El genio en el pozo
La pel¨ªcula de Don Cheadle explora el momento de m¨¢xima crisis de Miles Davis, partiendo del par¨¦ntesis creativo que mantuvo retirado al m¨²sico por cinco a?os
La publicaci¨®n de los ¨¢lbumes Agharta y Pangaea, en los que se recog¨ªan los dos conciertos sucesivos que dio el septeto liderado por Miles Davis en la ciudad de Osaka el 1 de febrero de 1975, marcaron un controvertido punto l¨ªmite en la carrera del m¨²sico. Un punto l¨ªmite que dividi¨® a ortodoxos y progresistas y que precedi¨® al agujero negro de cinco a?os que mantuvo a Davis retirado del mundo, en aparente dique seco, lidiando con adicciones y dolencias, como un flam¨ªgero eremita en su apartamento del Upper West Side. Hasta ese momento, la carrera de Miles Davis hab¨ªa seguido el imperativo de la exploraci¨®n constante. Agharta y Pangaea supusieron la culminaci¨®n de su periodo el¨¦ctrico: algunos interpretaron esos trabajos como una extenuaci¨®n de su talento, pero el tiempo acab¨® reevalu¨¢ndolos como visionaria intuici¨®n de un futuro del jazz definido en la fusi¨®n y el mestizaje.
MILES AHEAD
Direcci¨®n: Don Cheadle.
Int¨¦rpretes: Don Cheadle, Ewan McGregor, Emayatzi Coreanaldi, Michael Stuhlbarg.
G¨¦nero: biopic. Estados Unidos, 2016
Duraci¨®n: 100 minutos.
En Miles Ahead, su primer largometraje como director, el actor Don Cheadle asume la arriesgada decisi¨®n de adoptar como punto de partida ese par¨¦ntesis creativo en la vida de Davis: el conjunto (supuestamente) vac¨ªo que se extiende entre la crisis y el renacimiento. Es decir, el territorio m¨¢s inesperado ¡ªe ingrato¡ª desde el que plantear un biopic. Y ah¨ª reside precisamente la gran singularidad de este trabajo en el que Cheadle ¡ªestrella, co-guionista y productor¡ª se ha implicado en cuerpo y alma y que, de hecho, puede resultar tan provocador para los guardianes de las esencias como en su d¨ªa lo fue Agharta para el grueso de la cr¨ªtica de jazz.
Miles Ahead no es un biopic, sino una apropiaci¨®n ¡ªy lectura¡ª de la figura de un gigante capturado en su momento de m¨¢xima crisis: aunque las dos pel¨ªculas no se parezcan demasiado, aqu¨ª Miles Davis no est¨¢ tan lejos del Toby Dammit (1968) de Federico Fellini, que, por cierto, tampoco era una adaptaci¨®n de Poe, sino su vampirizaci¨®n, la lectura de su esencia. Cheadle aprovecha ese pozo existencial para fundir tiempos ¡ªsu habilidad para la transici¨®n imaginativa y pertinente merece ser celebrada¡ª, leer a Miles como genio que perdi¨® la gracia de su musa ¡ªla historia de amor con Frances Taylor es la doliente l¨ªnea mel¨®dica del conjunto¡ª y envolverlo todo con una trama que tiene algo de b¨²squeda de un esquivo Santo Grial que podr¨ªa ocultar, en realidad, a un Halc¨®n Malt¨¦s (el sue?o). Una pel¨ªcula ambiciosa, arriesgada y felizmente imprevisible.
Babelia
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