El cirujano franc¨¦s que agredi¨® sexualmente a 299 pacientes: ¡°Mi vida era la pederastia¡±

Jo?l Le Scouarnec era un cirujano con una vida profesional y personal consolidada. Tres hijos, una esposa, nietos y unas aficiones tranquilas y cultivadas, como la ¨®pera y la lectura. Algunos tics de su personalidad ¡ªsu afici¨®n por el coleccionismo, su obsesi¨®n por clasificarlo todo¡ª dejaban entrever una conducta algo man¨ªaca. Su entorno, con el tiempo, comenz¨® a tener noticia de sus inclinaciones pederastas. De sus delitos. Lleg¨® un momento en que cada miembro de la familia, incluidos sus hijos, sus hermanos y su esposa, tuvieron en la mano una pieza del enorme puzle que compon¨ªa su enfermiza y criminal personalidad, pero ninguno se molest¨® en ponerlas sobre la mesa para construir su verdadero retrato. Este lunes, en el tribunal de Vannes (Breta?a) que le juzga por haber abusado de, al menos, 299 v¨ªctimas (la mayor¨ªa menores de edad), ese cuadro comenz¨® a aflorar a trav¨¦s del primer interrogatorio al que fue sometido. ¡°Ten¨ªa dos vidas. Una vida social, familiar y profesional. Y, aparte de eso, una vida pederasta [¡­]. Pasaba much¨ªsimo tiempo satisfaciendo mis deseos. [¡­] Era adicto a todo lo que pudiera estar relacionado con la pederastia¡±, admiti¨® el lunes.

Los delitos de los que se acusa a Le Scouarnec en este juicio est¨¢n detallados por ¨¦l mismo en una serie de escritos en los que, a modo de diario, relataba los abusos a los que somet¨ªa a las v¨ªctimas, pacientes suyos que se encontraban bajo los efectos de la anestesia o en pleno proceso antes o despu¨¦s de la operaci¨®n. El polic¨ªa que dirigi¨® la investigaci¨®n, Sylvain Boissinot, declar¨® este lunes que el acusado reconoci¨® tras su detenci¨®n que hab¨ªa hecho todo lo que hab¨ªa escrito en esos diarios. Tambi¨¦n a?adi¨® que en los discos duros se encontraron im¨¢genes que apuntan a m¨²ltiples parafilias, como zoofilia, pero tambi¨¦n im¨¢genes ¡±muy duras¡±, como decapitaciones o ahorcamiento de personas. Otro agente, Benoit Bordenave, reconoci¨® que los textos escritos en los diarios ¡°no dejan indiferente¡±, mientras que la abogada de varias de las v¨ªctimas record¨® que entre ese material escrito hay cuentos y poes¨ªas de tema pederasta.

Le Scouarnec, tras este pre¨¢mbulo, comenz¨® finalmente su declaraci¨®n con mucho m¨¢s detalle, arrancando desde su juventud. ¡°No tengo el m¨ªnimo recuerdo de que pudiera ser v¨ªctima de nada¡±. Una declaraci¨®n que desmiente la posibilidad de que hubiera sido v¨ªctima de agresiones sexuales y eso hubiera contribuido a desencadenar una actitud parecida con otras personas. Le Scouarnec, a preguntas del tribunal, comenz¨® a desgranar los entresijos de su personalidad. ¡°Cuando estaba en mi burbuja ped¨®fila, solo ve¨ªa al ni?o como un objeto de mi deseo¡±. Ahora sostiene que su impulso pederasta ha desaparecido: ¡°Ahora veo al ni?o, lo escucho¡±, trat¨® de convencer. Adem¨¢s, el acusado declar¨® comprender su condena de 15 a?os de reclusi¨®n dictada en 2020 por la Corte de lo Penal de Charente-Maritime, en Saintes. Esta pena le fue impuesta por la violaci¨®n de sus sobrinas, de una paciente de cuatro a?os y de otra peque?a vecina.

Le Scouarnec asegur¨® durante el interrogatorio haber tomado conciencia de la gravedad de sus actos en prisi¨®n. ¡°Sent¨ª la necesidad de ver a un psic¨®logo¡±, primero en Saintes y luego en Lorient. ¡°Para m¨ª, es una necesidad intentar entender por qu¨¦ me convert¨ª en esto. No tengo una respuesta. Lo que s¨ª puedo decir es que ahora soy consciente del da?o y la devastaci¨®n que caus¨¦. Perd¨ª todo sentido moral¡±. El acusado asegur¨® que ¡°los sitios de pornograf¨ªa infantil proliferan en internet¡±, describiendo plataformas f¨¢cilmente accesibles sin necesidad de recurrir a la dark web. Tras una primera condena de 2005, sostiene que dej¨® de utilizar su tarjeta bancaria para acceder a este tipo de contenidos.

La sensaci¨®n, a medida que avanza el juicio, es que muchos de sus cr¨ªmenes pod¨ªan haberse evitado. Hab¨ªa pistas y demasiados indicios. En noviembre de 2005, de hecho, Le Scouarnec fue condenado a cuatro meses de prisi¨®n en suspenso por descargar en tres ocasiones im¨¢genes de pornograf¨ªa infantil, compradas con su tarjeta bancaria. A pesar de esta condena, continu¨® ejerciendo como cirujano. Durante su interrogatorio, el acusado admiti¨® haber ocultado material ped¨®filo en su domicilio durante todo ese tiempo. ¡°Ten¨ªamos un s¨®tano lleno de cosas apiladas, era f¨¢cil esconder m¨¢s cajas entre ellas¡±. Entre esos objetos, hab¨ªa unas 70 mu?ecas que simulaban ni?os y beb¨¦s. Todas ten¨ªan nombres, a veces de pacientes que correspond¨ªan con los que anotaba en los diarios.

El cirujano pas¨® los ¨²ltimos a?os de su vida solo tras separarse de su mujer. Durante el interrogatorio, reconoci¨® haber tenido dificultades econ¨®micas debido a cr¨¦ditos al consumo con altos intereses. Tambi¨¦n admiti¨® haber desarrollado una fuerte adicci¨®n al alcohol en Jonzac, la localidad del sur de Breta?a donde viv¨ªa, llegando a consumir medio litro de whisky al d¨ªa. Su vida transcurr¨ªa, explic¨®, en un total aislamiento social, en una reclusi¨®n que aument¨® progresivamente su ensimismamiento y obsesiones. ¡°No recib¨ªa a nadie o casi nadie. Me hund¨ªa en la negligencia. Hab¨ªa moho en mi casa. No quer¨ªa cambiar de apartamento. Mi vida eran los sitios de pornograf¨ªa infantil y la pederastia¡±. Le Scouarnec explic¨® que su exesposa tom¨® la decisi¨®n de divorciarse definitivamente tras su encarcelamiento. ¡°Al principio, ella ten¨ªa poder sobre mi cuenta bancaria. Despu¨¦s del divorcio, se decidi¨® que ella se quedar¨ªa con la casa y yo le pagar¨ªa una cantidad mensual durante ocho a?os¡±.

La familia de Le Scouarnec estuvo marcada por las agresiones sexuales y el incesto. Su padre abus¨® de su nieto (el hijo de Scouarnec) y ¨¦l hizo lo mismo con sus sobrinas, las hijas de su hermana. ¡°Reproduje en m¨²ltiples ni?os lo que mi padre hizo con mi hijo¡±. Cuando se le pregunt¨® sobre la primera agresi¨®n cometida, relat¨®: ¡°Lo sit¨²o con mi sobrina. Era una ni?a inquieta que buscaba refugio en mis brazos. Fue entonces cuando comenc¨¦ a tener gestos inadecuados con ella¡±. Sin embargo, Le Scouarnec neg¨® que los abusos intrafamiliares que sufri¨® hayan influido en su conducta. ¡°Cuando me convert¨ª en pederasta, no sab¨ªa nada de esto. No veo c¨®mo podr¨ªa haberme afectado¡±. El juicio, a lo largo de los cuatro meses que durar¨¢, tambi¨¦n resolver¨¢ esa inc¨®gnita.