El humo sigue sobre el agua en Montreux
El hijo de Frank Zappa y Deep Purple ponen broche final a la 50? edici¨®n del festival de jazz de la ciudad suiza
La historia es bien conocida y forma parte de la leyenda del rock, pero no est¨¢ de m¨¢s recordarla. El 4 de diciembre de 1971, Frank Zappa y su banda, Mothers of Invention, se encontraban en Montreux para dar un concierto en el casino, mientras los Deep Purple esperaban usar ese mismo espacio para grabar un disco en un estudio m¨®vil. Hacia el final del concierto de Zappa, un accidente causado por un miembro del p¨²blico origin¨® un incendio que destruy¨® totalmente las instalaciones. De esta situaci¨®n nacer¨ªa uno de los himnos m¨¢s reconocidos del rock y un riff de guitarra que es de lo primero que aprenden todos los que alguna vez han cogido una guitarra: Smoke on the Water.
Para los que recuerden el inicio de la letra de la canci¨®n, "We all came out to Montreux, on the Lake Geneva shoreline¡", donde se menciona tambi¨¦n a un tal "funky Claude". Este no es otro que Claude Nobs, el fundador y director del Montreux Jazz Festival, fallecido en 2013. "A los Deep Purple, la maqueta de Smoke on the Water no les parec¨ªa buena, y quer¨ªan descartarla. Pero yo me enamor¨¦ del tema e insist¨ª mucho para que la incluyeran en su ¨¢lbum Machine Head. El resto ya es historia", explicaba a este cronista el propio Nobs en una entrevista de 2006. Y es a esta curiosa an¨¦cdota a la que el Montreux Jazz Festival quiso rendir homenaje en la noche de clausura de su 50? aniversario: uniendo en un mismo escenario al hijo de Frank Zappa, Dweezil, con los Deep Purple.
La velada comenz¨® con una espectacular exhibici¨®n acrob¨¢tica de los jets de la Fuerza A¨¦rea Suiza sobre el lago Leman y continu¨® en el imponente auditorio Stravinski, ocupado por viejos rockeros, entre los que se vio una camiseta que rezaba: ¡°Puede que yo sea viejo, pero al menos he visto a todas las grandes bandas¡±. El p¨²blico recibi¨® al hijo de Frank Zappa, quien est¨¢ de gira con su proyecto Zappa plays Zappa, con ovaciones por anticipado. El guitarrista americano present¨® una banda solvente y vers¨¢til, en la que los m¨²sicos cambiaban de instrumento o se entregaban a los juegos vocales (marca de la factor¨ªa Zappa) con la misma soltura. ¡°Mi padre toc¨® en este mismo lugar hace d¨¦cadas, y su m¨²sica sigue siendo genial¡±, dijo Dweezil, antes de aclarar que el espect¨¢culo se centrar¨ªa ¡°en el trabajo de la primera ¨¦poca de pap¨¢¡±. Tras un concierto extenso, en el que los temas se encadenaron casi sin interrupciones, lleg¨® la hora del plato fuerte de esta noche ideal para los amantes de las guitarras rockeras.
Deep Purple toca 'Smoke on the Water' en el Festival de Montreux de 2006.
Una fanfarria sinf¨®nica dio paso a Ian Gillan y sus huestes. Con el pelo corto, buen aspecto y enfundado en vaqueros y camiseta negra, el veterano vocalista demostr¨® que a¨²n mantiene la poderosa voz. Junto a los hist¨®ricos Ian Paice y Roger Glover, los Purple abrieron fuego con Hard Loving Man y Strange Kind of Woman. Un detalle que no deja de llamar la atenci¨®n al observar al p¨²blico de Deep Purple es que, junto a los veteranos, pueden verse grandes cantidades de veintea?eros, llegados mayormente de Alemania. Al parecer, la hist¨®rica banda ha sabido conectar con las nuevas generaciones. O t¨ªos y abuelos han hecho un buen trabajo de difusi¨®n cultural.
Tras encadenar solos heroicos de guitarra de la mano de Steve Morse, o de teclados con Don Airey, los Deep Purple enfilaron la recta final invitando a Dweezil Zappa al escenario para una lectura del cl¨¢sico de Frank Peaches en Regalia, enganchado al tema que todos esperaban: Smoke on the Water. El m¨ªtico riff a¨²n hace efecto y la sala entr¨® en una especie de catarsis colectiva. Acto seguido, desbandada general de un p¨²blico que daba la impresi¨®n de haber venido solo para o¨ªr esta canci¨®n, aunque el concierto iba a continuar por unos momentos. En todo caso, el ejercicio nost¨¢lgico sigue funcionando y el respetable volvi¨® a casa con una sonrisa de oreja a oreja.
Cerrando este 50? aniversario, y con un presupuesto que supera los 25 millones de euros, Montreux presenta un balance de 240.000 visitantes, adem¨¢s de discos y libros exclusivos que celebran la envidiable historia del festival suizo. Hubo 95.000 entradas vendidas en los principales conciertos, y una tasa de ocupaci¨®n hotelera que representa el 20% del a?o para la Riviera suiza. En la presente edici¨®n han pasado por Montreux Van Morrison, Neil Young, Patti Smith, PJ Harvey, Lana Del Rey o Muse, estos en una inusual presentaci¨®n "¨ªntima" para una banda habituada a los grandes estadios. Lo mismo puede decirse de Jean-Michel Jarre, que propuso un espect¨¢culo ¡°de c¨¢mara¡± tras sus megaconciertos en pir¨¢mides, murallas chinas o campos el¨ªseos.
Babelia
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