Viaje a la ira del rey Jerjes
El autor de este libro ha tenido la encomiable idea de seguir los pasos del ej¨¦rcito persa cuando decidi¨® arrasar a ¡°esos atenienses¡±
Hacia el a?o mil a.C. unas familias que hu¨ªan del hambre y la inestabilidad pol¨ªtica que desgarraban Grecia cruzaron el Egeo y se establecieron en las islas y una extensa franja costera de la actual Turqu¨ªa. Eran los jonios, llamados a construir ciudades y colonias como Halicarnaso, Mileto, Samos o ?feso, que tan decisiva contribuci¨®n iban a tener en la Magna Grecia.
Cuatro siglos despu¨¦s, hacia el siglo VI a.C. el poderoso imperio persa invadi¨® Jonia y aunque las condiciones impuestas a los conquistados eran tolerables, en 499 a.C. el tirano de Mileto, Arist¨¢goras, contagi¨® su desmedida ambici¨®n a los atenienses y juntos arrasaron la ciudad de Sardes, residencia de los s¨¢trapas persas.
Nadie pod¨ªa imaginar que ese gesto relativamente irresponsable iba a provocar un cataclismo que ha pasado a la historia bajo el nombre de Guerras M¨¦dicas (492-479 a.C.) en las que, contra todo pron¨®stico, un ej¨¦rcito compuesto por unos pocos miles de soldados y varios cientos de naves iba a derrotar al ej¨¦rcito del imperio m¨¢s poderoso del mundo. A nadie le cabe la menor duda de que, de no haberse producido las victorias griegas de Salamina (480 a.C.) y Platea (479 a.C.) los persas hubiesen reducido a escombros la civilizaci¨®n helena y el futuro desarrollo del mundo occidental.
Her¨®doto naci¨® en Halicarnaso hacia el 484 a.C. y tendr¨ªa unos cuatro a?os en el momento de librarse las batallas. Por lo tanto, cuando una vez cumplidos cuarenta a?os se encerr¨® para escribir su Historia de las guerras contra los persas no se vali¨® de viejas leyendas y mitos de origen oscuro sino de fuentes contempor¨¢neas, probablemente escuchadas por vez primera de labios de su padre y sus t¨ªos, sus maestros y conocidos y, sobre todo, del material de primera mano que hab¨ªa ido recopilando durante sus constantes viajes por todo Asia Menor, Macedonia, Libia o Egipto.
El autor de este libro ha tenido la encomiable idea de seguir los pasos del ej¨¦rcito persa de Jerjes cuando decidi¨® arrasar a ¡°esos atenienses¡± que hab¨ªan osado desafiar su poder. Y puesto que, no por casualidad, ese trayecto incluye ciudades que Her¨®doto conoci¨® bien por ser natural de la regi¨®n y haber pasado en ellas una parte sustancial de su vida (Halicarnaso, Mileto, Priene, etc), Tras las huellas de Her¨®doto sobrepasa con creces los l¨ªmites naturales del g¨¦nero y adem¨¢s de un estupendo libro de viajes (Antonio Penad¨¦s es uno de esos entusiastas irredentos a los que nos les arredra que de un lugar hist¨®rico apenas queden cuatro piedras) es un viaje a trav¨¦s del pensamiento del historiador jonio y un recorrido por el legado espiritual heleno y su influencia en la civilizaci¨®n occidental. Pero nada de tediosas disertaciones o disquisiciones propias de eruditos: el texto avanza a paso de carga, pues no en vano sigue las huellas de un ej¨¦rcito invasor, y bajo ejemplo del propio Her¨®doto, todo lo que sale al paso, ya sean historias pasadas, obras arquitect¨®nicas cl¨¢sicas, imperios mar¨ªtimos pasados o costumbres actuales es material que enriquece la narraci¨®n.
Y aunque Jerjes no lleg¨® tan lejos, una vez por aquellos parajes el autor decidi¨® prolongar el viaje por Troya y Bizancio, que desde luego no son un mal lugar donde perderse y retrasar al modo de Ulises el inevitable regreso a casa para escribir este libro.
Tras las huellas de Her¨®doto. Antonio Perad¨¦s. Almuzara. C¨®rdoba, 2016. 352 p¨¢ginas. 25 euros
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