Sijena y la caja de Pandora

La devoluci¨®n de 53 obras conservadas en Catalu?a provenientes del monasterio de Santa Mar¨ªa de Sijena (Huesca) se produjo tras la sentencia del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Huesca, que dictamin¨® que las compraventas realizadas entre las monjas Sanjuanista y la Generalitat en 1983 y 1992 (56 piezas por valor de 210.000 euros) y el Museo Nacional de Arte de Catalu?a en 1994 (41 obras por 89.000 euros) eran ilegales. El motivo: que el monasterio era monumento nacional desde 1923 y, por tanto, estas piezas tambi¨¦n estaban protegidas y se pod¨ªan vender. Seg¨²n la juez, aplicando la Ley de Patrimonio Hist¨®rico de 1985, los retablos, c¨¢lices, pinturas murales, cucharas, cer¨¢micas, libros y todos los bienes muebles eran parte indisociable del edificio y gozaban de la misma protecci¨®n.

Pero la historia de las ventas de bienes culturales en Espa?a est¨¢ llena de ejemplos en los que, como en Sijena, los objetos cambiaron de manos pese a pertenecer a un edificio declarado monumento nacional, por lo que la sentencia, que est¨¢ recurrida, puede llevar a que muchos municipios reclamen su patrimonio. As¨ª lo han puesto de manifiesto dos de los conservadores del Museo de Lleida, el centro que conserva 44 de las 97 obras que la juez obligaba devolver a Arag¨®n antes del 25 de julio; una orden que el Gobierno catal¨¢n ha incumplido, alegando que estas obras ¡ªy no las 53 que devolvi¨® el 26 de julio¡ª forman parte del patrimonio catal¨¢n ya que est¨¢n catalogadas.

Carme Berlab¨¦, conservadora del Museo de Lleida, explica que en 1925, dos a?os despu¨¦s de declarar monumento al monasterio, las monjas de Sijena vendieron objetos a un anticuario de Zaragoza tras conseguir el permiso de Roma y de dos ministerios, sin aducir, ninguno de los dos, su reciente declaraci¨®n. Porque, seg¨²n la experta, ¡°la documentaci¨®n solo habla de proteger la f¨¢brica del edificio, no de sus bienes¡±.

Bote de Zamora

Por su parte, el tambi¨¦n conservador del Museo de Lleida Albert Velasco enumera una lista de objetos vendidos de edificios catalogados en la historia reciente de Espa?a. Como la reja de la catedral de Huesca, hoy en Torreciudad, sede del Opus Dei, vendida en 1969 cuando el edificio estaba protegido desde 1924. O los tapices del siglo XV de la catedral de Zamora, vendidos, por 900.000 pesetas, al Ayuntamiento de Madrid. De la misma provincia es el famoso Bote de Zamora (del siglo?X), hoy en el Museo Arqueol¨®gico Nacional (MAN), que vendi¨® el cabildo catedralicio en 1911, pese a que era monumento desde 1889. ¡°Los can¨®nigos lo vendieron al anticuario Juan Lafora y poco despu¨¦s el Estado lo adquiri¨® por el mismo precio, algo que demuestra que la venta de bienes originarios de monumentos era frecuente, no era ilegal, ya que habr¨ªan impugnado la venta y se habr¨ªan hecho con ¨¦l¡±, asegura Velasco, que apunta otro ejemplo: el de Santa Clara de Astudillo, en Palencia. Monumento desde 1931, no impidi¨® que al a?o siguiente se vendiera la siller¨ªa de su coro. Acab¨® repartida entre EE?UU y el MAN. No menos sintom¨¢tica es la historia de San Baudelio de Berlanga (Soria), un edificio protegido desde 1917. Tras denunciar el arranque y venta de las pinturas rom¨¢nicas al anticuario Le¨®n Levi, la justicia determin¨® en 1925 que los frescos eran independientes de la iglesia y pod¨ªan venderse. Hoy pueden verse fragmentadas en Boston, Nueva York, Indian¨¢polis, Barcelona o Madrid.

Ninguna reclamaci¨®n

En ninguno de los casos se han reclamado estos objetos. Tampoco una tabla que en 2003 compr¨® el Estado en una subasta por 90.000 euros y que deposit¨® en el Museo del Prado. Se trata de La Natividad, realizada por el llamado Pintor de Sijena (activo entre 1515 y 1520), que recibe su nombre precisamente por esta pintura del retablo mayor del pante¨®n real del monasterio de Sijena. Desde el museo aseguran que no tienen nada que declarar sobre Sijena; que nadie les ha reclamado la pintura. Tan solo que la obra ¡°ingres¨® como adquisici¨®n del Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deportes del a?o 2003¡±.

¡°La venta de objetos pertenecientes a monumentos protegidos ha sido habitual. Por eso sorprende que se aplique la ley de forma tan estricta en el caso de Sijena¡±, apunta Berlab¨¦, mientras Velasco remarca que ¡°todos los museos espa?oles conservan piezas en esta situaci¨®n. Si nos ponemos estrictos, desmontaremos las colecciones; hay muchos bienes que han salido de monumentos nacionales sin permiso del ministerio¡±.

Por su parte, Luis Grau, director del Museo de Le¨®n y de ICOM Espa?a (Consejo Internacional de Museos, seg¨²n sus siglas en ingl¨¦s), asegura que siempre ha habido reclamaciones, como es el caso de la Dama de Elche, que se pide desde la localidad alicantina. ¡°No todas son viables, cada caso es diferente. Adem¨¢s, en Espa?a hay pocos en los que se haya acudido a los tribunales y muchos menos los que se hayan ganado¡±.

Para el especialista, que dice hablar como experto y no como presidente del ICOM en Espa?a, ¡°la compraventa de los bienes de Sijena no es un caso normal, ya que la mayor¨ªa de centros espa?oles han creado sus colecciones en procesos anteriores como la desamortizaci¨®n del siglo XIX, cuando las leyes eran otras¡±. Y prosigue: ¡°Hay dos juicios. Socialmente, la sentencia que obliga a devolver los objetos puede abrir muchas cosas que est¨¢n cerradas, como la caja de Pandora; judicialmente, la ley es una, y, guste o no, hay que cumplirla¡±. En cuanto al traslado de las pinturas murales que reclama Arag¨®n, Grau asegura que ¡°cualquier operaci¨®n preservar¨¢ las pinturas¡±, pero conf¨ªa ¡°en que no se llegue a ese extremo y que las cosas se reconduzcan¡±.