¡®The Get Down¡¯, vibrante caos
La serie creada por Baz Luhrmann aspira a quedarse en la memoria del espectador por su ritmo, su colorido y su brillo
El primer cap¨ªtulo de The Get Down es exactamente como te lo puedes imaginar una vez que sabes que Baz Luhrmann (Moulin Rouge, El gran Gatsby) es su director: un caos muy entretenido, lleno de energ¨ªa, m¨²sica y baile. Y que, curiosamente, a pesar del barullo en que se convierte en algunas partes, funciona como episodio piloto e invita al espectador a seguir. Una vez planteado el estilo, Luhrmann deja la direcci¨®n en los cinco cap¨ªtulos restantes que Netflix ha lanzado. La plataforma ha decidido dejar los otros seis para un futuro indeterminado y, as¨ª, dejar la historia sin rematar. Los que gustan de darnos todo a la vez para que disfrutemos en la cantidad que queramos han decidido dosificar la droga, quiz¨¢ por el alto coste que les ha supuesto la misma (aunque el presupuesto inicial se fue de las manos, no es la producci¨®n m¨¢s cara de Netflix).
Los protagonistas de The Get Down son un grupo de adolescentes que viven en las calles del Bronx de los setenta ¡ªun barrio lleno de edificios en llamas y de sue?os de escapar¡ª su pasi¨®n por la m¨²sica disco y por ese otro estilo que se estaba fraguando y que m¨¢s tarde se conocer¨ªa como hip hop. La pareja en torno a la que gira la historia son unos Romeo y Julieta del Bronx entre los que se interpondr¨¢ el destino ¡ªclaro¡ª y sus ambiciones personales (y cuyo destino se apunta en raps que avanzan un futuro que en estos seis primeros cap¨ªtulos todav¨ªa no se ve). ?l encuentra en el rap una forma de dar v¨ªa libre a su poes¨ªa. Ella sue?a con convertirse en la nueva estrella de la m¨²sica disco. La historia de amor se combina con el cl¨¢sico relato del paso hacia la madurez.
En realidad, en The Get Down la historia importa pero no demasiado. La serie aspira a quedarse en la memoria del espectador por su ritmo, su colorido, su brillo. Por la mezcla de im¨¢genes de ficci¨®n y reales. Por la ambientaci¨®n. Por eso, la esencia de The Get Down est¨¢ en ese primer cap¨ªtulo, a pesar del caos. O gracias al caos, seg¨²n se vea. Los otros cinco cap¨ªtulos disponibles ganan en orden pero, seg¨²n avanza la historia, pierden en empuje. Sin embargo, de vez en cuando se encuentran momentos de genialidad, casi siempre con la m¨²sica como protagonista, como aquellos en los que se intercalan temas disco y rap.
Es probable que The Get Down hubiera funcionado mejor como una pel¨ªcula en la que Luhrmann hubiera podido dar rienda suelta a su vena excesiva. En la serie, los ingredientes est¨¢n presentes y la coctelera, agitada. La mala noticia es que el resultado no es todo lo brillante que podr¨ªa haber sido. La buena es que no es un desastre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.