Redefinir el mundo a trav¨¦s de la fotograf¨ªa
La realidad siempre escapa a cualquier definici¨®n. Una muestra en el Museo Bellerive lo confirma
La sombra de los ¨¢rboles ennegrece la hierba que enmarca el camino donde Livia, posa con sus brazos extendidos hac¨ªa el cielo. L¨¢szl¨® Moholy- Nagy tom¨® la instant¨¢nea desde el balc¨®n del edificio de la Bauhaus en Dessau, en 1927, donde desde hac¨ªa cuatro a?os hab¨ªa introducido la fotograf¨ªa. Fue all¨ª donde acu?¨® el t¨¦rmino 'Nueva Visi¨®n' que dar¨ªa nombre al movimiento, convencido de que la fotograf¨ªa pod¨ªa llegar donde el ojo humano no alcanzaba a ver y as¨ª desarrollar su inconmensurable capacidad de expresi¨®n.
Est¨¢ imagen, casi abstracta, donde la composici¨®n queda enfatizada por encima del contenido, contiene muchos de los elementos que caracterizaron la obra de Moholy Nagy: picados, sombras y diagonales marcadas. Desde hace 25 a?os pertenece a la colecci¨®n de Dietmar Siegert, entusiasta coleccionista de arte, de cuyos fondos se nutre exclusivamente la exposici¨®n Real Surreal, que se exhibe en el Museum Bellerive de Z¨²rich. Son 220 las obras que dan muestra del br¨ªo creativo del periodo de entreguerras. Momento en el que la fotograf¨ªa comenz¨® a consolidar su capacidad como medio art¨ªstico independiente, y con voz propia intent¨® redefinir el mundo. Un mundo que en un corto periodo de tiempo se vio resquebrajado por dos guerras y en el que quiz¨¢s, fue m¨¢s que necesario acabar con viejos par¨¢metros para seguir adelante. La exposici¨®n abarca un recorrido que va desde 1920 hasta 1950 e incluye obras pertenecientes a la Nueva Visi¨®n, la Nueva Objetividad y el Surrealismo en Alemania, Francia y la antigua Checoslovaquia.
?Qu¨¦ es la realidad?, ?c¨®mo capturarla?, son cuestiones que desde la invenci¨®n de la fotograf¨ªa, hasta nuestros d¨ªas de la era digital, siguen abiertas a innumerables debates. Desde los comienzos de la fotograf¨ªa su capacidad de representar fielmente la realidad fue observada como un valor. Sin embargo, exist¨ªa una cr¨ªtica que observaba en ello una falta de creatividad. As¨ª cuando a mediados del siglo XIX William Henry Fox Talbot describ¨ªa a la fotograf¨ªa como el l¨¢piz de la naturaleza, capaz de crear im¨¢genes sin la intervenci¨®n del hombre, no faltaron las objeciones: la realidad es siempre susceptible de escapar a cualquier definici¨®n y la fotograf¨ªa tiene el potencial para dar cuenta de ello.
Los avances tecnol¨®gicos facilitaron las cosas a los fot¨®grafos quienes equipados con peque?as c¨¢maras con pel¨ªculas de carrete, comenzaron a abandonar el tono pictorialista que hab¨ªa dominado la fotograf¨ªa de comienzos del siglo XX. El uso cada vez mayor de la fotograf¨ªa como forma de ilustraci¨®n en el mundo editorial y de la publicidad comenz¨® a cambiar los c¨®digos visuales de la sociedad. ¡°La c¨¢mara comenz¨® a funcionar como una expansi¨®n de la percepci¨®n humana que captaba la vida moderna a trav¨¦s de sus ciudades, sus m¨¢quinas y su sociedad¡±, dice Jacqueline Greenspan, responsable de proyectos del Bellerive Museum. As¨ª fueron surgiendo distintas posturas que conviv¨ªan entre ellas. La Nueva Visi¨®n (Neues Sehen) consideraba a la c¨¢mara como una herramienta fiable para describir con objetividad el mundo visible, en cierto sentido incluso superior al ojo humano. Moholy-Nagy har¨ªa entonces famosa su frase: ¡°En el futuro ser¨¢n considerados analfabetos no aquellos que puedan escribir, sino aquellos que no puedan fotografiar¡±, frase que cobra m¨¢s valor en la actual sociedad caracterizada por una sobreabundancia de im¨¢genes. Los fotomontajes, las im¨¢genes de las m¨¢quinas, que simbolizaban el mundo moderno, tomadas desde puntos de vista y perspectivas poco usuales se convirtieron en distintivo de este movimiento, que cont¨® entre sus filas con varias fot¨®grafas, algo tambi¨¦n inusual hasta entonces.
Al tiempo August Sander y Albert Renger-Patzsch encabezaban la Nueva Objetividad alemana con su descripci¨®n naturalista de la realidad interesada en una cuidadosa observaci¨®n del detalle. Pero mientras, en Par¨ªs los surrealistas se dispon¨ªan a derribar cualquier barrera impuesta por la l¨®gica de lo real, conscientes de que m¨¢s all¨¢ de las cosas visibles exist¨ªa un mundo irracional y on¨ªrico donde conviv¨ªa lo m¨¢gico y lo contradictorio. ¡°La fotograf¨ªa es la forma m¨¢s h¨¢bil de capturar esos peque?os momentos de interacci¨®n entre lo real y lo surreal¡±, proclamaba entonces Salvador Dal¨ª. As¨ª los collages, y las solarizaciones sirvieron de medio para desvelar la magia soterrada del inconsciente.
¡°Siempre trato de enriquecer mi colecci¨®n con obra in¨¦dita y poco com¨²n de autores conocidos¡±, explica Siegert. Su extensa colecci¨®n destaca por ser una de las m¨¢s abundantes en obra del siglo XIX, pero ahora est¨¢ concentrado en ampliar sus fondos del siglo XX. Destaca la presencia de la fotograf¨ªa checa de vanguardia que compone esta exposici¨®n. ¡°Checoslovaquia se convirti¨® en un importante lugar de referencia para la fotograf¨ªa de vanguardia del siglo XX. Exist¨ªa mucho intercambi¨® de ideas con los movimientos provenientes de Alemania y Francia. Fuera de Checoslovaquia no existe una colecci¨®n tan extensa dedicada a este periodo como la m¨ªa¡±, comenta el coleccionista alem¨¢n. Parte de esta obra checa podr¨¢ verse este oto?o en la primera exhibici¨®n que se organiza en Espa?a sobre la fotograf¨ªa de este pa¨ªs y que tendr¨¢ lugar en la Fundaci¨®n Juan March, en su sede de Palma.
¡°La fotograf¨ªa puede tomar muchas direcciones y es precisamente eso lo que la hace tan fascinante¡±, a?ade Siegert.
Real Surreal. Museum Bellerive, Z¨²rich. Hasta el 24 de julio
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