Gay Talese se enreda con la veracidad de su ¨²ltimo libro
El reportero y escritor lanza dudas sobre la fuente de ¡®El motel del voyeur¡¯, el propietario de un establecimiento que espiaba las relaciones sexuales de sus hu¨¦spedes, pero horas despu¨¦s se retracta
Promet¨ªa ser el reportaje y el libro del a?o. El escritor estadounidense Gay Talese, autor de El motel del voyeur admiti¨® este jueves que no promocionar¨¢ el t¨ªtulo al haber perdido la confianza en la fuente principal de su relato. Un fragmento de la obra, publicado en la revista The New Yorker, caus¨® un gran impacto la pasada primavera con la sorprendente historia del due?o de un hotel que hab¨ªa espiado durante d¨¦cadas a sus hu¨¦spedes.
¡°Gerald Foos no es de fiar. Es un hombre deshonesto, totalmente deshonesto¡±, declar¨® Talese al diario The Washington Post. ¡°Hice lo que pude en este libro, pero puede que no fuera lo suficiente¡±. Con esas palabras el escritor estadounidense parec¨ªa dar la espalda a su fuente y a su propio trabajo. Pero en un comunicado emitido por su editorial este viernes, Talese aleg¨® que hab¨ªa hablado en un momento de enfado y que probablemente dijo ¡°cosas con las que no estaba ni estoy de acuerdo¡±.
Adentrarse en El motel del voyeur era avanzar por un laberinto de inc¨®modas sorpresas, incluido el papel del autor. Talese hab¨ªa sido contactado por Gerald Foos, un hombre que reconoc¨ªa haber remodelado su hotel para crear un falso techo en las habitaciones y poder catalogar las pr¨¢cticas sexuales de sus hu¨¦spedes. Admit¨ªa haberlo hecho durante d¨¦cadas. Para verificarlo, Talese le visit¨® en el motel en las afueras de Denver (Colorado), durante tres d¨ªas. Una de esas noches espiaron juntos a una pareja.
Tanto Talese como los editores del libro y la revista The New Yorker, confiaron en una sola fuente de este relato: Foos. Pero nada m¨¢s salir a la luz el reportaje, numerosos medios intentaron atar cabos desatendidos en la historia. The Washington Post, por ejemplo, intent¨® verificar que el hotel verdaderamente pertenec¨ªa al protagonista durante los a?os en los que aseguraba haber espiado a las parejas. El relato de Talese se basa en un cat¨¢logo con anotaciones durante d¨¦cadas cuya veracidad acaba de ser puesta en duda por el Post.
El diario asegura en una exclusiva casi tan jugosa como el reportaje original que este mi¨¦rcoles mostraron al autor los registros que demuestran que vendi¨® el hotel poco despu¨¦s de su visita en Colorado. Cualquier afirmaci¨®n de que Foos conservaba acceso a las habitaciones a partir de ese momento ha quedado cuestionada.
¡°Yo no voy a promocionar mi libro. ?C¨®mo voy a promocionarlo si su credibilidad acaba de quedar en la basura?¡±, afirm¨® el autor, de 84 a?os, al Post antes de cambiar de opini¨®n. ¡°Nunca deber¨ªa haber cre¨ªdo ni una sola palabra que me dijo¡±. Talese explic¨® en el texto adelantado esta primavera que la historia sal¨ªa a la luz tras llegar a un acuerdo econ¨®mico por el que Foos cobr¨® a cambio de compartir sus diarios.
La fecha de publicaci¨®n del que todav¨ªa puede ser uno de los libros del a?o es el 12 de julio. La editorial asegura que han tomado ¡°muy en serio¡± las alegaciones del Post y que trabajar¨¢n con Talese para resolver cualquier discrepancia en futuras ediciones. ¡°Quiero dejarlo claro¡±, dice el escritor en el comunicado, ¡°no he desautorizado el libro y tampoco lo va a hacer mi editorial. Si hay detalles que corregir en adelante, lo haremos¡±.
El impacto inicial de El motel del voyeur fue tal que Steven Spielberg compr¨® los derechos para convertirlo en pel¨ªcula. Estaba justificado: Talese es uno de los periodistas estadounidenses m¨¢s respetados de las ¨²ltimas d¨¦cadas dentro y fuera de su pa¨ªs. A pesar de que ¨¦l mismo reconoc¨ªa en el reportaje que no hab¨ªa conseguido resolver todas las discrepancias en la versi¨®n ofrecida por Foos, la naturaleza de la historia del voyeur atrapaba a cualquier lector, oblig¨¢ndole a dejar las dudas sobre su moralidad hasta el momento en que hubiera cerrado la revista.
H¨¢bitos sexuales
Cuando Talese ya hab¨ªa repasado el cat¨¢logo de h¨¢bitos sexuales de los hu¨¦spedes del motel, revela una de las an¨¦cdotas m¨¢s espeluznantes del texto. Foos alega ser testigo de la muerte del estrangulamiento de una mujer en una de las habitaciones, pero no avis¨® entonces a la polic¨ªa. Talese tampoco. El escritor asegura en el texto que no consigui¨® confirmar en los archivos p¨²blicos tal asesinato, pero lo atribuy¨® a una incongruencia en los datos registrados.
Talese sac¨® a la luz los posibles delitos cometidos, desde el espionaje hasta la omisi¨®n de un asesinato a las autoridades o su posible complicidad en el voyeurismo de Foos, 36 a?os despu¨¦s, cuando ya hab¨ªan prescrito. Las indagaciones del Post revelan ahora que Foos no solo no era due?o del motel en aquel momento sino que, en contra de lo que hab¨ªa afirmado anteriormente, tampoco ten¨ªa acceso a las habitaciones desde las que espiaba y el nuevo due?o, adem¨¢s, hab¨ªa reformado el falso techo desde el que supuestamente acced¨ªa.
Quienes pensaron esta primavera que el esc¨¢ndalo se quedaba ah¨ª, se equivocaron. D¨ªas antes de salir a la luz el relato completo, El motel del voyeur acaba de a?adir un cap¨ªtulo m¨¢s a la que s¨ª puede ser la pol¨¦mica del a?o.
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