The Who, una apisonadora de rock
La banda brit¨¢nica triunfa con su repertorio de cl¨¢sicos imperecederos en la jornada inaugural del festival Mad Cool
Fueron ellos los que en los sesenta y principios de los setenta representaron mejor que nadie el poder del beat brit¨¢nico, ese golpe divino, de acordes contundentes, que atizan en lo m¨¢s profundo del cuerpo con fiereza el¨¦ctrica, como si un rayo te cayera encima pero que, al contrario que chamuscarte, te concediese una especie de s¨²per poder vital por unos minutos. Fueron The Who, la quintaesencia del rock¡¯n¡¯roll brit¨¢nico primigenio, los que anoche volvieron a recordar el valor incalculable de ese beat a miles de personas de varias generaciones en la jornada inaugural del festival Mad Cool, que se celebra en el complejo de la Caja M¨¢gica de Madrid.
Sin concesiones a la galer¨ªa, directos y seguros de s¨ª mismos, The Who fue una apisonadora de rock desde los primeros compases de un concierto sobre el que planeaba mucha expectaci¨®n. Hab¨ªa que remontarse hasta 2007 para fechar su ¨²ltima actuaci¨®n en Madrid. Y no defraudaron. Bajo el liderazgo de los dos miembros originales de la banda, el cantante Roger Daltrey y el guitarrista Pete Townshend, empezaron a desfilar cl¨¢sicos incontestables como?Who Are You, The Kids Are Alright, My Generation o Behind Blue Eyes.
Hab¨ªa que remontarse hasta 2007 para fechar su ¨²ltima actuaci¨®n en Madrid. Y no defraudaron. Bajo el liderazgo de los dos miembros originales de la banda, el cantante Roger Daltrey y el guitarrista Pete Townshend, empezaron a desfilar cl¨¢sicos incontestables
Cierto que no hay renovaci¨®n art¨ªstica en un grupo cuya sangre sigue circulando en su glorioso y lejano pasado. Cierto que hay un ejercicio de nostalgia en sus actuaciones, acompa?adas de im¨¢genes del emblem¨¢tico y fallecido baterista Keith Moon, o de cuando Daltrey y Townshend eran chavales y ep¨ªtomes de la futura comunidad mod, o sacadas de la generacional pel¨ªcula Quadrophenia. Cierto. Pero tambi¨¦n es cierto que no dan vueltas sobre s¨ª mismos, en un juego f¨¢cil de melancol¨ªa barata, y defienden con maestr¨ªa su cancionero imperecedero, tal y como se demostr¨® anoche con buena parte del p¨²blico entregado a ¨¦l.
Daltrey y Townshend son septuagenarios con carisma. All¨ª donde en otras ¨¦pocas a la descarga el¨¦ctrica le acompa?aba un fervor f¨ªsico, ahora hay una contundencia controlable, manejada con una eficacia de recursos admirable. La voz de Daltrey, quien no par¨® de jugar con el micr¨®fono como si fuera un l¨¢tigo, est¨¢ algo renqueante, sin ser capaz siempre de impactar con la misma fuerza que la instrumentaci¨®n. Pero apenas importa cuando a su lado hay un coloso de las cuerdas. Townshend dio anoche una lecci¨®n de magisterio a la guitarra rock.
Cortante y de una intensidad apabullante, el veterano guitarrista demostr¨® con todas las de la ley que su aura de icono de la historia del rock la tiene ganada. A sus 71 a?os, jam¨¢s tir¨® de pirotecnia ni de trucos para sus propias canciones y descarg¨® un muestrario de solos, riffs y pasajes instrumentales sobresalientes. El beat, ese golpe divino, segu¨ªa vivo en su fabulosa visi¨®n el¨¦ctrica. Los rayos sal¨ªan de su guitarra como si no hubiese pasado el tiempo, mientras encandilaba a las decenas de miles de personas congregadas, las m¨¢s veteranas con la promesa de que la llama m¨ªtica de The Who se mantuviese encendida y las m¨¢s j¨®venes con la curiosidad de ver a esos veteranos legendarios y comprobar si eran o no dinosaurios. No lo fueron. Sobre el escenario de Mad Cool, The Who eran un grupo de una contundencia dif¨ªcil de encontrar entre las bandas m¨¢s advenedizas del indie actual, por no nombrar toda la ristra de hypes que pueblan las publicaciones brit¨¢nicas y que deber¨ªan sonrojarse ante un tipo como Towhsend. El cierre con Baba O'Riley y Won't Get Fooled Again fueron los fuegos artificiales que todo el mundo deseaba. Dos canciones que ilustran el poder The Who, que las interpretaron con dignidad y magn¨ªfica sapiencia. Una apisonadora del rock demostr¨® anoche que el poder del beat brit¨¢nico es algo al alcance de los elegidos. The Who lo fueron. Lo son.
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