Todos los actos de Primer Acto
La revista que cre¨® Jos¨¦ Monle¨®n, recientemente fallecido, cumplir¨¢ en 2017 50 a?os de vida dedicada al teatro
Como el teatro, la revista Primer Acto es invencible y en 2017 cumplir¨¢ sesenta a?os, que ya celebrar¨¢ sin su creador, un misionero laico del teatro, Jos¨¦ Monle¨®n, que muri¨® hace una semana en Madrid a los 88 a?os.
En el texto que estaba escribiendo Monle¨®n cuando ya su salud no le respond¨ªa explic¨® esa pasi¨®n de la que nacieron Primer Acto y la Fundaci¨®n Internacional del Teatro, que ¨¦l cre¨® en 1990. Cuando a¨²n era un ni?o, dec¨ªa Monle¨®n, descubri¨® que ¡°el teatro era algo as¨ª como nuestra segunda cultura, m¨¢s honesta que lo que cuentan tantos sinverg¨¹enzas pidiendo perd¨®n¡±.
Por eso aquel ni?o, ¡°nacido y crecido en el nombre de las grandes palabras y los grandes cr¨ªmenes de la Guerra Civil¡± acab¨® pensando ¡°que el teatro, hip¨®crita confeso, ha buscado las verdades del hombre sin los gestos ama?ados de nuestro gobernantes¡±.
Desde esa convicci¨®n cre¨® Primer Acto, arriesg¨® su dinero y su porvenir para dedicarlo enteramente a un sue?o que, en cierto modo, lo mantuvo siempre como el ni?o que fue, tan apasionado que ya en esas postrimer¨ªas se arriesg¨® a decir: ¡°El teatro es mi mejor testimonio biogr¨¢fico¡±.
La Fundaci¨®n fue su manera de actuar en la sociedad (en Am¨¦rica, en Espa?a, en el mundo); Am¨¦rica fue un prop¨®sito y una ilusi¨®n desde que descubri¨® el festival colombiano de Manizales (en 1967, cuando naci¨® Primer Acto). Jos¨¦ ?ngel Ezcurra, el director y empresario de Triunfo, valenciano como ¨¦l, prohij¨® la aventura, que luego ha resistido, con un intervalo de cierre entre 1975 y 1980, todos los embates de las crisis sucesivas, la ¨²ltima de las cuales recort¨® hasta la inanici¨®n revistas y proyectos culturales.
Primer Acto resiste, y resistir¨¢, dec¨ªa su hija ?ngela Monle¨®n, si prosigue el inter¨¦s por leer en papel, si los suscriptores siguen apoyando y si se mantiene el inter¨¦s por el teatro de modo que no disminuyan las ventas. La familia (Oliva Cuesta, su mujer, sus hijas ?ngela y Elena) han sido los soportes de esa vocaci¨®n que, incluso en los momentos de mayor fragilidad de su salud, de sus piernas largas de gigante risue?o, nunca conoci¨® desmayo.
Jos¨¦ Monle¨®n era teatro, debate, pasi¨®n por la palabra en la escena; Primer Acto era una apuesta literaria y tambi¨¦n civil. ?l cre¨ªa que en el teatro el hombre podr¨ªa encontrar la explicaci¨®n de la vida ¡°antes que en las cr¨®nicas hist¨®ricas de los peri¨®dicos y las televisiones¡±. Desde esa convicci¨®n cre¨® la revista, y a su frente estuvo como un transgresor tranquilo, un disociador (como dec¨ªa su amigo y colega Domingo P¨¦rez Minik) de los debates contempor¨¢neos, que propici¨®, con el teatro como punto de partida, desde que coloc¨®, en el n¨²mero inaugural, Esperando a Godot de Beckett como un desaf¨ªo contempor¨¢neo.
"Las generaciones nos asomamos a la revista para saber de qu¨¦ iba la discusi¨®n contempor¨¢nea", dice Mario Gas
Acaso el mejor resumen de su aventura est¨¢ en la n¨®mina de los autores que, desde el primer n¨²mero, transitaron, con los textos enteros de sus obras, en los n¨²meros de Primer Acto. Despu¨¦s de Beckett, ah¨ª estuvieron Brecht, Tennessee Williams, Arthur Miller, D¨¹rrenmatt, Peter Weiss, Harold Pinter, Arnold Wesker¡; Salvador Espriu, Jos¨¦ Bergam¨ªn, Alfonso Sastre, Fernando Arrabal, Francisco Nieva, Mart¨ªnez Mediero, Domingo Miras, Sanchis Sinisterra¡; Rodolf Sirera, Alonso de Santos, Ang¨¦lica Lidell, Juan Mayorga, Juan Margallo, Miguel del Arco¡, hasta llegar al n¨²mero actual, el 350, que incluye textos del argentino (ahora ecuatoriano tambi¨¦n) Ar¨ªstides Vargas, y de los espa?oles QY Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yag¨¹e (que escriben en equipo) y Carmen Losa.
Esa n¨®mina es un resumen somero de una aventura que hizo leer, en Am¨¦rica y en Espa?a, teatro contempor¨¢neo y cl¨¢sico, y que ahora prosigue (semestralmente) con la misma ambici¨®n divulgadora de textos que, como dice ?ngela Monle¨®n, ¡°tratan de ofrecer una mirada distinta sobre lo que sucede en el mundo¡±.
La mezcla (de autores, de generaciones, de apuestas) ha sido la divisa de Primer Acto; aquel ni?o que se situaba en la guerra civil para explicar su ansiedad por entender la vida desde aquel drama real sigui¨® buscando ¡°entender el teatro (m¨¢s all¨¢ del oficio) como la llave que abre las puertas de todas las discusiones¡±, resume su hija ?ngela. Eso ahora lo garantiza un comit¨¦ de direcci¨®n en el que coexisten varias generaciones. En el texto que iba escribiendo, y que se ley¨® esta semana en el Festival de teatro de Sagunto que se le dedic¨®, Monle¨®n cincel¨® el compromiso que anim¨® Primer Acto desde su primera aparici¨®n: el teatro es ¡°un modelo de ficci¨®n¡± que permite mezclar la m¨¢scara con el drama humano, para entender ¨¦ste mejor que lo que dice el espejo veloz de la realidad.
Mario Gas ley¨® en la despedida de Monle¨®n, hace una semana en el Tanatorio de La Almudena de Madrid, el poema m¨¢s famoso de Cavafis, sobre el viaje. En ese viaje que acab¨® ya, y que prosigue sin embargo Primer Acto, ¡°esa revista¡±, dec¨ªa Gas a EL PA?S, ¡°es uno de los grandes milagros del teatro espa?ol, en cuyo bagaje est¨¢n N¨²ria Espert y Marsillach, Grotowsky y el Living Theatre; era una conexi¨®n con el mundo y una c¨¢tedra; era una voz cosmopolita y era un debate perpetuo, al que las nuevas generaciones nos asomamos para saber, con asombro, de qu¨¦ iba la discusi¨®n contempor¨¢nea. Fue un alimento de cantidad de lectores, de int¨¦rpretes y de compa?¨ªas, que ah¨ª beb¨ªan ideas de lo que podr¨ªan hacer¡±.
Fue el Primer Acto de Monle¨®n. Ahora prosigue; ojal¨¢, dice ?ngela. El a?o que viene 60 a?os resistiendo en los quioscos.
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