La historia colombiana como tragedia griega
La novela p¨®stuma de Carlos Fuentes sobre el guerrillero Carlos Pizarro se presenta en Madrid
El 26 de abril de 1990 un sicario adolescente asesin¨® en un avi¨®n a Carlos Pizarro, de 38 a?os, candidato a la presidencia del Gobierno de Colombia y antiguo l¨ªder del M-19, el movimiento guerrillero que semanas antes hab¨ªa entregado las armas. Ese d¨ªa Carlos Fuentes (1928-2012) se pregunt¨® si un mexicano como ¨¦l tendr¨ªa derecho a contar la vida de un muchacho, enfermo cr¨®nico pero bien parecido ¨CComandante Papito le dec¨ªan-, que un d¨ªa se sinti¨® impulsado a la lucha clandestina como el Aquiles de Homero se sinti¨® arrastrado a la guerra de Troya. Fuentes se pas¨® dos d¨¦cadas obsesionado con Pizarro pero muri¨® sin revisar el manuscrito del libro que le hab¨ªa dedicado: Aquiles o El guerrillero y el asesino. Ha sido el cr¨ªtico peruano Julio Ortega el encargado de fijar la versi¨®n final de una obra que el autor de Terra nostra ¡°empez¨® como cr¨®nica pero termin¨® como novela¡± y que Alfaguara y Fondo de Cultura Econ¨®mica acaban de coeditar.
Durante a?os la pregunta fue qu¨¦ estar¨ªa escribiendo Fuentes sobre aquel universitario con ¡°ojos de santo fallido, de tirano que no quiere serlo¡±, hijo de un almirante ¡°empobrecido por la honradez¡± y de una maestra liberal que hab¨ªa optado por la v¨ªa violenta. Con la novela en la calle, la pregunta empez¨® a ser c¨®mo ser¨ªa recibido en la patria de su protagonista un libro que habla de Colombia como de ¡°un pa¨ªs sin Estado¡± en el que los conservadores y los liberales se alternaban tradicionalmente en el poder porque la ¨²nica diferencia entre ellos era la hora a la que iban a misa y en el que, en palabras de Ortega ¡°la paz solo era parte del negocio de la guerra¡±. Para dar respuesta a la segunda pregunta, Silvia Lemus, viuda de Fuentes, record¨® ayer en la librer¨ªa Juan Rulfo de Madrid el ¨¦xito que supuso la reciente presentaci¨®n de Aquiles en Bogot¨¢, a la que asistieron tanto Mar¨ªa Jos¨¦, hija menor de Pizarro, como el expresidente Belisario Betancur, durante cuyo mandato se desmoviliz¨® el M-19. La propia Lemus se?al¨® que solo el azar ha hecho que la novela p¨®stuma de su marido llegue a las librer¨ªas cuando los acuerdos entre el Gobierno y las FARC son el tema del momento en Colombia.
En el acto de Madrid, entretanto, participaron el propio Julio Ortega y Hernando Valencia Villa, jurista colombiano especializado en derechos humanos. El primero habla en su pr¨®logo del Aquiles de Fuentes como del ¡°documento desfundacional de nuestras rep¨²blicas¡± y de la historia de Pizarro como de ¡°una par¨¢bola extrema de sacrificio y muerte, en la que se pierde la guerra para ganar la paz¡±. Ayer, adem¨¢s, apunt¨® que el origen de todas las naciones y el origen de la novela como g¨¦nero tienen algo en com¨²n: un asesinato entre hermanos, empezando por Ca¨ªn y Abel. Seg¨²n Ortega, Carlos Fuentes trat¨®, sin justificarlos, de ¡°recuperar a los carlos pizarros de Latinoam¨¦rica por sus vidas y no por sus muertes¡±. ?C¨®mo? Dando cuenta del horror para ¡°convocar nuestra piedad¡±.
Desde el Aquiles de la Il¨ªada, abund¨® Valencia, ese paso de la c¨®lera a la compasi¨®n supone el origen de nuestra moral, el tr¨¢nsito de la ¨¦pica a la ¨¦tica, ¡°de la tragedia a la pol¨ªtica¡±. En eso est¨¢ Colombia ahora, apunt¨® el jurista, no buscando un r¨¦gimen pol¨ªtico sino una cultura pol¨ªtica, una cultura que no pase por ¡°devorarnos¡± sino por ¡°litigar¡±. ¡°Los colombianos¡±, dijo, ¡°no tenemos los genes torcidos, pero la violencia ha arraigado en el pa¨ªs como procedimiento para presentar un proyecto o para defender unos intereses¡±. La democracia, dijo tambi¨¦n, es justo lo contrario.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.