C¨¦sar Strawberry, los tuits y las medidas desproporcionadas
El l¨ªder de Def con Dos ser¨¢ juzgado por enaltecimiento del terrorismo por tuits publicados en 2013 y 2014
El enaltecimiento del terrorismo es un delito muy grave. La vigilancia de la polic¨ªa en las redes sociales es imprescindible y de una importancia trascendental para la persecuci¨®n de los terroristas y de los que buscan el descr¨¦dito, menosprecio o humillaci¨®n de las v¨ªctimas. Nadie que no niegue previamente el Estado de derecho est¨¢ en contra de esta resoluci¨®n, y todos los que, de una manera u otra, tenemos presencia en la vida p¨²blica o en las redes sociales deber¨ªamos tenerlo presente. Resulta algo obvio, pero no por ello debe darse por supuesto. Todo lo contrario, es urgente subrayarlo, teniendo en cuenta la envergadura del delito, y las nefastas consecuencias que ello conlleva.
Como ya he dicho, se trata de un asunto grave, y no creo conveniente menospreciarlo. Hay que tratarlo con la mayor seriedad posible, porque existe y debemos combatirlo, diferenci¨¢ndolo claramente de otros miles de comentarios que infestan las redes, comentarios que, muchos de ellos, pueden ser considerados una barbaridad y una insensatez, pero no por ello delitos susceptibles de c¨¢rcel.
Me refiero concretamente al mundo de Twitter y sus comentarios de 140 caracteres. Los que estamos acostumbrados a manejarnos con el invento de Jack Dorsey sabemos que esa inmensa Babel con m¨¢s de 300 millones de usuarios genera m¨¢s de 65 millones de tuits al d¨ªa. La idea era crear una plataforma donde compartir ¡°una corta r¨¢faga de informaci¨®n intrascendente¡±, un ¡°p¨ªo¡± de un p¨¢jaro, y se ha convertido en la mayor herramienta de comunicaci¨®n que ha pose¨ªdo el hombre.
Todo se sabe y se comparte antes que en ning¨²n otro sitio. A m¨ª me han llegado noticias antes que a la misma BBC, si conoces a un usuario concreto que se encuentra en el lugar donde suceden los hechos. Ocurri¨® en Fukushima y en los atentados de Par¨ªs. Twitter ha sido bloqueado en China, Egipto y Corea del Norte, pa¨ªses donde no aprecian precisamente ese acceso inmediato a la informaci¨®n. En definitiva, Twitter supone un cambio radical en la manera de enfrentarnos a los dem¨¢s, porque el mundo entero habla a trav¨¦s de tu ordenador, quieras o no, instant¨¢neamente y sin l¨ªmites.
Cuando apareci¨® el correo electr¨®nico, nos acostumbramos a convivir con el spam. Ahora ocurre lo mismo. Adem¨¢s de la informaci¨®n que legitima el invento, accesible para todos, nos encontramos con miles de tuits carentes de sentido, y como consecuencia de esa misma libertad, debemos asumir la presencia de haters y trolls que nos abruman con insultos, mentiras, difamaciones, amenazas o, sencillamente, comentarios que nos ofenden.
C¨¦sar Strawberry ha podido cometer un error, el error de enfrascarse en una conversaci¨®n de Twitter donde no est¨¢n claros los l¨ªmites entre el sarcasmo y la barbaridad. Ha podido cometer una insensatez, teniendo en cuenta la gravedad que eso supone. Pero una barbaridad y una insensatez no son razones suficientes para mandar a nadie a la c¨¢rcel, a no ser que queramos hacerlo tambi¨¦n con miles de personas que dicen barbaridades e insensateces constantemente, en cientos de miles de tuits que se cuelgan todos los d¨ªas, bajo el cobijo del anonimato, en las redes sociales. No tenemos c¨¢rceles suficientes en el mundo para todo eso.
Afirmar que C¨¦sar ha pretendido enaltecer el terrorismo es un aut¨¦ntico disparate. C¨¦sar Strawberry es un cantante de un grupo de rock. Eso es todo. Para los que le conocemos, pensar otra cosa resulta absurdo, contradictorio. No pretendo defender el contexto de la conversaci¨®n de Twitter, ni pienso reivindicar el derecho al sarcasmo o la s¨¢tira. No es necesario. Creo que su vida, su manera de ser, su trayectoria, se explican suficientemente sin necesidad de nada m¨¢s.
C¨¦sar ha dado conciertos con un inmenso lazo azul cubriendo el escenario, como signo de repulsa al atentado de Miguel ?ngel Blanco, en un momento en el que la organizaci¨®n terrorista permanec¨ªa activa. C¨¦sar ha escrito art¨ªculos dejando clara su repulsa al terrorismo, buscando la manera de acabar (utilizando sus palabras) con esa ¡°lacra¡±.
Todos sabemos lo que supone realmente enaltecer el terrorismo. Algunos lo hemos vivido de cerca. Y no es el caso. Se trata de una medida desproporcionada, que resta valor al verdadero cometido de la polic¨ªa, repito, mucho m¨¢s grave y relevante.
Si queremos conocer el funcionamiento de Twitter y las redes sociales en toda su complejidad debemos ser cautos a la hora de establecer filtros, fijando criterios m¨¢s abiertos para evaluar el contenido de la informaci¨®n. Twitter es una inmensa plaza donde hablamos todos, los que deben hacerlo y los que muchas veces deber¨ªamos estar callados. La prudencia es necesaria a la hora de escribir, pero tambi¨¦n a la hora de leer lo que otros han escrito, ahora m¨¢s que nunca.
?lex de la Iglesia es cineasta.
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