Actores, autores y monstruos anfibios
El escritor Albert S¨¢nchez Pi?ol visita el rodaje de la adaptaci¨®n de su primera novela, 'La piel fr¨ªa', traducida a 37 lenguas
El escritor no puede contener la excitaci¨®n: ¡°Pero si a este t¨ªo lo escrib¨ª yo¡±.
El actor Ray Stevenson pasea su metro noventa y tres y su aspecto de n¨¢ufrago por una nave de la madrile?a localidad de Fuente el Saz de Jarama. Pelo largo e hirsuto, ropa ra¨ªda. Solo hay dos cosas que desentonan con la indumentaria de entreguerras en que se localiza la pel¨ªcula que est¨¢ rodando, y las dos est¨¢n en su mano derecha. Un anillo de oro con un 13 en n¨²meros romanos (Que desde que la serie Roma le catapult¨® a la fama nunca se quita) y un libro. El libro es La piel fr¨ªa, y su autor se lo acaba de regalar. Acompa?amos a Albert S¨¢nchez Pi?ol en la visita que hace al rodaje de La piel fr¨ªa, adaptaci¨®n de su novela La pell freda, (La Campana, 2002), que protagonizan Stevenson, David Oakes y la espa?ola Aura Garrido.
La piel fr¨ªa, traducida a 37 lenguas, narra la historia de un hombre que huye. De un refugio en una isla solitaria y de la relaci¨®n entre el protagonista y un hura?o farero, condenados a ayudarse para sobrevivir al ataque de unas criaturas azuladas y anfibias que asedian la perdida isla.
La novela que escribi¨® hace 14 a?os ocupa hoy a unas 150 personas que dentro de una nave lijan las ventanas de una caseta, mueven cables, colocan luces o ensayan a las ¨®rdenes del director franc¨¦s Xavier Gens (Hitman, Aislados), bajo una luz amarilla que parece sacada de un cuadro de Caravaggio. Por entre los decorados (dise?ados por el oscarizado Gil Parrondo, al que la pel¨ªcula sac¨® del retiro con 95 a?os) se pasea hoy S¨¢nchez Pi?ol. Al verse, Gens y Pi?ol se dan un abrazo c¨®mplice mientras de fondo alguien grita "Silencio". ¡°?Es como imaginabas?¡±, le pregunta el director. ¡°S¨ª¡±, responde el escritor asintiendo con una sonrisa, antes de ponerse detr¨¢s del director y ver c¨®mo, dentro de un faro cortado en secci¨®n, los actores se ponen a interpretar.
"El gui¨®n atrapa la esencia del relato", confiesa Pi?ol. "Incluso es m¨¢s n¨ªtido que lo que yo imaginaba. Muchas mentes pensando a la vez introducen en tu idea detalles que a m¨ª se me escapan", dice luego, paseando la vista por los detalles del interior del faro. Botellas rotas, redes colgantes, una mand¨ªbula blanca de tibur¨®n. En el combo donde los productores ven en tiempo real el encuadre que las c¨¢maras est¨¢n grabando hay hoy unos cascos extra con el nombre de Albert. El silencio se hace y la bronca voz de Stevenson se oye en cada rinc¨®n de la nave. "?Y c¨®mo sabe que no son malas hierbas?", le espeta al personaje de Oakes. Stevenson pule balas y arregla un cintur¨®n de cuero mientras su compa?ero prepara infusiones de hierbas. ¡°He visto tres veces la serie Roma. Ray es un hombre imponente, con mucha presencia", explica el escritor. "Tem¨ªa que se comiera al actor que le pusieran enfrente. Pero David aguanta su r¨¦plica perfectamente. Lo que me asusta m¨¢s es ella".
P¨¢ginas mutiladas
En su traducci¨®n americana, el pasado del protagonista como rebelde del IRA fue mutilado. Era 2002, y todo lo que sonara a terrorismo estaba vetado en Estados Unidos. Algo que hoy lamenta el escritor. ¡°Era un escritor joven y lo acept¨¦. Hoy no lo har¨ªa. El trasfondo de ese personaje es algo que creo que es fundamental en la novela", cuenta Pi?ol.
Ese pasado (que incluye escenas en Irlanda) es algo que no aparecer¨¢ tampoco en la pel¨ªcula. ¡°El pasado del protagonista puede desaparecer en la pel¨ªcula, que tiene que ir cuanto antes al punto de conflicto, eso es algo que entiendo. Pero cuando leo la novela en ingl¨¦s ahora la siento coja¡±, confiesa.
Junto a Stevenson y Oakes se mueve, entre torpe y gatuna, Aura Garrido. O algo parecido a ella. Es Aneris, una de las criaturas anfibias, que establece una curiosa relaci¨®n con los dos protagonistas y detona la posterior acci¨®n de la novela y la pel¨ªcula. Para interpretarla, Garrido tiene que pasar cada d¨ªa por una sesi¨®n de maquillaje de entre seis y ocho horas. ¡°Yo lo que he intentado es tratar a este personaje como a cualquier otro¡±, explica la actriz en su camerino, bajo el maquillaje azul que solo deja ver sus enormes ojos verde jade. ¡°Buscar su dignidad, su coraz¨®n. No tratarla como si fuera un bicho", explica. Porque en si es o no un bicho radica la clave de todo, el coraz¨®n de una novela que ha triunfado por un subtexto que nace muy lejos de la isla en la que la sit¨²an sus p¨¢ginas.
¡°Escrib¨ª esta historia porque tuve que salir por patas del Congo. Estaba escribiendo mi tesis sobre los pigmeos", explica Pi?ol, que tambi¨¦n es antrop¨®logo. "De all¨ª tuve que escapar cuando estall¨® la guerra¡±. Pi?ol se refiere a la Primera y la Segunda Guerra del Congo, que dej¨® el tr¨¢gico saldo de 3.8 millones de muertos. ¡°All¨ª uno conoce el horror. Entre hutus y tutsis se mandaban pronunciar una palabra. Si la pronunciabas mal, te mataban a machetazos. Eso significa que las diferencias eran m¨ªnimas, que hab¨ªa un componente abismal de construcci¨®n cultural del enemigo. Un enemigo que identificamos con el monstruo, aunque en el fondo sea alguien no tan distinto. Eso es algo fundamental que quise trasladar a la novela. Creo que es esa idea la que la hace universal¡±, confiesa. Sea esa idea la clave de su ¨¦xito o no, La piel fr¨ªa es hoy, con 37 lenguas, la novela escrita en catal¨¢n m¨¢s traducida. ¡°A nadie le interesa lo que yo viv¨ª personalmente en el Congo. Pero pod¨ªa trasladar esa idea a otro contexto. Usarla como met¨¢fora". Lo cuenta cerca de otra nave, donde varios operarios recrean el rasgado casco de un barco hundido y el lecho marino, para rodar escenas subacu¨¢ticas. Tras rodar las escenas exteriores en Lanzarote, el rodaje se prolongar¨¢ aqu¨ª en Madrid hasta el 25 de junio. La ¨²ltima localizaci¨®n ser¨¢ Islandia, donde el equipo capturar¨¢ tomas de las morrenas glaciares.
¡°Adaptar es un verbo que hay que conjugar. Ellos tienen, claro, su derecho a dar su visi¨®n de la obra. A m¨ª imaginar no me cuesta nada, si quiero meter explosiones, me cuesta lo que me cuesta la tinta y el papel", cuenta Pi?ol. "Luego, llevar eso a la realidad implica un proceso de concreci¨®n m¨¢s complicado¡±. Un proceso que se ha gestado durante doce a?os, desde que los productores Mark Albela y Denise O'Dell (Babieka Films) se hicieran cargo de proyecto. "Ha sido un proceso largo, interrumpido por la crisis y muy complicado para sacar la financiaci¨®n, enteramente espa?ola", cuenta Albela. "Y con mucha ayuda desinteresada de mucho profesional amigo", a?ade O?Dell. Favores aparte, la pel¨ªcula, con unos siete millones de presupuesto, excede con creces el coste medio de una pel¨ªcula espa?ola.
Monstruos marinos, o no tan monstruos, que concretan la idea del hombre por odiar a lo que teme y recelar de lo desconocido. Desde alg¨²n rinc¨®n alguien grita que las c¨¢maras est¨¢n en marcha. ¡°Silencio¡±, se oye. En el combo y junto a los productores, Pi?ol se echa de nuevo hacia delante, hacia la pantalla. A ver c¨®mo aquello que un d¨ªa escribi¨® cobra vida.
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