Sig¨¹enza evoca a Cervantes y Shakespeare en su catedral g¨®tica
Una exposici¨®n retrata la ¨¦poca de ambos titanes literarios con primeras ediciones, obras de El Greco, tapices flamencos y el catafalco de ?boli
Sig¨¹enza, a una hora de Madrid en autom¨®vil, se adhiere fervientemente a la celebraci¨®n del cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare. Y lo hace con una magna exposici¨®n que permite evocar, en clave de rigurosa autenticidad, la ¨¦poca que alumbr¨® la vida de los dos titanes de la literatura universal. La muestra se ha denominado A tempora, con el prop¨®sito de exaltar la trascendencia y universalidad de ambos escritores, seg¨²n Alfonso Caballero Klinc, comisario de la exposici¨®n. Tanto el Museo del Prado como el del Ej¨¦rcito, el Naval y la Biblioteca castellano-manchega han aportado obras de extraordinario valor art¨ªstico y documental.
El escenario elegido es el que componen el claustro y la catedral seguntina, de impronta cluniacense, uno de los templos se?eros de Castilla por su solera y por la escala de su belleza. Por su interior discurre el relato expositivo, dispuesto en 14 ¨¢mbitos, y que encuentra en la esbeltez de los corredores claustrales la atm¨®sfera id¨®nea para mostrar con escultura, pintura y medall¨ªstica, el entorno hist¨®rico cervantino y shakespeariano: efigies talladas en plata con el marchamo de los Leone, de Carlos el Emperador y en bronce, de su esposa, Isabel de Portugal, as¨ª como retratos de Enrique VIII, Eduardo VI, Jacobo II, Isabel I y Mar¨ªa Tudor, cuyo esposo, Felipe II es tambi¨¦n efigiado frente a ella y junto a su hijo Felipe III.
Viene luego una estela de primeras ediciones de los poetas Garcilaso de la Vega, Juan Bosc¨¢n, Fray Luis de Le¨®n, Fernando de Herrera y de Luis de G¨®ngora; manuscritos de F¨¦lix Lope de Vega y Teresa de Jes¨²s; una edici¨®n veneciana de 1533 de los cuatro libros de Amad¨ªs de Gaula, de Garc¨ª Rodr¨ªguez de Montalvo, am¨¦n de otras tres joyas bibliogr¨¢ficas: una primera edici¨®n, first folio, de 36 obras teatrales de William Shakespeare, editada en Londres en 1623; una primera edici¨®n de El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha,hecha en Lisboa en 1605 y otra de Londres, de 1620, donde aparece la primera representaci¨®n gr¨¢fica conocida del andante desfacedor de entuertos y de su r¨²stico escudero en un dibujo a pluma. Estas dos obras proceden de una colecci¨®n privada de Las Rozas, Madrid.
Prosigue la exposici¨®n con objetos de la vida cotidiana epocal, como retortas, redomas, orzas, cajas de medicamentos y un extraordinario botamen del hospital de san Mateo de Sig¨¹enza, de las m¨¢s completas de Espa?a. Al poco, en una sala contigua al claustro, surgen a la vista ocho extraordinarios tapices flamencos, alegor¨ªas sobre la buena gobernanza de Palas Atenea, trenzados en los talleres de Daniel Eggermans El Joven y Jean Leclerc, que datan de fines del Siglo de Oro y que han sido musealizados por iniciativa de Antonio Manada del Campo y Gloria de las Heras, mentores de la fundaci¨®n Ciudad de Sig¨¹enza.
La ense?a del corsario
En sala contigua, cinco lienzos atribuidos al Greco y a su taller, se?aladamente una Anunciaci¨®n con sus esmaltados carmines, concentra la oferta pict¨®rica de la exposici¨®n, que encuentra en la sala dedicada a ¡°Cervantes soldado del Rey¡±, una de las revelaciones m¨¢s deslumbrantes de la muestra: se trata de la ense?a de sir Francis Drake, de 1,85 metros por 3,50 metros de superficie, la ¨²nica inglesa de su ¨¦poca que se conserva, seg¨²n el hispanista Geoffrey Parker. La bandera fue arrebatada en combate al renombrado almirante corsario ingl¨¦s en 1589 en Peniche, Portugal, a manos de tropas espa?olas al mando de Alonso de Baz¨¢n, hermano del marqu¨¦s invicto, y del capit¨¢n de Tercios Sancho Bravo y Arce de Laguna.
Este capit¨¢n era sobrino-nieto de Mart¨ªn de Arce, quien quedara inmortalizado en su efigie como Doncel de Sig¨¹enza. Su descendiente don¨® el estandarte capturado al ingl¨¦s y otro de un regimiento luso all¨ª combatiente, a la capilla catedralicia del Doncel, donde permaneci¨® semioculto durante d¨¦cadas hasta su estudio y rescate por el vexil¨®logo Antonio Manzano, as¨ª como su documentaci¨®n hist¨®rica por Luis Gorrochategui, que ha estudiado las vicisitudes de la Contra Armada inglesa enviada a hostigar Espa?a y sus dominios en 1589, tras el retorno de 102 buques de la Armada espa?ola enviada por Felipe II a invadir Inglaterra en 1588. El pend¨®n ingl¨¦s, en tafet¨¢n de seda, constaba de siete franjas de distintos colores, desde el verde al morado y el amartillo, y ha sido laboriosamente restaurada por Lidia Santaelices y su equipo de la empresa Cronos. Se exhibe otro estandarte en damasco azul, de la batalla de Lepanto, donde Cervantes perdi¨® su mano en combate contra los turcos como aguerrido arcabucero, que completa la sala, que da paso a un gabinete del escritor con sus utensilios de escritura.
Ya dentro del templo catedralicio por donde el circuito prosigue, una serie de 12 obras al ¨®leo sobre cobre, del siglo XVI y de Franz Franken, describen una historia b¨ªblica que lleva a la llamada Sacrist¨ªa de las Cabezas, con orfebrer¨ªa lit¨²rgica en la bisagra de los siglos XVI y XVII, de donde data precisamente el imponente catafalco de la infortunada y conspiradora princesa de ?boli, duquesa de Pastrana: se trata de un terno negro de terciopelo, con cenefas de seda, oro y plata, guarnecido de flecos ¨¢ureos, dispuesto con toda su pompa funeral en el coro de la catedral.
La exposici¨®n ha contado, para su financiaci¨®n, con una quincena de entidades privadas, m¨¢s las Diputaciones provinciales de Ciudad Real, Toledo y Albacete, seg¨²n una idea realizada por Impulsa Castilla-La Mancha, del Gobierno de la Junta castellano-manchega cuyo presidente, Emiliano Garc¨ªa-Page, junto con el obispo de Sig¨¹enza-Guadalajara, Atilano Rodr¨ªguez, inaugur¨® este mi¨¦rcoles el evento en la catedral seguntina, cuyo Cabildo promueve la muestra, abierta hasta octubre.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.