Una velada en casa de Bukowski
Un breve documental proyectado en Venecia rescata la grabaci¨®n de la noche que una periodista italiana pas¨® charlando y bebiendo con el escritor maldito
Las cuentas, desde luego, no cuadran. Pero eso es lo de menos. ?Acaso pod¨ªa esperarse algo convencional de Charles Bukowski? ¡°El 75% de lo que escribo es bueno; el 40%, muy bueno; el 20% es sublime. Y el 10% es una mierda¡±, asegura el autor. Y sonr¨ªe. Lo hace a menudo, durante los 45 minutos que dura el documental. Y fuma. Y bebe. Se podr¨ªa decir que no hay una sola vez que la c¨¢mara le encuadre en la que no tenga un cigarrillo o un vaso de vino en sus manos. Pero eso, en el ¨²ltimo gran escritor maldito ¡ªfallecido en 1994¡ª, era marca de la casa y no deber¨ªa sorprender. Mucho m¨¢s interesante es lo que cuenta en You Never Had It. An Evening with Bukowski, fragmento rescatado de una larga noche que la periodista italiana Silvia Bizio pas¨® y grab¨® en su compa?¨ªa, y que se proyect¨® ayer en el apartado Venice Days del festival de Venecia.
Era enero de 1981 cuando la reportera acced¨ªa al hogar del mito en San Pedro, California. Hank, como le llamaban los ¨ªntimos y como ella tambi¨¦n aprender¨ªa a conocerle, le recibi¨® con una camisa verde, sus ojos entrecerrados y sus 60 a?os. Rodeado de su entonces novia ¡ªy futura esposa¡ª Linda Lee Beighle y otros amigos, el creador estaba dispuesto a hablar de todo su mundo: alcohol, sexo, literatura, escritores, su padre. De ah¨ª que la pel¨ªcula permita incluso en su brevedad intuir qui¨¦n fue Bukowski y de qu¨¦ escribi¨®, lo que a menudo era lo mismo.
¡°Ya hab¨ªa dos documentales sobre ¨¦l y dif¨ªcilmente podr¨ªa mejorarlos. Quer¨ªa que la gente se creara su propia idea solo escuch¨¢ndole, que sintiera como si estuviera participando en esa velada¡±, asegura en un comunicado Matteo Borgardt, director del filme e hijo de Bizio. Las propias intervenciones de su madre se reducen al m¨ªnimo. Hace su trabajo, pregunta. Y deja que Bukowski y Henry Chinaski ¡ªsu alter ego literario¡ª se sinceren en voz alta.
¡°A veces escribo o digo cosas que no son exactamente a lo que me estoy refiriendo, pero casi¡±, afirma el autor.
¨C?Aqu¨ª es donde escribes?, pregunta Bizio cuando llegan a su despacho.
¨CAqu¨ª es donde jodo mi alma, contesta ¨¦l.
Lo cierto es que all¨ª sac¨® adelante seis novelas (Pulp, Mujeres o Factotum, entre ellas) y cientos de cuentos y poes¨ªas. Y que Sartre dijo de ¨¦l que era ¡°el mejor poeta de Am¨¦rica¡±. A¨²n as¨ª, Bukowski se neg¨® a encontrarle. ¡°Los escritores son abominables. Quedar con otro autor ser¨ªa como beber agua de la ba?era¡±, se?ala en el documental. Solo salva a cuatro compa?eros de profesi¨®n: C¨¦line, Dostoievski, D. H. Lawrence y, por supuesto, John Fante. Incluso Hemingway, al que cita en sus cuentos y del que muestra en el filme una foto que retrata al autor de El viejo y el mar borracho y tumbado y que Bukowski guardaba enmarcada en su casa, es algo que se ¡°disfruta de j¨®venes¡± y se abandona.
Su obra tambi¨¦n, en realidad, tard¨® en encontrar el gusto del p¨²blico y el ¨¦xito. ¡°El dineral lleg¨® cuando vend¨ª sus libros para guiones de pel¨ªculas y cosas as¨ª¡±, contaba su c¨¦lebre editor, John Martin, en una entrevista a Vice. Fue ¨¦l quien rescat¨® a Chinaski de su hundimiento y su improbable acumulaci¨®n de oficios: limpiar platos, colgar carteles en el metro, controlar un ascensor, conducir camiones y, sobre todo, trabajar durante d¨¦cadas en Correos. Martin le hizo en 1969 la oferta que cambi¨® su trayectoria: 100 d¨®lares semanales de por vida a cambio de publicar toda su obra en su editorial, Black Sparrow.
Porque su primer relato hab¨ªa visto la luz en 1946. Pero despu¨¦s Bukowski hab¨ªa volcado una d¨¦cada en emborracharse y acostarse con una incontable cantidad de mujeres. Lo que, por otro lado, le proporcion¨® la materia prima para toda su carrera literaria. Y, sin embargo, ?sorpresa!, en el documental afirma: ¡°El sexo no es para tanto, no es tan importante¡±. Bizio no se lo puede creer: ¡°?C¨®mo?¡±. Y ¨¦l: ¡°De acuerdo, he bebido [empez¨® a los 13 a?os] y tenido mucho sexo pero eso no significa que tenga que ser algo fundamental¡±. Hasta insin¨²a, aunque probablemente bromee, que describi¨® tantos coitos y amores de pago solo porque ten¨ªa tir¨®n entre el p¨²blico.
M¨¢s serio se muestra en cambio cuando habla de su padre. Soldado estadounidense enviado a Alemania ¡ªdonde Bukowski naci¨® en 1920¡ª tras la I Guerra Mundial, su progenitor ten¨ªa la costumbre de machacarle con un cintur¨®n ¡°tres veces a la semana, de los seis a los 11 a?os¡±. Pero el creador le da hasta las gracias, aunque con su iron¨ªa implacable: ¡°Me ense?¨® el dolor sin raz¨®n. Fue mi profesor de literatura¡±.
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