Diane Arbus y la divinidad de las cosas ordinarias
Casi medio siglo despu¨¦s de su tr¨¢gica muerte, una nueva biograf¨ªa y una exposici¨®n nos acercan m¨¢s a los secretos de una de las artistas m¨¢s provocadoras del siglo XX
Diane Arbus (Nueva York, 1923- 1971), vuelve a la escena, a pesar de que nunca haya dejado de estarlo; las circunstancias de su vida y su tr¨¢gica muerte, unidas a su poderosa obra, hicieron de ella un mito. ¡°Una fotograf¨ªa es un secreto sobre un secreto. Cuanto m¨¢s te dice, menos sabes ¡±. Su frase m¨¢s famosa sigue reverberando tanto en su vida como en su obra. La publicaci¨®n de una nueva biograf¨ªa, escrita por el periodista Arthur Lubow, y la inauguraci¨®n de una exposici¨®n en el Met Breuer, donde se muestran por primera vez im¨¢genes de los primeros a?os de su trayectoria art¨ªstica, arrojan nuevos datos sobre la evasiva artista.
¡°Arbus fue una coleccionista de secretos desde su infancia¡±, dice su bi¨®grafo¡°. Ya en sus a?os de adolescente se sent¨ªa preocupada cuando despu¨¦s de haber hecho participe a alguna compa?era de una confidencia, esta ¡°se hac¨ªa poseedora de parte de mi secreto¡±. ¡°Necesito mis secretos¡± se lamentaba Arbus. Diane Arbus, Portrait of a Photographer, es la primera biograf¨ªa que analiza su trayectoria art¨ªstica dentro del contexto de su vida. ¡° Investigu¨¦ c¨®mo tom¨® la mayor¨ªa de sus fotos m¨¢s ic¨®nicas, se?ala Lubow, Y lo que es m¨¢s importante, expliqu¨¦ c¨®mo sus d¨¦ficits psicol¨®gicos- su incapacidad para sentir las cosas de una forma directa, y su necesidad de reflejar las reacciones de los dem¨¢s para sentirse viva- la hicieron desarrollar su innovador estilo de retratos¡±.
Como si de un secreto se tratase, metidas en cajas, en un rinc¨®n del cuarto oscuro del 29 Charles Street, aparecieron a?os despu¨¦s de su muerte las copias de los primeros retratos que forjaron este provocador estilo al que hace referencia Lubow. Las cajas conten¨ªan las ampliaciones de los siete primeros a?os de su trayectoria art¨ªstica. Diane Arbus: in the Beggining, se presenta como una de las exposiciones estrellas del nuevo Met Breuer, y muestra 107 de estas im¨¢genes realizadas entre 1956 y 1961, de las cuales 80 son in¨¦ditas. ¡°Esta primera etapa es una prueba de lo extraordinaria que fue esta artista¡±, dice el comisario de la exposici¨®n, Jeff Rosenheim. ¡° Ofrece la oportunidad de mostrar su obra en 35mm en relaci¨®n con su obra m¨¢s tard¨ªa y observar que fue Diane Arbus desde sus comienzos. Supo lo que quer¨ªa de la c¨¢mara desde el principio. En 1956 ya ten¨ªa una voz. Esto es algo que hasta ahora no sab¨ªamos¡±.
El mundo de la moda resultaba demasiado vacuo y artificial para la joven fot¨®grafa de moda de 33 a?os, cuyo matrimonio con el actor Allan Arbus se resquebrajaba. Prefer¨ªa la calle; un lugar lleno de secretos por desvelar. As¨ª esta heredera de un rico comerciante jud¨ªo de la Quinta Avenida, cuyo nombre real era Diane Nemerov, marcaba en 1956 con el n¨²mero 1, el que consideraba el primer carrete de su vida art¨ªstica.
Las anotaciones de sus libros de notas desvelan su fascinaci¨®n por lo marginal y lo estrafalario: ¡°Morgue; freak en su casa; mujer que practica roller derby; prisi¨®n de mujeres; camioneta de la polic¨ªa; matadero; sal¨®n de tatuajes; club de corazones solitarios; mujer luchadora; mendigos-ciegos; lugar- waterfr. hotel; habitaci¨®n de mujeres- coney- metro¡±. En su deambular por las calles capt¨® la cara oculta de Nueva York. Pos¨® su mirada en aquellos que nadie osaba fotografiar; exc¨¦ntricos y freaks, toda una galer¨ªa de perdedores a la sombra de una sociedad. Los hizo visibles buscando la belleza en aquello que es diferente y por tanto ¨²nico. ¡°Veo la divinidad en las cosas ordinarias¡± escrib¨ªa.
Explor¨® los mismos escenarios que otros fot¨®grafos de calle, predecesores y contempor¨¢neos; Paul Strand, Walker Evans Gary Winogrand y Lee Friedlander, entre otros. Pero mientras estos prefer¨ªan pasar desapercibidos a la hora de disparar la c¨¢mara para no interferir en la imagen, Arbus necesitaba hacerse presente. Evidenciar el encuentro personal. Buscaba el contacto directo. Ser el medio a trav¨¦s del cual los otros se defin¨ªan. ¡°La curiosidad por la naturaleza oculta del que, o lo que, iba a fotografiar, unida a su fe en el poder de la c¨¢mara para que esta se haga visible, es, por encima de todo, lo que la diferencia¡±, escribe Jeff Rosenheim en el cat¨¢logo que acompa?a la exposici¨®n.
Vestida de forma llamativa o haciendo uso de cualquier otro recurso, atra¨ªa la mirada del viandante hac¨ªa ella y generaba una reacci¨®n. El retratado parece estar solo ante Arbus, completamente aislado del entorno. ¡°Es ese gran momento de encuentro entre la fot¨®grafa y el retratado el que hace que el espectador no pueda levantar la vista de la imagen. Le implica a ¨¦l tambi¨¦n.¡±, se?ala el comisario. Poco a poco estos encuentros casuales fueron dando paso a los retratos posados, realizados con una c¨¢mara de formato medio, que la lanzaron a la fama. Para Lubow ese instante de miradas rec¨ªprocas, esa respuesta a su poderosa y seductora presencia. funcionaba como una ¡°corroboraci¨®n de su propia existencia". Fue siempre muy consciente del poder de su fotograf¨ªa ¡°Hay cosas que la gente nunca ver¨ªa si yo no las fotografiase¡±, dec¨ªa la artista.
No faltaron las cr¨ªticas a su obra, entre ellas la m¨¢s sonora fue la de Susan Sontag, quien en su libro Sobre Fotograf¨ªa pon¨ªa de manifiesto la naturaleza predatoria del medio, acus¨¢ndola de tomar instant¨¢neas de ¡±gente pat¨¦tica, que despierta compasi¨®n, as¨ª como repulsiva¡± desde una posici¨®n de la superioridad de distancia y de privilegio. ¡°Fue un cr¨ªtica torpe¡±, se?ala Lubow. ¡°Exist¨ªa mucha iron¨ªa en la mirada de la fot¨®grafa que se divid¨ªa entre lo tr¨¢gico y lo c¨®mico. Se ha pasado por alto el sentido del humor de la fot¨®grafa, en ning¨²n caso existi¨® una intenci¨®n de humillar, s¨ª de empatizar¡±. Jeff Rosemheim, sin embargo, cree que Sontag pudo sentir miedo ante una pr¨¢ctica art¨ªstica que la confrontaba con gente con la que no se identificaba: ¡°Cuando se piensa en Goya, en Vel¨¢zquez o en Lucien Freud, se observa que han explorado el mundo desde muchas vertientes, y no han tenido miedo de hacerlo. Arbus no trataba de se?alar los defectos de la gente, sino los de todos nosotros. No se trata de ellos sino de nosotros¡°, se?ala el comisario. Su obra es por tanto una invitaci¨®n a la introspecci¨®n. A confrontar nuestra propia identidad.
Diane Arbus: In the Beginning. The Met Breuer. Nueva York. Hasta el 27 de noviembre
Diane Arbus: Portrait of a Photographer. Arthur Lubow,??Ecco/HarperCollins Publishers.?
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