Sexto encierro de San Ferm¨ªn 2016: r¨¢pido y noble
Los Victoriano del R¨ªo solo han estado dos minutos y once segundos por las calles de Pamplona
Rapid¨ªsimo -solo 2 minutos y 13 segundos de duraci¨®n-, espectacular -se produjeron preciosas carreras- y limpio -ning¨²n herido por asta de toro- ha sido el sexto encierro de San Ferm¨ªn, protagonizado por los toros madrile?os de Victoriano del R¨ªo, que visitaban Pamplona por s¨¦ptima vez. La primera impresi¨®n, pendiente del balance final, es que tambi¨¦n han hecho honor a su fama de ser los menos peligrosos. Cinco corredores han sido trasladados al Complejo Hospitalario de Navarra tras sufrir diversas contusiones.
Con menos p¨²blico que el fin de semana, pero con las calles abarrotadas a medida que se acerca la plaza de toros, se celebr¨® una carrera que debe ser el sue?o de cualquier mozo avezado, pues permiti¨® el lucimiento de los veteranos, tranquilos ante la serenidad de la manada, m¨¢s preocupada por abrirse camino entre el gent¨ªo que de defenderse de los extra?os humanos que gritan y molestan el paso de los toros.
Cuando el grupo alcanz¨® la puerta de los corrales, el reloj marcaba un r¨¦cord de la propia ganader¨ªa, que estaba establecido en dos minutos y catorce segundos, y en esta ocasi¨®n ha quedado en un segundo menos.
A las ocho en punto, el primero en salir a la cuesta de Santo Domingo fue un cabestro, y cuatro toros negros cerraban el grupo. En pocos segundos, dos cabestros m¨¢s tomaron la delantera cuando faltaban escasos metros para alcanzar a los primeros corredores, a la altura de la imagen de San Ferm¨ªn, a la que se le reza todas las ma?anas.
Muchos mozos en este tramo, como cada d¨ªa. Al final de la empinada cuesta, tres toros han ganado la partida a los cabestros y toman la cabeza a velocidad de v¨¦rtigo. Hasta entonces, un solo atropellado en la loca carrera. Y as¨ª llega la manada hasta la calle Mercaderes, que enfilan los tres de cabeza en fila india -algunos atropellos incluidos-, y de tal modo, alcanzan la curva de Estafeta. Pero es tal el empuje de los animales que no pueden evitar el tropiezo morrocotudo contra el vallado, ante el que, afortunadamente, no est¨¢ est¨¢tico ning¨²n corredor inconsciente, como suele ser habitual.
La recta calle de Estafeta permite que los toros impriman velocidad de nuevo, dos toros por delante de la manada se abren paso ante la muchedumbre de mozos, y algunos de ellos muerden los adoquines por la fortaleza de los animales. Hasta tres toros m¨¢s detr¨¢s, otro que se une al grupo, y los cabestros quedan rezagados ante las prisas de los toros titulares.
Un costalazo en Mercaderes, cuatro trasladados al hospital y un encierro de v¨¦rtigo. https://t.co/UBt0UqGrMh pic.twitter.com/ty94Lkt7ec
— Sanfermin.com (@sanferminlive) July 12, 2016
Un toro colorado resbala y cae antes de que finalice Estafeta, pero pronto se recupera y no pierde el contacto con sus compa?eros.
La curva de Telef¨®nica, cerca ya de la entrada al callej¨®n, est¨¢ plagada de gente, como cada d¨ªa; los toros se desplazan hacia el lado derecho impulsados por su propia velocidad y limpian, sin intenci¨®n alguna, la zona de piernas colgantes y mozos expectantes.
As¨ª, veloces y con la mirada puesta solo en la carrera, traspasan el t¨²nel de entrada a la plaza, pisan el terreno m¨¢s familiar del ruedo y atisban a los lejos la puerta los corrales. No es necesaria la intervenci¨®n de los dobladores, prestos siempre con la punta de sus capotes. Cinco toros vuelan hacia la dehesa, le siguen los cabestros, sonrientes y mal¨¦volos porque ya conocen el truco, y cierra el grupo el colorado que cay¨® en Estafeta y no quiso perderse la llegada de r¨¦cord.
Babelia
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