Nuestra vida sin Bowie

Dejando a un lado el inagotable poder que tienen las redes sociales para generar estados similares a la histeria colectiva, la consternaci¨®n global que produjo la muerte de Bowie el pasado 10 de enero merece una reflexi¨®n. ?Por qu¨¦ nos afect¨® tanto? ?En qu¨¦ medida esa afectaci¨®n es sentida o es tambi¨¦n producto de un efecto contagio? Dispuesto a llegar al n¨²cleo de estas y otras cuestiones, el fil¨®sofo brit¨¢nico Simon Critchley ha escrito Bowie (Sexto Piso). No se trata de una biograf¨ªa, ni de un detallado repaso a su discograf¨ªa; tampoco es un an¨¢lisis del impacto que ha tenido su est¨¦tica. No hace falta; todo eso lo hemos contado ya y, parafraseando Life On Mars, se lo vamos a volver a contar unas 10 veces o m¨¢s.

Lo que el autor lleva a cabo en las poco m¨¢s de 100 p¨¢ginas de su ensayo es un acercamiento al m¨²sico y su obra a trav¨¦s de la filosof¨ªa, una gu¨ªa para dilucidar el porqu¨¦ de la importancia de un personaje ¨²nico en el imaginario cultural de estos dos ¨²ltimos siglos. Porque, como dice Critchley, ¡°no era una estrella de rock cualquiera, ni una colecci¨®n de clich¨¦s medi¨¢ticos e insulsos sobre la sexualidad y bares de Berl¨ªn. Fue alguien que hizo de la vida algo menos trivial durante un periodo tremendamente largo¡±.

El gran ilusionista

Para ello el autor nos presenta la esencia del artista llamado David Bowie, explic¨¢ndonos su relaci¨®n con lo que es aut¨¦ntico y verdad (no olvidemos que fue tambi¨¦n el primer gran ilusionista de la m¨²sica pop), una verdad que se proyecta siempre desde su voz. Nos recuerda que dise?¨® una estrategia que lo convirti¨® en lo opuesto a la estrella de rock autocomplaciente, cambiando una y otra vez su imagen y su sonido antes de que pudi¨¦ramos asimilar su ¨²ltima invenci¨®n. Nos habla tambi¨¦n Critchley de la nada como expresi¨®n y como concepto, puesto que nothing es una de las palabras m¨¢s presentes en sus letras, incluida la de Heroes, cuyo desbordado romanticismo quedaba plasmado en la frase ¡°somos nada y nada puede ayudarnos¡±. Y escribe sobre la magia de su repentino regreso, en 2013, con The Next Day, as¨ª como de la que emana su disco final, Blackstar, construido sobre una dualidad sem¨¢ntica que funcionaba perfectamente tanto si el m¨²sico superaba su enfermedad como si esta le venc¨ªa.

El fil¨®sofo apunta que la supervivencia fue uno de los temas magnos en la obra de Bowie, por eso su muerte se nos antoja injusta. Parec¨ªa indestructible, hab¨ªa podido con todo: el fracaso, las drogas, el ego, el ¨¦xito, las modas, el olvido, los imitadores, los errores. ¡°?C¨®mo vamos a seguir sin ¨¦l?¡±, mientras nos revela la clave para lograrlo. El artista y su obra son eternos; nosotros, al igual que la persona que fue David Bowie, solo somos nada, pero gozamos del regalo de su m¨²sica, un gigantesco fresco de ideas y emociones que nos ayuda a transitar por un mundo que jam¨¢s lograremos comprender.