En territorio del padre
Formado como cient¨ªfico, el escritor canario dej¨® su huella en el cine, la poes¨ªa y la novela
Juan Pedro Casta?eda (1945) era un cient¨ªfico que hizo una gran carrera de qu¨ªmico pero que abraz¨® la poes¨ªa, el cine, la novela y se qued¨® en esos territorios que le llevaron a buscar, en lo m¨¢s rec¨®ndito de su alma, las respuestas que lo mantuvieron en vilo desde ni?o: el amor, los padres, la despedida, la muerte.
Muri¨® hace un mes, en La Laguna (Tenerife), donde estudi¨® y vivi¨® casi siempre, con un intervalo en Venezuela, adonde fue (como dijo su amigo Juan Manuel Garc¨ªa Ramos en el homenaje que esta semana se le dedic¨® en Santa Cruz de Tenerife) en busca del rastro de su padre, que fue emigrante all¨ª.
Ese viaje simboliza la actitud literaria y tambi¨¦n personal de Casta?eda. Naci¨® en El Hierro, el ¨²ltimo trozo de Europa en el camino de Am¨¦rica, de donde parti¨®, sobre todo en nuestra posguerra, mucha de la emigraci¨®n canaria a Venezuela. Y cuando ¨¦l era un ni?o el padre dej¨® atr¨¢s a la mujer y al hijo y cruz¨® hacia aquel destino que era a la vez la soledad y la b¨²squeda de la salida de una miseria que fue el paisaje de la posguerra para muchos insulares.
Muchos a?os despu¨¦s, dedicado ya de pleno a la literatura, Juan Pedro Casta?eda fue a Venezuela en busca de ese rastro. Su padre hab¨ªa vuelto a la isla, donde muri¨® prematuramente. Qued¨® su madre, una campesina que lo sobrevivi¨® muchos a?os y cuyo retrato puede vislumbrarse, con el de su padre, en Venezuela y en El Hierro, en uno de los libros m¨¢s s¨®lidamente po¨¦ticos y sentimentales de Casta?eda: El territorio del padre (Ediciones Idea, 2005). Con una fuerza l¨ªrica que entronca su literatura con la del mexicano Juan Rulfo y la del tinerfe?o Rafael Arozarena, esta novela en la que se vislumbran los rasgos autobiogr¨¢ficos del propio autor es un himno a la tierra, un lamento del tiempo y de la muerte, una cr¨®nica de los descubrimientos que un ni?o hace de la desolaci¨®n y de la p¨¦rdida. El libro se public¨® hace 11 a?os; le¨ªdo tras la muerte de Juan Pedro, asalta como daga en la tierra, como una interrogaci¨®n y un homenaje a aquel periodo de la historia de Canarias cuando el mar, el ¨¦xodo, eran la gran esperanza.
Escribi¨® otras obras. Su saga P¨²blico y privado (Idea, 2008) manifiesta su sarcasmo, su distancia civil ante la pol¨ªtica y el periodismo, sus imposturas y complicidades; y escribi¨® mucha poes¨ªa. Su libro Asombros de la materia, de 2011, tambi¨¦n en una colecci¨®n de Idea, conjunta al cient¨ªfico que fue con el escritor que deja una obra que, en ese volumen, se muestra con el desencanto del que comienza a despedirse. Ah¨ª est¨¢n el amor, la materia, la muerte (de los suyos, de su padre, de su primer hijo, de su madre¡). Es un libro de despedida de un hombre que, como Unamuno, como Vallejo o como su paisano Maccanti, escribi¨® contra la muerte y contra el tiempo, para defender, con melancol¨ªa y con dolor, la vida que finalmente lo dej¨®.
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