Empeorando lo peor

Aguant¨¦ hasta el final (gracias a la inestimable, aunque moderada, ayuda de Johnnie Walker) el encorsetado ¡°debate de los l¨ªderes¡± (entre ellos, ninguna mujer: eso nos perdemos). En alg¨²n momento, y escuchando lo que alguno dec¨ªa (y c¨®mo lo dec¨ªa), record¨¦ un pasaje de Do?a Perfecta (Gald¨®s, 1876) en el que Licurgo, esbirro de la matrona reaccionaria, recuerda la llegada a Orbajosa de Pepe Rey, ese personaje moderno y rompedor que, como har¨¢ un siglo despu¨¦s el innominado Visitante (Terence Stamp) de Teorema (1968), la genial pel¨ªcula de Pasolini, acaba poniendo todo patas arriba. He buscado el p¨¢rrafo y se lo transcribo: ¡°Desde que le vi en la estaci¨®n de Villahorrenda (¡­) le tuve por un grand¨ªsimo¡­, no quiero acabar por respeto a la se?ora¡­ Pero yo le conoc¨ª, le se?al¨¦ desde aquel d¨ªa y yo no me equivoco. S¨¦ muy bien, como dijo el otro, que por el hilo se saca el ovillo, por la muestra se conoce el pa?o y por la u?a el le¨®n¡±. A lo largo del debate, mientras observaba c¨®mo los protagonistas en el plat¨® de la moderna Villahorrenda medi¨¢tica se aplicaban sa?udamente a destruir a derecha e izquierda (incluyendo la Grosse Koalition) los posibles (y fr¨¢giles) puentes entre los que, en todo caso, est¨¢n ¡°condenados¡± a pactar a partir del d¨ªa 27, ca¨ª en la cuenta de que este tan cacareado debate-espect¨¢culo servir¨¢ menos para decidir el voto de los indecisos que para orientarlos definitivamente a la abstenci¨®n. O, para los que a¨²n tengan escr¨²pulos, al voto en blanco, como aquel tan c¨¦lebre y masivo de la novela Ensayo sobre la lucidez (2004), de Jos¨¦ Saramago, que, junto con su precuela Ensayo sobre la ceguera (1995), constituye uno de los d¨ªpticos narrativos m¨¢s solventes acerca de la protesta espont¨¢nea ante la corrupci¨®n de la democracia. En el debate, por cierto, nadie dijo ni mu acerca del rampante deterioro del medio ambiente y la responsabilidad de nuestros Gobiernos en lo que Jorge Riechmann ¡ªen Peces fuera del agua (Baile del Sol), otro de sus libros de prosas fragmentarias rebosantes de pesimismo de la inteligencia y optimismo de la voluntad¡ª llama el ¡°colapso socioecol¨®gico¡± que amenaza a nuestra civilizaci¨®n. Claro que al parecer, y en contra de casi todas las evidencias, ese motivo tan anunciado por las m¨¢s l¨²cidas Cassandras queda a¨²n muy lejos, y a vivir que son dos d¨ªas. En fin, no voy a seguir porque, a pesar de todo, yo ir¨¦ a votar con un pa?uelo empapado en colonia pegado a la nariz. Y no deseo darles ideas, pero ustedes ver¨¢n lo que hacen el d¨ªa 26, que ya son mayorcitos.

Cierre

Como cada a?o, cuando acaba la Feria del Libro de Madrid, muchos se preguntan si los 17 d¨ªas que dura el evento no resultan demasiados, sobre todo si tenemos en cuenta que en casi la mitad (de lunes a jueves) las ventas no acaban de justificar el desembolso. Claro que, como sucede con las buenas resoluciones que todos nos hacemos, el interrogante queda en agua de borrajas tan pronto se anuncia la nueva convocatoria. Para muchos feriantes, el 3,5% de aumento en las ventas aireado por los organizadores no se aviene con su experiencia, pero es muy dif¨ªcil (salvo que se hiciera una encuesta independiente) rebatir con rigor el cocinado de las cifras ¡°oficiales¡±. Lo cierto, en cualquier caso, es que, sin lanzamiento de cohetes ni fragor de timbales, se ha detectado un ligero alivio: no hemos ido a peor, incluso se respira cierto optimismo. La feria de los blogueros y tuiteros, como ya la han caracterizado algunos, ha certificado la pujante existencia de una nueva generaci¨®n de lectores que (por ahora) no tiene demasiado que ver con la de sus padres. Para muchos de sus mayores, lo que leen es basura, pero supongo que el mismo reproche ha sido formulado por casi cada generaci¨®n sobre los gustos literarios de la siguiente. Por lo dem¨¢s, quedan muchas cosas por corregir. Por s¨®lo citar una: el programa Leer bajo la luna, en el que muchos editores hab¨ªan puesto esperanzas de romper la excesiva rigidez comercial de la Feria, volvi¨® a fracasar; hay quien dice que para alivio de los organizadores, que nunca han disimulado su renuencia a prolongar las horas de apertura, quiz¨¢ por miedo a que, aprovechando la nocturnidad, pudiera hacer de las suyas alguna reencarnaci¨®n madrile?a (y laica) del c¨¦lebre llibreter assass¨ª de Barcelona. Por ¨²ltimo, el fast seller m¨¢s buscado, comentado y ojeado de las ¨²ltimas semanas no se ha vendido en la Feria, aunque haya gozado de una cobertura excepcional en los medios: el programa electoral-cat¨¢logo de Unidos Podemos (que carece de ISBN, pero no de Dep¨®sito Legal), al que nadie puede negarle al menos creatividad, ingenio y eficaz gui?o de ojo a su clientela, viene a recordarnos, mutatis mutandis, un tiempo ya muy lejano en el que el PSOE tambi¨¦n sab¨ªa gui?¨¢rselo a la suya, como hac¨ªa en los setenta a trav¨¦s de la iconograf¨ªa naif de Jos¨¦ Ram¨®n S¨¢nchez en la que aparec¨ªan pueblos y ciudades felices, luminosos, con jardines, ¨¢rboles, escuelas y hospitales, todo ello con colores de parch¨ªs, como el mundo que estaba a punto de llegar y ya ven en d¨®nde ha quedado todo ahora.

¡®Bremain¡¯

Notable ofensiva de escritores e intelectuales en los medios brit¨¢nicos contra el Brexit (la posible salida de Reino Unido de la Uni¨®n Europea) y a favor del Bremain (su permanencia). Ante los datos de las ¨²ltimas encuestas, el tono de los partidarios del Bremain (sobre todo entre los extranjeros) no puede evitar cierto patetismo, como indica el expresivo t¨ªtulo entrecomillado (¡°Please, don¡¯t leave us alone¡±: por favor no nos dejen solos) con el que el Times Literary Supplement ha titulado una encuesta ¡°razonada¡± en la que intervienen, entre otros favorables a la permanencia en la UE, gentes como Mary Beard, Felipe Fern¨¢ndez-Armesto, Simon Jenkins, Gabriel Josipovici, Diego Marani, Colm T¨®ib¨ªn, Herta M¨¹ller o D.?J. Taylor. Por su parte, The Guardian tambi¨¦n ha invitado a un conjunto de escritores y pensadores, entre los que destacan la/el que firma como Elena Ferrante, Slavoj Zizek, Yanis Varoufakis, Cees Nooteboom o Javier Mar¨ªas, para que se pronuncien sobre las dos opciones. Precisamente Mar¨ªas afirma, ante la eventualidad del Brexit, que ¡°de lo que s¨ª estoy seguro es de que el resto del continente nos sentir¨ªamos hu¨¦rfanos, ampu?tados, vac¨ªos y hasta desamparados¡±. Para terminar pidiendo (con tono de s¨²plica) a los brit¨¢nicos que se queden ¡°aunque solo sea por ego¨ªsmo y para que nos salven de nosotros mismos¡±.