Las mejores series de la temporada (III): ¡®Making a Murderer¡¯
Radiograf¨ªa de los t¨ªtulos imprescindibles del curso televisivo. Es el turno del docudrama del a?o
Las series sobre cr¨ªmenes reales est¨¢n de moda. El a?o pasado, The Jinx salt¨® de a los titulares cuando Robert Durst confes¨® sus cr¨ªmenes en plena grabaci¨®n. Mientras, el podcast Serial lograba reabrir en el juzgado un caso olvidado. Ante este resurgir, el pasado diciembre Netflix lanz¨® Making a Murderer, otra serie documental que por sorpresa se convirti¨® en un fen¨®meno de masas. El caso de Steve Avery, condenado a cadena perpetua por un dudoso crimen tras salir de la c¨¢rcel exculpado por otro que nunca cometi¨®, volv¨ªa a saltar a las noticias, pero la serie hac¨ªa algo m¨¢s importante: en 10 cap¨ªtulos pon¨ªa en cuesti¨®n los tejemanejes del proceso judicial de EE UU. Con seis nominaciones a los Emmy bajo el brazo, estas son las razones por las que debes ver esta serie que, gracias a la oleada de reacciones que cre¨® su emisi¨®n, acaba de confirmar segunda temporada.
- Empecemos por la pregunta clave: ?por qu¨¦ deber¨ªa verla?
Making a Murderer es mucho m¨¢s que una buena serie, es uno de los eventos televisivos del a?o. Muchos quiz¨¢s tengan dudas sobre si acercarse a una docuserie que parece simplemente una versi¨®n alargada de las recreaciones de Cr¨ªmenes imperfectos o Dateline ¡ªuna colecci¨®n de melodramas baratos y escabrosa telerrealidad¡ª pero su foco es mayor. El g¨¦nero est¨¢ hoy m¨¢s cerca del A sangre fr¨ªa de Capote que a un telefilme barato de s¨¢bado por la tarde. Su ritmo es apasionante y los giros de guion, as¨ª como los di¨¢logos de tribunales, no tienen nada que envidiar a cualquier ficci¨®n. Hay cliffhangers, flashbacks, subtramas¡ y, sobre todo, una profunda exploraci¨®n de la eficacia del sistema judicial estadounidense y su evoluci¨®n, el clasismo inherente en la sociedad, la indefensi¨®n de las personas con problemas mentales y c¨®mo un crimen afecta a una peque?a comunidad. Durante 10 episodios, hay pocos problemas de fondo que no se traten. Es una experiencia tan fren¨¦tica como frustrante.
- ?Qu¨¦ nombres propios tiene detr¨¢s?
Es un documental, por lo que los protagonistas no son gente atractiva y carism¨¢tica. Todo lo contrario, son vecinos de clase baja de la Am¨¦rica profunda (imposible no sentir lastima por la madre coraje de Steve Avery), fiscales y polic¨ªas que campan a sus anchas por los juzgados cual reyes de su comunidad y, sobre todo, una pareja de carism¨¢ticos abogados que se convirtieron en estrellas tras la serie. La persecuci¨®n por la verdad de Dean Strang y Jerry Butting les ha hecho ser memes de Internet y ahora pasan sus d¨ªas dando conferencias a lo largo del mundo como modernos Atticus Finch. Ellos representan lo que est¨¢ bien en el sistema judicial. Su incapacidad para llevar su palabra a buen puerto, les hizo m¨¢s humanos. Ni siquiera, las dos mujeres detr¨¢s de las c¨¢maras son famosas. Este es el primer proyecto que atrajo a Moira Demos y Laura Ricciardi tras acabar su carrera de audiovisuales y, ante la consecuci¨®n de acontecimientos sorprendentes, se quedaron 10 a?os en el condado de Manitowoc. No pararon de grabar.
- ?Qu¨¦ ha pasado esta temporada (sin spoilers)?
Es mejor comenzar sin saber nada. Para entenderlo todo hay que ver su complicado argumento de m¨¢s de 20 a?os en pantalla. Todo comienza cuando Steve Avery es exonerado de cometer una violaci¨®n que lo mantuvo 18 a?os preso (de 1985 a 2003). Al salir, lleva su batalla a los tribunales para demostrar que hubo irregularidades en la investigaci¨®n de la polic¨ªa de Manitowoc. Pero, en plena demanda, lo vuelven a encarcelar. Ahora tanto ¨¦l como su sobrino, con un coeficiente intelectual por debajo de la media, han sido condenados por asesinato. ?Lo hicieron o es una nueva manipulaci¨®n de la polic¨ªa?. La conclusi¨®n (y la cr¨ªtica) es clara: no sabemos si cometi¨® o no el crimen, pero lo que est¨¢ claro es que el sistema puede ser injusto, y no siempre lo l¨®gico es la respuesta de los tribunales.
- ?Qu¨¦ personaje no debo perder de vista?
Adem¨¢s de Steven Avery y su sobrino Brendan Dassey (por el que sentir¨¦is verdadera l¨¢stima), hay otros personajes sumamente interesantes en la serie. En el lado de los acusados, los mencionados abogados ¡ªsustituidos hoy por una abogada que trata de reabrir el caso¡ª y los desquiciados padres sobresalen, aunque tambi¨¦n tenemos abogados no tan capaces que complican un poco m¨¢s el caso. En el lado de la acusaci¨®n, el fiscal Ken Kratz, que ha seguido hablando tras el rodaje, representa mucho de lo que no agrada del sistema, y tambi¨¦n los polic¨ªas y Sheriff que, pese a no dejar ser entrevistados, aparecen una y otra vez como los malos de la pel¨ªcula. Otros personajes han seguido teniendo vida tras el documental, como la esposa de Avery que, tras desaparecer misteriosamente de la serie, ha salido a la palestra para decir que le maltrataba. Seguro que su confesi¨®n toma importancia en la segunda temporada.
- ?Cu¨¢l es el momento clave de la temporada?
Making a Murderer es una serie que hay que ver sabiendo lo menos posible, dejando que sorprenda. As¨ª, tras el primer episodio de una hora, posiblemente te preguntes ?qu¨¦ m¨¢s me pueden contar si esto ya est¨¢ finiquitado? Y entonces el caso da un triple salto mortal y el primer episodio ¡ªsobre la liberaci¨®n de Avery tras 18 a?os en prisi¨®n por un crimen que no cometi¨®¡ª parece una simple an¨¦cdota. Ese es el momento clave, pero el de m¨¢s emoci¨®n se lo reserva su sobrino Brendan Dassey en una confesi¨®n claramente manipulada por la que acabar¨¢s gritando a la televisi¨®n.
- ?Cu¨¢nto tiempo necesito para verla?
Son 10 episodios de alrededor de una hora, as¨ª que, haciendo unas simples matem¨¢ticas, 10 horas, aunque se te har¨¢n m¨¢s cortas que muchas de las series que logran resucitar en verano.
- ?D¨®nde la puedo ver?
En Netflix. All¨ª est¨¢n todos los cap¨ªtulos y all¨ª seguir¨¢n por los tiempos de los tiempos, dado que es una de sus series originales. Pero, cuidado, si empiezas, no podr¨¢s parar. Estamos mordi¨¦ndonos las u?as por ver c¨®mo seguir¨¢, pese a que ahora sepamos el d¨ªa a d¨ªa de lo que acontece en el caso. La historia ha tenido consecuencias reales.
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