Ida y vuelta Bamako-La Habana
Una exposici¨®n en Arles cuenta la historia de Maravillas de Mali

En enero de 1964, diez j¨®venes malienses aterrizan en La Habana para estudiar m¨²sica en el Conservatorio Alejandro Garc¨ªa Caturla. Los llevan al hotel Riviera en Cadillac y los instalan luego en una magn¨ªfica casa del barrio de Siboney, en r¨¦gimen de pensi¨®n completa a cargo del estado cubano, y con algo de dinero de bolsillo. Una vida de m¨²sica, ron y mujeres para aquellos veintea?eros africanos que pronto montan una orquesta. La llaman Maravillas de Mali, inspir¨¢ndose en Arca?o y sus Maravillas y en Maravillas de Florida, y a imagen de la Orquesta Arag¨®n, es decir una charanga de flauta y violines. Con Boncana Ma?ga ejerciendo de director y arreglista.
Las Maravillas de Mali abordaron a su aire g¨¦neros cubanos como el chachach¨¢, la guaracha o el son montuno, en n¨²meros que cantaban en una mezcla a veces dif¨ªcilmente comprensible de bambara, franc¨¦s y espa?ol. Aparec¨ªan en televisi¨®n, tocaban en universidades y centrales azucareras, y grabaron un disco con el sello estatal. Incluso invitaron a bailar al Che.
Varios pa¨ªses de ?frica se acababan de independizar ¡ªMali el 20 de junio de 1960¡ª y el nuevo gobierno maliense no escond¨ªa su admiraci¨®n por la Cuba revolucionaria. En plena guerra fr¨ªa, la m¨²sica, con idas y vueltas entre ?frica Occidental y la isla mayor del Caribe, jug¨® su papel. Nada extra?o: desde los a?os cuarenta los sonidos de Cuba alimentaron a muchos africanos y, una canci¨®n sobre ritmo de rumba cubana, Ind¨¦pendance cha-cha, grabada por Le Grand Kall¨¦ en el todav¨ªa Congo belga, se iba a convertir en un himno panafricano de las independencias.
Cuando las Maravillas regresan a Mali, ocho a?os despu¨¦s, la situaci¨®n ha cambiado: los que mandan ahora son otros. Tras el golpe de estado se acab¨® el socialismo. Boncana Ma?ga sale hacia Costa de Marfil, donde organiza y dirige la orquesta de la televisi¨®n nacional y da clases en el conservatorio de Abiy¨¢n. Los dem¨¢s deciden quedarse, pese a que los militares les hacen la vida imposible, y la orquesta cambia su nombre por el de Badema National. A principios de los noventa, Boncana Ma?ga, al que millones de espectadores conocen por el programa de TV5Monde Stars Parade, volver¨ªa a sus amores afrocubanos con Africando, proyecto ideado en Francia con el productor Ibrahima Sylla, que junt¨® a cantantes africanos con m¨²sicos latinos de Nueva York.
Desde hace m¨¢s de quince a?os esta historia fascina a Richard Minier. El franc¨¦s, comisario de la exposici¨®n Swinging Bamako en Les Rencontres de Arles, es el director de un anunciado documental sobre Maravillas de Mali ¡ªque considera su particular Buena Vista y de la que cada vez quedan menos supervivientes¡ª y el productor de dos discos homenaje a¨²n in¨¦ditos.
Las viejas grabaciones incluyen un gui?o revolucionario al asesinado Lumumba y Chez Fatimata, canci¨®n sobre una azafata de la compa?¨ªa a¨¦rea Sabena, que hizo bailar en las discotecas de ?frica. En uno de esos vinilos desempolvados hasta hay una versi¨®n de Anduri?a, el ¨¦xito de Juan y Junior, que se lleg¨® a prohibir en Cuba. Cosas de uniformados.
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