El gozoso disparate de Fern¨¢n-G¨®mez

A lo largo de su carrera como director, Fernando Fern¨¢n-G¨®mez hizo pel¨ªculas suicidas, por su crudeza y su negrura, por su retrato feroz de una Espa?a amarga, doliente y risible, fracasos comerciales absolutos que incluso tardaron a?os en (mal)estrenarse, como El mundo sigue (1963) y El extra?o viaje (1964), pero que con el paso del tiempo acabaron consider¨¢ndose como las obras maestras que hoy son; hizo pel¨ªculas fuera de ¨¦poca y de tono, salvajes en su individualidad y en su falta de convencionalismos, obras tan dispares como La venganza de don Mendo (1961), Mi hija Hildegart (1977) y Siete mil d¨ªas juntos (1994), hoy consideradas absolutas rarezas por sus temas y sus formas; y luego est¨¢ Bruja, m¨¢s que bruja (1976), que trasciende todas las categor¨ªas y a la que el calificativo suicida se le queda corto.

Comedia bufa, tosca y grotesca ambientada en el terru?o, sobre el lado desolador del matrimonio y de las relaciones sentimentales, una de las grandes esencias tem¨¢ticas de su autor, Bruja, m¨¢s que bruja, la historia de una doble cornamenta, par¨®dica, pedestre y libertaria dentro de su conservadurismo, que se repone hoy en los cines tras un cojitranco estreno en su d¨ªa que apenas nadie entendi¨®, es un disparate.

Un gozoso y desternillante disparate en forma de musical, entre la zarzuela y la opereta, con m¨²sica y canciones de Carmelo Bernaola, en la variante en la que de pronto los protagonistas se ponen a cantar para expresar sus emociones, con jocosas letras de sus dos guionistas: el propio Fern¨¢n-G¨®mez y su amigo Pedro Beltr¨¢n, que ya escribi¨® para ¨¦l El extra?o viaje, y verdadero ejecutor del esperpento presente en ambas pel¨ªculas.

"Fern¨¢n G¨®mez pas¨® por todas las productoras con su guion para que lo financiaran, pero nadie se atrev¨ªa, sobre todo, a causa de la presencia de las canciones. Yo, en cambio, s¨ª me lanc¨¦", afirm¨® Juan Jos¨¦ Daza durante la presentaci¨®n a la prensa de la pel¨ªcula, restaurada. La reposici¨®n llega adem¨¢s unos d¨ªas despu¨¦s de la muerte de una de sus protagonistas, Emma Cohen, pareja durante muchos a?os, hasta su fallecimiento, del director, y tres meses despu¨¦s de la de Paco Algora, segundo v¨¦rtice de un tri¨¢ngulo ad¨²ltero que completa el Fern¨¢n-G¨®mez actor. Una circunstancia que, lejos de enturbiar, deber¨ªa servir de homenaje, 40 a?os despu¨¦s, al esp¨ªritu lib¨¦rrimo y procaz de una obra que apenas admite comparaci¨®n con cualquier pel¨ªcula del cine espa?ol. Si acaso, con el absurdo musical de Amanece que no es poco. Y eso ya es mucho.