Simpson zombies

¡°?Seguimos existiendo y somos relevantes!¡±. Ese deber¨ªa ser el eslogan de Los Simpson desde hace temporadas. Sedientos de titulares y faltos de ideas, la serie prepara para su vig¨¦simo octavo a?o su episodio m¨¢s largo ¡ªuna hora¡ª donde adaptar¨¢ El Gran Gatsby a ritmo de hip-hop. Pero el anuncio de un episodio supermegaespecial ha dejado de sorprender.

En los ¨²ltimos tiempos, la serie de Matt Groening ha vendido un episodio en directo, uno de marionetas, uno con piezas de Lego, cruces con Padre de familia y Futurama, publicitadas salidas del armario, muertes e incluso un cap¨ªtulo cuyo final decidi¨® la audiencia. Mucho artificio viral y poco contenido y chistes.

Cap¨ªtulo en directo de 'Los Simpson'.

Los Simpson ha pasado de ser un icono cultural a su propia parodia. Ya no es aquel resabiado e irreverente adolescente que criticaba a su generaci¨®n. Hoy parece un ciudadano acomodado que, en plena crisis de los 40, no entiende el lenguaje de los j¨®venes pero que est¨¢ obligado a usar Snapchat y jugar a Pok¨¦mon Go.?Por desgracia, lo ¨²nico original y diferente son hoy esos ef¨ªmeros gags del sof¨¢ dirigidos por artistas invitados como Guillermo del Toro o del hist¨®rico de Disney Eric Goldberg. Y esos segundos est¨¢n disponibles en YouTube, sin necesidad de aguantar los 20 minutos posteriores.

Tras 600 episodios, es f¨¢cil olvidar el legado de Los Simpson como la sitcom m¨¢s influyente en d¨¦cadas. Por eso es tan triste su decadencia. James L. Brooks, que con 76 a?os sigue en la mesa de guionistas, hab¨ªa creado comedias legendarias como La chica de la tele o Taxi y en 1989 volv¨ªa a revolucionarlo todo con una serie animada de cuidada puesta en escena, experimental y sin miedo a tab¨²es. Los Simpson se convirti¨® en una escuela que dio, entre otros, al cineasta Brad Bird (Ratatouille, Misi¨®n Imposible IV) o al presentador Conan O¡¯Brien, escritor del famoso episodio del monorra¨ªl. Muchos otros recibieron esa inspiraci¨®n en su sal¨®n.

Aquella primera temporada tuvo una audiencia de 30 millones en EE UU. Hoy apenas alcanza los cuatro millones de media, pero su sombra cultural es tan larga que nadie se atreve a cerrar Springfield. Ni Fox ¡ªa la que puso en el mapa en sus inicios¡ª pronunci¨® ¡°cancelaci¨®n¡± al renegociar el sueldo de los actores de doblaje, que ya podr¨ªan retirarse a una isla caribe?a el resto de sus d¨ªas.

Cada uno tiene su teor¨ªa de cu¨¢ndo?comenz¨® a decaer Los Simpson. Algunos dicen que fue con el adi¨®s de Mike Scully en la d¨¦cima temporada, otros culpan a la animaci¨®n digital y en Espa?a hay quien sostiene que fue a peor cuando cambi¨® la voz de Homer. Ninguna estrella del rock quiere morir despu¨¦s de los 27. Los Simpson muri¨® en vida. El cad¨¢ver no ser¨¢ bonito.

Avance del episodio 600, con Bart como James Bond.