Una ¡®delicatessen¡¯ musical

Josemi Carmona recuerda c¨®mo empez¨® el asunto: ¡°Una noche, est¨¢bamos los dos a la puerta del Caf¨¦ Central, en Madrid, y de repente va este y me dice: 'Oye, t¨ªo, ?empezamos ya?'. Y yo le digo: 'Pues vale'. Y ya est¨¢¡±.

Javier Colina ¡ªcontrabajista de jazz y otras hierbas, 56 a?os¡ª y Josemi Carmona ¡ªguitarrista y arreglista, de 41¡ª son amigos y residentes en Madrid. De cerca es su primer disco a d¨²o. ¡°Estar los 2 n¨¢ m¨¢s nos permiti¨® no tener que rendir cuentas a nadie¡±, se?ala Colina. ¡°Hicimos lo que nos dio la gana. Si hubiera habido otro, habr¨ªa que haber puesto unas normas, y ya no hubiera sido tan divertido¡±. Porque, a veces, dos son multitud: ¡°Esto es una conversaci¨®n entre Josemi y yo, solo que en vez de palabras hay notas¡±. El oyente siente que los int¨¦rpretes le est¨¢n hablando a ¨¦l directamente.

- ¡°37 minutos de m¨²sica es un poco poco¡±, apunta el periodista.

Una ¡®delicatessen¡¯ musical

- ¡°Cuando pides unas gambas de Huelva en un restaurante¡±, le responde el contrabajista, ¡°no te sacan un kilo y medio. Pues este disco es igual: una delicatessen¡±.

En De cerca prima el respeto por la materia prima. ¡°Hay esa man¨ªa en algunos m¨²sicos de jazz de ser originales por narices¡±, reflexiona el contrabajista. ¡°Cogen una canci¨®n y le dan la vuelta hasta hacerla irreconocible. Al final piensas: 'Si no te gustaba, ?por qu¨¦ la tocas?¡±.

Dos standards del jazz y la m¨²sica latina, tres boleros y tres piezas originales, obra, las tres, de Josemi Carmona. Su compa?ero de disco se disculpa: ¡°Es que yo soy de oreja m¨¢s que de partitura¡±. ¡°A Tete (Montoliu) le pasaba lo mismo, que ni a ¨¦l ni a m¨ª nos sale componer¡±.

Como aperitivo, unas alegr¨ªas marca de la casa que Carmona dedica a Enrique Morente y Pepe Habichuela: "Mi padre y Enrique fueron como Lennon y McCartney en el flamenco, unos revolucionarios¡±. De tal palo, tal astilla: para Javier Colina, ¡°lo malo de ser un revolucionario son los palos que te llevas. Le pasa a Josemi. Yo alucino cuando empiezan con que si es poco flamenco, ?si a ¨¦l le suena la guitarra flamenca incluso antes de tocar una sola nota!¡±.

Un Mu?equita linda que, ?sorpresa!, suena a Mu?equita linda abre el paso al cl¨¢sico You and the night and the music, m¨²sica de Arthur Schwartz, letra de Howard Dietz. La guitarra flamenca/contaminada de Carmona escarba en la quintaesencia de una composici¨®n que, asombrosamente, nunca ha sido tocada por manos flamencas. ¡°A m¨ª no me gusta tocar mucho con guitarristas¡±, apunta Colina, ¡°yo soy m¨¢s de pianistas, Tete o Bebo Vald¨¦s, pero con este se?or, a qui¨¦n no le va a gustar¡­¡±

Colina-Carmona se acercan al Caribe con El incomprendido, m¨²sica de Ismael Rivera, con Jorge Pardo tocando la flauta y las percusiones de Bandolero echando humo. ¡°Mi padre me llevaba los viernes a Los Canasteros a ver bailar a mi madre¡±, recuerda el tocaor, ¡°y all¨ª estaba el Pesca¨ªlla con su versi¨®n del tema, que se hizo famosa. Se me qued¨® grabada en el inconsciente¡±.

La deliciosa Historia de un amor, de Carlos Eleta, abre paso a Verdad amarga: ¡°La Negra la canta con esa jondura que ella tiene, que es otra cosa, porque La Negra es diferente. Eso es algo que me han ense?ado en mi casa: no intentes ser mejor o peor, s¨¦ t¨². Que qui¨¦n te escuche diga: 'Ese es Josemi Carmona'. Pues con La Negra, lo mismo¡±.

T¨ªa Marina Habichuela, composici¨®n del antedicho en memoria de su t¨ªa abuela, pone fin al disco tal y como empez¨®. ¡°Viene Josemi y me dice: '?Por qu¨¦ no hacemos una grana¨ªna?¡±, recuerda Colina. ¡°Para Josemi aquello no era novedad, pero para m¨ª¡­ tampoco¡±. El aludido pide la palabra: ¡°Eso demuestra lo que yo siempre digo, que Javier es el mejor contrabajista del mundo, y he tocado con muchos, Dave Holland, fig¨²rate. Pero Javier es diferente. ?l no toca, canta¡±.

Conclusi¨®n y cierre. ¡°Hay m¨²sicas que solo sirven para llenarte¡±, sentencia el mejor contrabajista del mundo, ¡°y otras que te aportan vitaminas y se te quedan. A nosotros nos gusta hacer una m¨²sica que te puedas llevar contigo cuando sales por la puerta¡±.