Los nuevos caminos de la fotograf¨ªa
Los Encuentros de Arl¨¦s, principal certamen de la imagen en Europa, exploran las ¨²ltimas tendencias que emergen en la disciplina
Entre turistas que buscan el rastro de Van Gogh en la ciudad donde se cort¨® una oreja, han circulado en la ¨²ltima semana cerca de 15.000 fot¨®grafos, comisarios, galeristas, coleccionistas, cr¨ªticos y aficionados. Desde hace casi medio siglo, acuden en masa a los Encuentros de Arl¨¦s, principal certamen fotogr¨¢fico en el continente europeo, pensado como un observatorio de tendencias en el mundo de la imagen, que cada verano acoge a unos 100.000 visitantes. En total, 40 exposiciones abiertas en distintas sedes hasta el mes de septiembre ofrecen una apasionante panor¨¢mica, que abarca desde el patrimonio heredado del siglo pasado hasta el ¨²ltimo grito.
A Laia Abril, fot¨®grafa barcelonesa de 30 a?os, la paran por la calle para darle las gracias. Su exposici¨®n, que refleja las dificultades para abortar en pa¨ªses donde la interrupci¨®n del embarazo es ilegal o est¨¢ severamente limitada, la ha convertido en uno de los descubrimientos del festival. Abril regres¨® a Espa?a hace dos a?os tras vivir en Nueva York e Italia, donde fue directora art¨ªstica de la revista Colors. Al aterrizar, descubri¨® un anteproyecto de ley que supon¨ªa una marcha atr¨¢s de m¨¢s de tres d¨¦cadas. ¡°Estaba buscando temas que explicaran c¨®mo, a lo largo de la historia, se ha controlado la libertad de la mujer. Cuando vi que en mi propio pa¨ªs suced¨ªa eso, abr¨ª los ojos¡±, explica. En una esquina, aparece un dron que una asociaci¨®n por el aborto utiliza para distribuir p¨ªldoras abortivas en pa¨ªses como Polonia e Irlanda del Norte.
Su muestra, primer cap¨ªtulo de un nuevo proyecto sobre la historia de la misoginia, supera las fronteras habituales del g¨¦nero cl¨¢sico del reportaje. Contiene im¨¢genes de archivo que no tom¨® la fot¨®grafa, adem¨¢s de im¨¢genes reconstituidas, testimonios escritos y pantallas de v¨ªdeo, y hasta una camilla ginecol¨®gica y una alambrada de perchas met¨¢licas, el objeto m¨¢s utilizado en los pa¨ªses donde el aborto es clandestino. ¡°Me form¨¦ en el fotoperiodismo, pero sus reglas me parecen demasiado r¨ªgidas. En pa¨ªses como Brasil o El Salvador, las mujeres son atadas a sus camas por los m¨¦dicos cuando se sospecha que han abortado. Hacer esa fotograf¨ªa me costar¨ªa d¨¦cadas, si es que llegara a ser posible. No voy a dejar contar esta historia solo porque no puedo tomar esa imagen¡±, sostiene Abril.
En sa misma direcci¨®n rema el portugu¨¦s Jo?o Pina, de 35 a?os, que ha pasado una d¨¦cada investigando la Operaci¨®n C¨®ndor, el plan militar secreto promovido en los setenta por seis dictaduras derechistas en Latinoam¨¦rica, con el objetivo de eliminar a militantes comunistas y otros agentes de subversi¨®n. Retratos tradicionales de personajes traumatizados por la tortura son alternados con documentos policiales y de archivo, objetos encontrados en las fosas comunes e interiores de los antiguos centros de tortura. Tambi¨¦n algunos rastros de aquel tiempo en el presente. Por ejemplo, un avi¨®n desde el que se lanzaban disidentes al Atl¨¢ntico sirve hoy de valla publicitaria para una tienda de material de construcci¨®n en las afueras de Buenos Aires.
¡°Como Abril y Pina, cada vez m¨¢s fot¨®grafos se acercan a la fotograf¨ªa documental con nuevas estrategias. Ya no tienen la finalidad de publicar sus reportajes en Life o en Paris Match, como suced¨ªa hace d¨¦cadas. Creen en la exposici¨®n es un formato m¨¢s eficaz. Quieren ir al fondo de las cosas y alcanzar una mayor profundidad, que muchas veces pasa por la hibridaci¨®n con otros g¨¦neros¡±, explica el director del festival, Sam Stourdz¨¦, que tom¨® las riendas el a?o pasado.
Otro de los ciclos tem¨¢ticos de esta edici¨®n gira alrededor de la fotograf¨ªa callejera, otro g¨¦nero cl¨¢sico al que las ¨²ltimas generaciones han dado otra vuelta de tuerca. El festival se centra en pioneros como Sid Grossman, jefe de filas de la fotograf¨ªa social estadounidense, o Garry Winogrand, conocido por sus instant¨¢neas del asfalto neoyorquino. A su lado, destacan fot¨®grafos m¨¢s j¨®venes como Ethan Levitas, que explora Manhattan con encuadres recortados y ¨¢ngulos aleatorios, igual que el irland¨¦s Eamon Doyle retrata un Dubl¨ªn lleno de personajes de rictus agriado.
No faltan las retrospectivas sobre los grandes nombres, reexaminados desde ¨¢ngulos novedosos. Lejos de sus conocidas im¨¢genes sobre Vietnam, el festival expone las primeras series de Don McCullin sobre el norte de Inglaterra, ese que ahora apoya el Brexit. La irreverencia est¨¢ representada por las alocadas im¨¢genes del cotizado Maurizio Cattelan, concebidas para su revista Toiletpaper. Una muestra sobre enga?os y errores en la fotograf¨ªa incluye una serie de Joan Fontcuberta, que simula haber capturado la V¨ªa L¨¢ctea en im¨¢genes que, en realidad, son solo manchas en su parabrisas. La fotograf¨ªa africana est¨¢ representada por una serie sobre la industria cinematogr¨¢fica en Nigeria, el llamado Nollywood. Y otra exposici¨®n revisa el poder ic¨®nico de la Estatua de la Libertad y su astuto uso propagand¨ªstico a finales del siglo XIX. Despu¨¦s de todo, su autor, el artista Auguste Bartholdi, empez¨® su carrera como fot¨®grafo.
A la sombra de Frank Gehry
Los Encuentros de Arl¨¦s transcurren desde este a?o a la sombra del nuevo edificio que Frank Gehry construye en la ciudad para albergar la nueva Fundaci¨®n Luma, que abrir¨¢ en 2018 bajo el auspicio de la mecenas suiza Maja Hoffmann, que aspira a convertir la ciudad en capital europea de la fotograf¨ªa. El centro albergar¨¢ exposiciones, espect¨¢culos, residencias para artistas y espacios para la colaboraci¨®n interdisciplinar. El esqueleto de la torre de Gehry ya se distingue ahora en el per¨ªmetro de los antiguos talleres de los ferrocarriles en Arl¨¦s, una de las sedes principales del certamen. Tras una agria pol¨¦mica, Hoffmann ha aceptado seguir albergando este festival, en paralelo a sus propias exposiciones. Se tem¨ªa un giro hacia las propuestas digeribles por el gran p¨²blico que no ha tenido lugar. Lejos de exhibir a Van Gogh y los impresionistas, la Fundaci¨®n empieza exponiendo a fot¨®grafos de reconocido prestigio, como Zanele Muholi, Elad Lassry o Collier Schorr.
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