Una mujer de 71 a?os, bailarina de la Royal Academy de Londres

Nunca es tarde si la dicha es buena, reza el refr¨¢n que ha propulsado a una jubilada del sudeste de Inglaterra a las cabeceras de la prensa nacional, donde aparece luciendo el?maillot y el tut¨² de la danza cl¨¢sica. Porque Doreen Pechey acaba de convertirse, a los 71 a?os, en la bailarina de mayor edad en Reino Unido, despu¨¦s de pasar por el preceptivo examen de la Royal Academy of Dance.

El ideal de prima ballerina no est¨¢ por supuesto al alcance de Pechey, pero con su ingreso como afiliada en el prestigioso centro de formaci¨®n para la danza ha colmado un sue?o de la infancia que las estrecheces econ¨®micas de su familia impidieron hacer realidad. Y lo ha conseguido tan solo dos a?os despu¨¦s de que le fuera implantada una pr¨®tesis en la rodilla. En julio se present¨® a la prueba de la centenaria academia y esta semana ha recibido el aprobado, que la propia instituci¨®n ha difundido en Facebook con un mensaje de felicitaci¨®n.

Su ingreso en la Royal Academy of Dance no es ninguna broma. Esta ingeniera el¨¦ctrica retirada concurri¨® al examen de sexto grado en un ¨¢rea cuyo programa se centra en el deleite de la danza y la interpretaci¨®n, m¨¢s que en la t¨¦cnica (este ¨²ltimo apartado s¨ª corresponde a otro tipo de cursos del centro destinados a los futuros profesionales). Para conseguir la luz verde, no obstante, ha dedicado la ¨²ltima d¨¦cada a formarse, primero en clases con alumnos de edad avanzada (entre los que el ballet se ha revelado crecientemente popular) y luego en sesiones particulares, a raz¨®n de tres veces por semana.

Criada en Sothend-on-Sea y hoy residente en otra localidad tambi¨¦n del sudeste ingl¨¦s, Goring-on-Times, la juventud de Pechey estuvo falta de recursos para enrolarse en la escuela de danza. Y cuando el dinero ya no fue un impedimento estaba inmersa en sus estudios de ingenier¨ªa el¨¦ctrica con la intenci¨®n de ejercer una profesi¨®n que en aquellos tiempos era territorio mayoritariamente masculino. A los 61 a?os, y a un paso del retiro tras una productiva carrera, la visita a una sobrina residente en Canad¨¢ que es profesora de baile le convenci¨® de que nunca es tarde para la danza.

¡°Quiero que la gente de edad se d¨¦ cuenta de que puede hacer tantas cosas... Como aprender a bailar, que es muy beneficioso¡±, ha declarado la jubilada sobre el cambio f¨ªsico y mental que esa diciplina ha operado en su persona. Cuando se traz¨® el reto su talla de ropa era una 48 (europea), pero ahora se ha encogido hasta la 40 y se siente m¨¢s flexible y en forma. El ballet tambi¨¦n ha contribuido a la recuperaci¨®n de la cirug¨ªa en la rodilla, adem¨¢s de procurarle mayor confianza en s¨ª misma.

Pechey, que ya luce su carnet de la Royal Academy of Dance como bailarina aficionada, se ha trazado como objetivo pasar las pruebas del s¨¦ptimo grado. Por eso, en la cocina de la casa que comparte con su marido Bill ha instalado una barra, en la que practica a diario y al margen de las clases. Una mujer de 71 a?os que, entre sus ejercicios, eleva la pierna hasta 90 grados o toca la rodilla con la nariz, parece m¨¢s que capaz de conseguir ese y otros retos.