Mi gran boda jordana
Si el espectador busca una reflexi¨®n trascendente sobre Jordania y Oriente Medio, el resultado es melifluo y superficial
El verano de May, segunda pel¨ªcula de la estadounidense de origen palestino-jordano Cherien Dabis, se puede ver de dos modos muy distintos. La primera, como un melodrama familiar de preparativos de boda, con padres divorciados pero con secreto guardado en el armario, hija a punto de casarse aunque con ciertas dudas, hermanas de caracteres opuestos, encuentro con hombre joven encantador que acrecienta el tembleque del altar, con risas y llantos, peleas y reconciliaciones. Es decir, como un cl¨¢sico del cine, tantas veces visto, aunque con una ins¨®lita particularidad en este caso: est¨¢ ambientado en Jordania, en el seno de una familia de clase alta, y pel¨ªculas de estas hemos visto pocas.
EL VERANO DE MAY
Direcci¨®n: Cherien Dabis.
Int¨¦rpretes: Cherien Dabis, Hiam Abbas, Bill Pullman, Nadine Malouf.
G¨¦nero: melodrama. EE UU, 2013.
Duraci¨®n: 99 minutos.
El segundo modo de verla es como una obra de esenciales ra¨ªces sociales, pol¨ªticas, culturales y religiosas, con una familia en la que el padre es un diplom¨¢tico americano, la madre, una jordana cristiana baptista, la futura novia de blanco se casa con un profesor palestino, ferviente musulm¨¢n, que da clases en una universidad americana, y una de las hermanas es lesbiana.
Si el espectador busca entretenimiento y simpat¨ªa, con un punto de exotismo, la pel¨ªcula es agradablemente efectiva, casi al modo de los trabajos de la libanesa Nadine Labaki, Caramel y ?Y ahora a d¨®nde vamos?, con la que tanto comparte Cherien Dabis: mujer directora y actriz, parecido f¨ªsico, protagonismo de sus pel¨ªculas, y gusto por trasladar al espectador occidental, con calidez y ligereza, las contradicciones de sus pa¨ªses. Sin embargo, si lo que busca la platea es una reflexi¨®n trascendente sobre un pa¨ªs, Jordania, y una zona, Oriente Medio, lo que viven sus mujeres en torno a la religi¨®n, la tolerancia y a la opresi¨®n del hombre, el resultado es melifluo y superficial, acrecentando los peque?os defectos que ya pose¨ªa su ¨®pera prima: Amerrika (2009), tambi¨¦n con evidentes tintes autobiogr¨¢ficos, aunque ambientada en EE UU.
M¨¢s all¨¢ de alg¨²n chiste espor¨¢dico ("cada vez se ven m¨¢s ninjas", dice una de las hermanas ante la visi¨®n de un grupo de mujeres ataviadas con niqab), y de ciertas frases obvias y de poca enjundia ("?c¨®mo nos podemos quejar de nuestros problemas con la boda con lo que est¨¢n soportando en Palestina?"), la pel¨ªcula nunca se atreve. Y, claro, no trasciende, salvo en su temporal diversi¨®n.
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