El ni?o mago es un hombre
Harry Potter y el legado maldito llega el 28 de septiembre a las librer¨ªas con el protagonista convertido en padre. El texto es una incursi¨®n en la identidad adolescente y la paternidad
Entre los personajes m¨¢s famosos de la literatura est¨¢, todos lo sabemos, Harry Potter, la admirable creaci¨®n de J. K. Rowling, a quien sus admiradores han visto crecer a trav¨¦s de varias novelas de la saga. En el pasado, nuestros h¨¦roes literarios cobraban aspecto f¨ªsico en la pluma de sus ilustradores: hoy esa encarnaci¨®n depende de las estrellas de cine y Harry es para siempre Daniel Radcliffe. El hecho de que el peque?o Daniel tenga ahora 28 a?os, y tambi¨¦n que Rowling, la autora m¨¢s famosa de nuestro tiempo, sea la madre de tres ni?os, contribuy¨® quiz¨¢s a la inspiraci¨®n de Harry Potter y el legado maldito. Rowling concibi¨® el argumento; los guionistas John Tiffany y Jack Thorne colaboraron en su escritura y lo transformaron en la obra de teatro estrenada con gran ¨¦xito el 30 de julio de este a?o en Londres y publicada al mismo tiempo como libro que la editorial Salamandra lanzar¨¢ en versi¨®n castellana el 28 de septiembre.
En Harry Potter y el legado maldito, el c¨¦lebre ni?o mago es ahora un hombre de 37 a?os, padre de James, Albus y Lily. El hijo del medio, el adolescente Albus, va a empezar el colegio en Hog?warts, la misteriosa academia donde Harry aprendi¨® el arte secreto que le permiti¨® derrocar a su enemigo Voldemort, atroz asesino de sus padres. No es necesario conocer la historia narrada en las siete novelas anteriores para entender la pieza, pero los fieles lectores de los 450 millones de ejemplares vendidos en 47 idiomas reconocer¨¢n muchos de los detalles de los episodios precedentes en esta nueva aventura. Otra vez el malvado Voldemort (a quien cre¨ªamos aniquilado para siempre) amenaza al mundo, otra vez ser¨¢ un Potter el palad¨ªn que deber¨¢ derrotarlo.
Harry Potter y el legado maldito hubiese podido ser una simple f¨¢bula sobre la persistencia del mal y la necesidad de combatirlo, pero los lectores de la serie bien saben que nada en la deslumbrante imaginaci¨®n de Rowling es tan trivial. El tema central es por cierto ese, pero la autora lo ha enriquecido con preocupaciones profundas e individuales acerca de la identidad adolescente y el oficio de ser padre, y cuestionamientos de nuestra responsabilidad p¨²blica ante la eterna tentaci¨®n del fascismo y ante la ¨¦tica del deber c¨ªvico.
Tener un padre famoso no es f¨¢cil. Desde Segismundo hasta Justin Trudeau, los hijos de los poderosos han tenido que encontrar maneras distintas para asentar una identidad que no sea meramente heredada, y no necesitamos recurrir al Edipo de Freud para entender las dificultades con las que estos j¨®venes se enfrentan. Cuando a Richard Ford le preguntaron qu¨¦ pod¨ªa hacer un padre para ayudar a su hijo adolescente, respondi¨®: ¡°Lo ¨²nico que puede hacer un padre es morirse¡±. La cuesti¨®n es c¨®mo hacerlo sin condenar al hijo a la culpa, y tambi¨¦n sobrevivir para seguir acompa?¨¢ndolo.
El conflicto entre Harry Potter y su hijo Albus es, como siempre en estos casos, uno de identidades inciertas: el padre que trata de ser padre y que deja caer la sombra de su experiencia como hijo en su hijo, y el hijo que trata de discernir en el espejo los rasgos que no sean los de su padre. En una de las escenas clave de la primera parte (acto 2, escena 8), Harry le dice a Albus, con un gui?o a Winnicott: ¡°Durante mucho tiempo pens¨¦ que yo no era un padre suficientemente bueno para ti porque t¨² no me quer¨ªas. Solamente ahora entiendo que no necesito que t¨² me quieras. Necesito que me obedezcas porque soy tu padre y porque tengo m¨¢s experiencia¡±. Ante las persistentes dudas de su hijo, el fantasma del padre de Hamlet hubiese podido decir las mismas palabras.
Harry Potter y el legado maldito no nos ofrece una sola historia sino varias. Para intentar reparar una injusticia en el pasado, Albus intenta volver atr¨¢s en el tiempo con la ayuda de un artefacto m¨¢gico y prohibido. Como sabemos, nadie puede modificar el pasado, pero si pudi¨¦ramos hacerlo, las prodigiosas consecuencias abarcar¨ªan todo nuestro presente. Es as¨ª que la aventura de Harry Potter y su hijo se bifurca y se transforma, y vemos desplegarse ante nosotros historias alternativas de ¡°lo que hubiese ocurrido si¡¡±: mundos en los que Harry ha muerto y Albus no ha nacido, o Harry es un ser insignificante despreciado por casi todos, o Voldemort ha triunfado y ha establecido el reino del mal.
Tal vez el peligro que corra esta pieza es que la obra literaria se confunda con un circo de efectos especiales. Personajes que aparecen y desaparecen como por encanto, lugares que se transforman m¨¢gicamente en selvas oscuras o edificios misteriosos, brujos y brujas que vuelan con o sin escobas sin duda deslumbrar¨¢n al p¨²blico, pero ojal¨¢ que en medio de todo el artificio puedan escucharse las palabras del texto, tan h¨¢bilmente escrito. Quiz¨¢s la simple lectura del libro, sin la pirotecnia del escenario teatral, ofrezca tal ventaja a quienes acompa?en a Harry Potter y su hijo en esta, su nueva y admirable aventura.
Harry Potter And the cursed child J. K. Rowling, Jack Thorne, John Tiffany Little, Brow, 2016. 348 p¨¢ginas. 20 libras. (Harry Potter y el legado maldito. Salamandra. 28 septiembre)
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