¡°Los Gobiernos deben comprender que el arte es una necesidad social¡±
El galerista Michael Findlay aboga por un plan integral para ayudar la creaci¨®n art¨ªstica
"Los gobiernos tienen que saber que el arte es una necesidad social, no un lujo. En Nueva York, hemos planteado la necesidad de crear un ecosistema que facilite la realizaci¨®n, la exposici¨®n y la venta del arte contempor¨¢neo. Es incalculable el beneficio econ¨®mico que esto puede suponer para la ciudad¡±. Esa es la idea esencial que el galerista Michael Findlay (Escocia, 1945) director de la refinada Acquavella Galleries en Manhattan plantear¨¢ en la intervenci¨®n que esta noche pronunciar¨¢ en Caixaforum Madrid, dentro del ciclo de conferencias organizadas por la Fundaci¨®n Arte y Mecenazgo que impulsa fundaci¨®n bancaria "la Caixa". Findlay, con m¨¢s de medio siglo de experiencia en el negocio art¨ªstico opina que las entidades p¨²blicas y privadas tienen que implicarse en todo el proceso de creaci¨®n. ¡°Si lo entienden y son capaces de hacerlo, los beneficios ser¨¢n incalculables¡±.
Findlay habl¨® ayer con entusiasmo del proyecto. ¡°A petici¨®n del Gobierno estamos, por primera vez, realizando un plan integral. Resulta que existe para la moda o el teatro, pero no para el arte. Todo el mundo conoce los museos de la ciudad, pero desconoce que la ayuda a los artistas o a los galeristas sencillamente no existe¡±. Su plan pasa por facilitar alquileres baratos para los creadores, financiaci¨®n para sus proyectos, ayuda para las exposiciones¡
Cuando se le plantea que la especulaci¨®n con la vivienda ha ido expulsando a los artistas de los sucesivos centros de creaci¨®n de las grandes ciudades y, especialmente en Nueva York, el galerista aboga porque eso cambe. ¡°Cuando llegu¨¦ a Estados Unidos, en 1964, hab¨ªa muchos artistas, entonces emergentes que viv¨ªan y creaban en espacios abandonados. Esos lugares se fueron poniendo de moda y encareci¨¦ndose. Los artistas fueron desplazados cuando precisamente son ellos los que dan energ¨ªa a una ciudad. Algo similar ocurri¨® en el Par¨ªs de los a?os 20, entonces centro indiscutible de las vanguardias¡±.
?Cu¨¢l ser¨ªa entonces la capital del arte en el siglo XXI?. ¡°Yo creo que lo m¨¢s parecido a aquello es Berl¨ªn. Porque es m¨¢s barato, los lugares son amplios y coincide esa energ¨ªa de la que habl¨¢bamos. La diferencia es que all¨ª no est¨¢ el mercado, pero los galeristas de todo el mundo saben que muchos de los grandes artistas actuales s¨ª est¨¢n all¨ª¡±.
Sobre la responsabilidad que tienen los galeristas de la imagen especulativa que afecta al mercado del arte, algo por lo que algunos consideran que la creaci¨®n es un lujo, responde que ese es un fen¨®meno ¡°muy minoritario". "Los grandes r¨¦cords en las subastas son tema de primera p¨¢gina de los peri¨®dicos. Desde la llegada de internet, los medios informan muy poco del aut¨¦ntico del mundo del arte y prefieren hacer informaciones tipo top-ten de lo que sea. Eso no ayuda¡±.
Visitante habitual de ferias, Michael Findlay acaba de visitar Basilea, considerada la m¨¢s importante del mundo. ¡°All¨ª he visto negocio y que prima la sensatez. Me contaban que la mayor parte de las ventas ha estado en torno a los 100.000 d¨®lares, esas no son cantidades para especular. Y los artistas m¨¢s demandados han sido nombres como Lucio Fontana, Josef Albers o Jean Dubuffet.¡±
Al insistirle en que las ferias tambi¨¦n sirven para, por ejemplo, crear inter¨¦s por los artistas chinos cuando lo que se persigue es, en realidad, el dinero de los potentados chinos, responde que puede haber algo de eso, pero que no es lo que predomina. ¡°Yo mismo he adquirido obras de artistas chinos en los 90, pero que no son los que el r¨¦gimen est¨¢ interesado en difundir. Algo similar ocurri¨® a finales del siglo XX con los artistas venezolanos, cuando en este pa¨ªs se mov¨ªa una cantidad ingente de dinero. Afloraron cantidad de artistas venezolanos. El tiempo corrigi¨® aquello. Ahora yo creo que el boom va m¨¢s por los artistas de India¡±.
?Y qu¨¦ ocurre con el mercado espa?ol, que parece no pintar nada en ning¨²n sitio?. ¡°Yo expongo a Barcel¨® en mi galer¨ªa neoyorquina¡±, responde. ¡°Pero si me pregunta por otros nombres, la verdad es que no me vienen a la cabeza. Lo importante para un artista es que venda su obra en su propio pa¨ªs. A partir de ah¨ª puede dar el salto al mercado internacional. Si la burgues¨ªa no se interesa por el arte, la situaci¨®n es mala. No creo que sea culpa de los galeristas, porque en Espa?a los hay muy buenos. El problema puede estar en la educaci¨®n y en quienes pueden adquirir arte¡±.
Cuando se le informa de que las ventas de arte est¨¢n grabadas con un 21% y que Espa?a carece de una Ley de Mecenazgo, suspira profundamente y recuerda que una gran parte de los museos estadounidenses tienen piezas importantes en sus colecciones gracias a que las donaciones de obras de arte benefician a sus propietarios a la hora de pagar impuestos.
Michael Findlay medi¨® en la venta del tr¨ªptico de Bacon Tres estudios de Lucian Freud adjudicado por 142,4 millones de d¨®lares en 2013. El experto desconoc¨ªa el robo en Madrid de cinco cuadros del artista irland¨¦s en un domicilio particular. ¡°No lo sab¨ªa, pero esas obras no tienen salida en el mercado. Esa clase de robos se produce para pedir un rescate. Si no se obtiene, pueden acabar trituradas para borrar las pruebas¡±.
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