La voz de Ra¨²l Zurita se desangra en verso y prosa
El escritor chileno publica una antolog¨ªa y sus duras memorias de infancia
Que se le pasaran los dolores a la abuela, que no echaran a la familia de la casa en que viv¨ªan realquilados, que se murieran los cuatro al mismo tiempo. Esas tres cosas le ped¨ªa Ra¨²l Zurita a Dios cada vez que iba a la iglesia tras hacer la primera comuni¨®n. La ¡°abuela¡± era Veli, una emigrante con car¨¢cter que dec¨ªa haber sido rica en G¨¦nova y ahora se avergonzaba de ser pobre en Santiago. Los ¡°cuatro¡±, mientras, eran Zurita, su hermana peque?a y su madre. El padre y el abuelo hab¨ªan muerto con dos meses de diferencia cuando el futuro poeta contaba dos a?os y no quer¨ªa a?adir otra pena a la precariedad y a los continuos cambios de domicilio.
A los 66 a?os, el escritor chileno acaba de publicar la versi¨®n definitiva del libro de tintes camusianos en el que relata su infancia y su primera juventud: El d¨ªa m¨¢s blanco (Literatura Random House). Como record¨® anteayer en la Feria del Libro de Madrid durante un coloquio con la poeta Elena Medel, su primera edici¨®n se public¨® en 1998. ¡°Tuvo 10 lectores. Los conoc¨ªa a todos por su nombre. Cuando me propusieron reeditarlo pens¨¦: si van a ser 11, d¨¦jame revisarlo¡±, ironiz¨®.
"Ni pena ni miedo": 3.000 metros de poes¨ªa en la roca
Ra¨²l Zurita es autor de hitos de la poes¨ªa contempor¨¢nea como Antepara¨ªso, Canto a su amor desaparecido, La vida nueva o, publicado en 2011, un poemario oce¨¢nico ¡ª500 p¨¢ginas¡ª que cierra por ahora su obra y que titul¨® con su apellido: Zurita. A esos libros, se dir¨ªa convencionales, habr¨ªa que a?adir su participaci¨®n en el Colectivo de Acciones de Arte (CADA) durante la dictadura chilena y la escritura de versos en el cielo de Nueva York en 1982 usando el humo de avionetas o en el desierto de Atacama empleando excavadoras. "Ni pena ni miedo", escribi¨® en la roca en 1993. La frase mide tres kil¨®metros. Solo puede leerse desde el cielo. ?l, sin embargo, insiste en que le importa m¨¢s vivir que escribir: "La vida nunca ser¨¢ un libro ni un libro ser¨¢ nunca la vida. La literatura es una batalla por abolir esa brecha, el testimonio de una derrota sideral. La vida ha sido para muchos, para demasiados, una tortura. Pero algunos restos de esa batalla son una obra de arte".
El relato alcanza en ocasiones altura de poema en prosa, pero a su autor no le gusta la f¨®rmula: ¡°Poema en prosa suena a decir en bonito lo que no es bonito. Si quise contar ese pedazo de mi ni?ez, fue con la ilusi¨®n de quedar en paz con ella, pero escribir no te deja en paz con nada¡±.
Sufrimiento
En cierto sentido, la prosa de El d¨ªa m¨¢s blanco termina donde empieza la poes¨ªa de Tu vida rompi¨¦ndose (Lumen), la ¡°antolog¨ªa personal¡± de 600 p¨¢ginas que Zurita acaba de publicar en Espa?a coincidiendo con sus memorias. En lugar de cuentos infantiles, la abuela Veli le contaba episodios de la Divina comedia y el primer libro de su nieto termin¨® titul¨¢ndose Purgatorio. Lo public¨® en 1979, seis a?os despu¨¦s de pasar por la c¨¢rcel tras el golpe de Pinochet.
En la cubierta del libro original, un primer plano del corte que se hizo con un hierro candente tras otra detenci¨®n ¡ª¡°corta, pero humillante¡±¡ª que en 1975 le llev¨® a tocar fondo. ¡°Sin sufrimiento no hay escritura¡±, dijo en la Feria del Libro. ¡°La herida es el hueco por el que pasan las palabras¡±. Y al instante matiz¨®: ¡°Eso s¨ª, no se puede buscar el sufrimiento. El deber de todos los seres humanos es la felicidad¡±.
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