La escritora de izquierda
Soy cr¨ªtica con mi contexto, narro mi realidad como tel¨®n de fondo de mis personajes y por eso aqu¨ª sigo y seguir¨¦ censurada. Para muchos resulta contradictorio que viva en Cuba
Vivo en Cuba, entro y salgo al capitalismo pero mi vida cotidiana transcurre aqu¨ª, en este socialismo tropical, tocando un viejo est¨¢ndar de jazz que se resiste a ser improvisado.
La generaci¨®n de mis padres entreg¨® su vida intentando apuntalar la utop¨ªa que desapareci¨® junto a muchos proyectos sociales. Las ideas tienen un tiempo de incubaci¨®n, para que perduren hay que revolucionarlas.
Soy cr¨ªtica con mi contexto como cualquier autor, narro mi realidad como tel¨®n de fondo de mis personajes y por eso aqu¨ª sigo y seguir¨¦ censurada.
Para muchos resulta contradictorio que viva en Cuba.
?No ha sido acaso la izquierda la cuna de trascendentales procesos culturales en el tiempo en que me ha tocado vivir?
El Boom Latinoamericano, el Teatro Latinoamericano, la Nueva Trova, el Nuevo Cine Latinoamericano, el Premio Casa de las Am¨¦ricas, la Pintura Latinoamericana con sus exitosas Bienales.
?No he estudiado yo en escuelas pagadas por la revoluci¨®n? Todo lo que soy se desprende de ese proceso pol¨ªtico sin alternativas.
?C¨®mo borrar mi biograf¨ªa?
?C¨®mo reordenar la biblioteca de mi cabeza?
?Debo olvidar acaso los versos, las canciones, las pel¨ªculas, los libros y los maestros, parte substancial de aquella izquierda revolucionaria?
?Pongo el intermitente para la izquierda pero doblo a la derecha?
?Debo hacer un silencio agradecido y estoico en nombre de mis deudas?
As¨ª crecimos, debi¨¦ndole una peseta a cada m¨¢rtir y fidelidad eterna a cada h¨¦roe.
Cuando a finales de la d¨¦cada de los ochenta el artista visual Aldito Men¨¦ndez pintara su obra ¡°Reviva la Revol¨²¡¡±, pens¨¢bamos revivir lo muerto o lo que no estaba concluido, el (ci¨®n) ausente significaba nuestra oportunidad de acci¨®n, cre¨ªamos que nos tocaba transformar, revolucionarlo, cambiarlo todo. Ese era nuestro momento.
Ah¨ª empez¨® un combate gubernamental que ha devenido en el desarme de quienes nos quedamos, la p¨¦rdida de memoria de una sociedad que desconfi¨®, acus¨® y expuls¨® a sus propios hijos hacia una di¨¢spora masiva de creadores, intelectuales, ide¨®logos f¨¦rtiles; cada uno de ellos formados en nuestras escuelas, educados bajo los preceptos marxistas leninistas, egresados de la Vocacional Vladimir Ilish Lenin, el Instituto Superior de Arte o la Universidad de La Habana. Est¨¢bamos equivocados, no ¨¦ramos dignos representantes de nuestra sociedad que necesita una militancia incondicional, sin dudas, ni versatilidad, inamovible, nada cr¨ªtica, sin reformas, que no refiera la palabra cambio, mucho menos el t¨¦rmino transici¨®n.
Aqu¨ª ya todo est¨¢ hecho, nadie m¨¢s tiene la palabra, nos divorciamos, adi¨®s.
La izquierda se fue del pa¨ªs.
?C¨®mo entonces ser una escritora cubana de izquierda?
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