Econom¨ªa payasa
Se le podr¨ªa reprochar a la directora pasar tan de puntillas por la potencialidad de denuncia, pero nadie le echar¨¢ en cara haber firmado una pel¨ªcula aburrida
Cuando Joaqu¨ªn Reyes imagin¨®, en su programa La hora chanante, que un c¨ªnico y amoral payaso se encargase de la secci¨®n de informaci¨®n econ¨®mica, seguramente no sab¨ªa que estaba, en cierto sentido, anticipando el futuro. En marzo de 2005, la CNBC estren¨® el espacio Mad Money, presentado, con tantas dosis de sentido del espect¨¢culo como de irresponsabilidad, por el ex gestor de fondos de cobertura Jim Cramer. El programa, ejemplo de los extremos m¨¢s cuestionables a los que puede llevar la cultura del infotainment, ten¨ªa como objetivo asesorar a sus espectadores sobre inversiones y especulaci¨®n y no tard¨® en ser se?alado como fuente de toxicidad por parte de los periodistas expertos en la materia. En su momento, Jon Stewart no dud¨® en establecer una relaci¨®n causa/efecto entre la filosof¨ªa del espacio y el estallido de la crisis econ¨®mica. Mad Money se sigue emitiendo y ahora puede identificarse como clara fuente de inspiraci¨®n para Money Monster, el programa-espect¨¢culo dentro de la pel¨ªcula hom¨®nima que dirige, con sentido del ritmo afinado a la suma perfecci¨®n, Jodie Foster.
MONEY MONSTER
Direcci¨®n: Jodie Foster.
Int¨¦rpretes: George Clooney, Julia Roberts, Jack O'Connell,
G¨¦nero: thriller. Estados Unidos, 2016.
Duraci¨®n: 97 minutos.
Money Monster, cuarto largometraje de la cineasta, tiene otros parentescos evidentes, entre la s¨¢tira medi¨¢tica de Network, un mundo implacable (1976) y la extenuaci¨®n de una situaci¨®n l¨ªmite casi en tiempo real de Tarde de perros (1975), aunque la opci¨®n que toma Foster de reducir el mordiente ideol¨®gico para privilegiar la pura tensi¨®n acabe acercando mucho m¨¢s el resultado final a Midnight FM (2010), modesto pero eficaz thriller coreano en torno al pulso entre un psic¨®pata y una locutora radiof¨®nica. En la pel¨ªcula, un tipo arruinado por los consejos de una estrella medi¨¢tica irrumpe en el plat¨® de emisi¨®n en el ¨²ltimo d¨ªa de trabajo de la directora del programa. A partir de ese momento, la realizaci¨®n de un programa televisivo se convertir¨¢ en la meticulosa coreograf¨ªa de una redenci¨®n, mientras, en perfecta sincron¨ªa, se ir¨¢ desarrollando la urgente investigaci¨®n que culminar¨¢ en la localizaci¨®n de un culpable externo.
Foster lanza dardos a la cultura de la burbuja y a la amoralidad de la audiencia, pero su inter¨¦s prioritario est¨¢ en los personajes que encarnan George Clooney ¨Centre lo pat¨¦tico y lo desaforado-, Julia Roberts ¨Cpura concentraci¨®n emp¨¢tica- y Jack O¡¯Connell ¨Cm¨¢s incontrolable alma herida que feroz amenaza-. Se le podr¨ªa reprochar a la directora pasar tan de puntillas por la potencialidad de denuncia, pero nadie le echar¨¢ en cara haber firmado una pel¨ªcula aburrida.
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