El torero de culto y su misterio
Jos¨¦ Tom¨¢s culmina este domingo en Valladolid una temporada breve, intensa y triunfal
Jos¨¦ Tom¨¢s Rom¨¢n Mart¨ªn (Galapagar, 1975) ocupa el puesto n¨²mero 50 en el escalaf¨®n de matadores, pero esta evidencia estad¨ªstica ¡ªactuaciones m¨¢s trofeos¡ª no contradice su posici¨®n hegem¨®nica. Es el n¨²mero uno, no ya por sus connotaciones de torero de ¨¦poca y por la reputaci¨®n de artista de culto, sino por haberse convertido en una impresionante excepci¨®n.
Cuanto menos torea, m¨¢s expectaci¨®n suscita, hasta el extremo de que su brev¨ªsima temporada espa?ola ¡ªseis tardes, seis¡ª puede considerarse la m¨¢s llamativa en t¨¦rminos de repercusi¨®n medi¨¢tica y hasta de impacto econ¨®mico.
Todas las televisiones generalistas acordonan las plazas donde se anuncia, instalan las paelleras para recoger el clamor de la salida a hombros, entre otras razones porque Jos¨¦ Tom¨¢s, contrapeso decimon¨®nico a la era de la hipercomunicaci¨®n, elude dogm¨¢ticamente las transmisiones en directo y ¨²nicamente tolera que se le graben tres minutos.
El resto tiene que vivirse y sentirse en la plaza. Escucharse en los transistores, a la antigua usanza. O restringirse a la novedad de Periscope, aunque los v¨ªdeos aficionados, temblorosos de la emoci¨®n, simplifican el tomismo o el josetomasismo a una dimensi¨®n caricaturesca.
No cabe ni se entiende Jos¨¦ Tom¨¢s en la pantalla de un tel¨¦fono inteligente. Ya dec¨ªa Rafael de Paula que el Esp¨ªritu Santo no aparece en la pantalla, redundando en ese misterio eucar¨ªstico que representa Jos¨¦ Tom¨¢s con el aspecto severo, enjuto y adusto de una talla de Salzillo.
Es la raz¨®n por la que cuesta intoxicarlo con el prosa¨ªsmo del dinero, pero conviene hacerlo no ya porque el maestro de Galapagar sea el mejor pagado del escalaf¨®n en las ¨²ltimas d¨¦cadas, sino por toda la riqueza que engendra su propia exageraci¨®n. No tiene dudas el propietario del restaurante Nou Manol¨ªn. La actuaci¨®n de Jos¨¦ Tom¨¢s el 24 de junio aport¨® al prestigioso local alicantino la mayor y mejor recaudaci¨®n de su historia.
Por eso ha sido necesario estudiar en las universidades su impacto ¡ªlo hizo la de Barcelona¡ª, incluso esmerar desde c¨¢lculos conservadores que la actuaci¨®n de Jos¨¦ Tom¨¢s en la feria levantina de San Juan aport¨® a la ciudad ocho millones de euros, naturalmente en relaci¨®n con el desembolso que hicieron los aficionados en bares, restaurantes, hoteles y chiringuitos.
Un torero no de esencias,
sino esencial. Puro. Rotundo. El natural mecido. La ver¨®nica como si la hubieran esculpido
¡°?C¨®mo no va a compensar contratar a Jos¨¦ Tom¨¢s?¡±, se preguntaba Nacho Lloret, gerente de Simon Casas Production. ¡°La plaza de Alicante ten¨ªa el a?o pasado 1.500 abonados. Y la llegada de Jos¨¦ Tom¨¢s ha elevado la cifra a 10.000, de tal manera que el torero consigue abarrotar su tarde, pero tambi¨¦n llena los otros cinco espect¨¢culos de la feria¡±.
Nunca como este a?o hab¨ªa sucedido un fen¨®meno parecido. El caso de Alicante puede reconocerse en las ferias de Jerez, Huelva, San Sebasti¨¢n y Valladolid. Y no es obligatorio comprar un abono entero para verlo, pero los aficionados se garantizan el privilegio, previni¨¦ndose de las dificultades que luego conlleva adquirir una entrada suelta para el d¨ªa D.
Es entonces cuando los reventas se apropian de las esquinas, como si fueran dealers de sustancias puras. Tan puras que Jos¨¦ Tom¨¢s ha logrado este a?o como en los anteriores esa extra?a proeza de garantizar el triunfo. Lleva cuatro tardes en 2016 y ha cortado 11 orejas y un rabo.
La quinta tarde se escenifica este domingo en Valladolid con los honores de un homenaje a V¨ªctor Barrio. Conmocion¨® a JT la muerte del compa?ero y acudi¨® a sus exequias, como hicieron muchos de los toreros que se anuncian junto a ¨¦l a orillas del Pisuerga: Juan Jos¨¦ Padilla, Morante de la Puebla, El Juli, Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares y Alejandro Talavante.
El cartel demuestra que Jos¨¦ Tom¨¢s no teme anunciarse con las grandes figuras ¡ªes uno de los reproches que le hacen sus detractores¡ª ni elude las plazas de responsabilidad ¡ªSan Sebasti¨¢n es de primera y act¨²o el 14 de agosto¡ª, aunque lleva muchos a?os premeditadamente ausente de Madrid, Sevilla, Bilbao y otros grandes puertos de monta?a.
Es la manera con la que ha querido despecharse de ciertas empresas depredadoras o negligentes. Y el camino que le ha permitido hacerse las temporadas a su medida. Breves, intensas, comprometidas.
Jos¨¦ Tom¨¢s incorpora a su misterio y a su oficio una mentalidad mon¨¢stica. Torear le supone un esfuerzo f¨ªsico y mental extraordinario. Y no podr¨ªa concebir una temporada superior a 10 festejos. Ha derramado mucha sangre en el ruedo. Pisa terrenos inveros¨ªmiles. Y es un padre de familia que vive retirado del jaleo social en Fuengirola. All¨ª tiene a su pareja y a su chaval de casi cinco a?os. Los cumple en noviembre, Jos¨¦ Tom¨¢s se llama.
Transform¨® la paternidad al maestro. No ya por cuestiones sentimentales, sino por su implicaci¨®n en causas humanitarias que conciernen a la infancia desfavorecida. Algunas donaciones han trascendido. Otras permanecen en el mismo pudor y ensimismamiento con que Jos¨¦ Tom¨¢s se desenvuelve en el ruedo. Un torero no de esencias, sino esencial. Puro. Rotundo. El natural mecido. La ver¨®nica, como la hubiera esculpido Borromini.
Se explica as¨ª la corte de admiradores o de pros¨¦litos o de iniciados. Vecinos de Galapagar, oligarcas mexicanos que cruzan el Atl¨¢ntico en avi¨®n privado ¡ªel aeropuerto de Jerez era una competici¨®n de opulencia aeron¨¢utica¡ª, aficionados de Par¨ªs, artistas del renombre de Barcel¨®, m¨²sicos de la relevancia de Bob Geldof y el rey Juan Carlos.
Ha seguido a JT de plaza en plaza como si fuera un maletilla. Nunca ha encontrado la recompensa de un brindis. Y no porque Jos¨¦ Tom¨¢s sea republicano, de izquierdas, sino porque ha eludido todas las obligaciones protocolarias y escapado a su antojo de las convenciones.
Lo dec¨ªa Juan Belmonte: se torea como se es. Y Jos¨¦ Tom¨¢s es un hombre ¨ªntegro y es un misterio. No en la acepci¨®n del enigma ni del secreto, sino en la expresi¨®n religiosa de las verdades reveladas.
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