¢s a¨²n. Tenemos m¨¢s acceso a ficci¨®n televisiva que nunca, con m¨¢s plataformas, m¨¢s posibilidades para elegir qu¨¦, cu¨¢ndo y c¨®mo verlo. Nos llegan tantas series de fuera que es imposible verlo todo. Y las de aqu¨ª tambi¨¦n se nutren de esas influencias. Los espectadores saben m¨¢s, son m¨¢s exigentes, ya no vale cualquier cosa. Por eso cuando se encuentran productos que se resisten a apuntarse a esa evoluci¨®n y siguen recurriendo a f¨®rmulas del pasado, duele. El hombre de tu vida, la nueva serie de TVE, huele a pasado.
Quiz¨¢ sea su ambici¨®n por llegar a todo tipo de p¨²blico. O el tono demasiado familiar. O unos guiones demasiado blancos y amables. Pero El hombre de tu vida parece una serie sacada de la televisi¨®n que se hac¨ªa en Espa?a en los a?os noventa. Que para aquella ¨¦poca no estaba nada mal, seguro, pero ahora el panorama ha cambiado mucho. Tampoco ayuda el que todo el peso de la historia recaiga en un Jos¨¦ Mota al que estamos demasiado acostumbrados a verlo en formato breve. El primer cap¨ªtulo de la que es su primera serie parec¨ªa un largo sketch en el que solo estamos esperando a que llegue el chiste... sin conseguirlo.
Es dif¨ªcil ver en pantalla a Mota y asumir que estamos ante Hugo Berm¨²dez, un buen hombre sin maldad al que la vida le lleva a aceptar convertirse en un estafador profesional que juega con los sentimientos de las mujeres para quedarse con su dinero dejando a un lado sus escr¨²pulos.
La presentaci¨®n del personaje y la situaci¨®n se hizo larga, rozando el aburrimiento. A los cap¨ªtulos les sobra minutos (y eso que son m¨¢s cortos de lo habitual en Espa?a) y les falta chispa, gracia, alma. La sonrisa casi ni asoma, y eso en una comedia es preocupante. Muy complicado que con tantos peros se consiguiera retener a los espectadores para ver un segundo cap¨ªtulo emitido a continuaci¨®n del primero ¡ªde forma que lo que se hab¨ªa ganado acortando la duraci¨®n habitual, se perdi¨® por esa curiosa decisi¨®n de programaci¨®n¡ª.
Puede que El hombre de tu vida tenga su p¨²blico, pero nuestra ficci¨®n deber¨ªa ambicionar otro tipo de metas.
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