La realidad m¨¢s tr¨¢gica entra en las salas de Venecia
El festival acoge documentales y filmes de ficci¨®n que afrontan dramas como el terrorismo, las guerras o la inmigraci¨®n
La Mostra es un mundo aparte. Al cruzar la frontera del festival de Venecia, se accede a un universo fant¨¢stico, donde cada vez que se apagan las luces cientos de desconocidos sue?an juntos. En el Lido, la fantas¨ªa es anfitriona y reina.
Sin embargo, la Mostra tampoco escapa de la realidad. En parte, a su pesar, con un refuerzo de la seguridad, para reducir el riesgo de ataques terroristas. Pero, por otro lado, ha abierto sus puertas e invitado a los dramas cotidianos a entrar: de ah¨ª que en esta edici¨®n coincidan muchas pel¨ªculas centradas en las peores p¨¢ginas recientes de los peri¨®dicos. El Estado Isl¨¢mico, la guerra en Siria, los atentados o los refugiados se juntan en el programa. Y, aparte de gustar, esperan hacer pensar al p¨²blico.
¡°Las pel¨ªculas no pueden cambiar la realidad, pero s¨ª mejorar nuestro conocimiento del mundo, con un lenguaje que tiene una fuerza extraordinaria. Porque uno de nuestros principales problemas es la desinformaci¨®n, que hace crecer los miedos, los populismos y los muros¡±, resume Alberto Barbera, director del festival. Por ejemplo,el cineasta Midi Z propone The Road to Mandalay, relato de las miserias de la inmigraci¨®n ilegal en el sureste asi¨¢tico: ¡°No me atrevo a pensar que cambie el mundo, pero espero que pueda ser vista. Estas historias est¨¢n ocurriendo en el planeta. Es algo universal, tambi¨¦n va de humanidad, separaci¨®n o de tener un hogar¡±. Y The Lastof Us narra el mismo drama, pero mucho m¨¢s cerca de Espa?a: el primer largo del tunecino Alaeddine Slim se centra en el intento desesperado de un africano de alcanzar las costas europeas y en todas las pateras que el Mediterr¨¢neo engulle sin piedad.
Si estos filmes de ficci¨®n se inspiran en tragedias de sobra conocidas, los documentales directamente las graban, como en The War Show. Obaidah Zytoon, conductora de un programa radiof¨®nico en Siria, se arma de c¨¢mara y la enfoca hacia la primavera ¨¢rabe y el conflicto en su pa¨ªs. Se encuentra con ciudadanos deseosos de ense?ar sus heridas para que el mundo entero las vea, y filma los enfrentamientos entre laicos e islamistas sobre el futuro de Siria. Graba, con crudeza extrema, los sue?os rotos: de sugrupo de amigos que abrazan la revuelta, solo ella y pocos m¨¢s sobreviven.
M¨¢s suerte han tenido los protagonistas de Our War: de momento, siguen intactos. Aunque los riesgos aqu¨ª tambi¨¦n son alt¨ªsimos. El documental relata la historia de tres occidentales que se enrolan voluntariamente en las milicias kurdas que luchan por cada cent¨ªmetro de Siria frente al Estado Isl¨¢mico. Y uno de sus directores, Claudio Jampaglia, explica que conf¨ªan por lo menos en hacer reflexionar al p¨²blico: sobre por qu¨¦ los tres entrevistados pelean, sobre los conflictos y sobre las perspectivas, porque un ataque kamikaze en Europa nos hiela la sangre pero en Oriente Medio las explosiones nunca callan.
Muchas bombas se ven tambi¨¦n en American Anarchist. Y no puede ser de otra forma, visto el tema tratado. El documental de Charlie Siskel se centra en William Powell, quien en 1970 hizo algo del que en el filme parece mostrarse, al menos en parte, arrepentido: escribi¨® un libro, The Anarchist Cookbook, donde detallaba todo tipo de receta para construir armas y explosivos caseros y animaba a cada ciudadano a sustituirse a la Justicia. El manual del perfecto terrorista vendi¨® hasta dos millones de copias, fue hallado en el lugar de muchos atentados y todav¨ªa hoy se sospecha que algunos yihadistas lo adquieran en Internet. ¡°Mi esperanza es que la historia de Bill nos ayude a comprendernos mejor a nosotros mismos y mutuamente¡±, defiende Siskel en un comunicado.
¡°Cuando hay un acto de violencia, la primera reacci¨®n es el horror. Luego, la indignaci¨®n. Al final solo queda la apat¨ªa, hasta el siguiente acto violento, porque nos permitimos dejar de mirar. Mi filme no quiere hacerlo. Al rev¨¦s, nos lleva a observar hasta el fondo un paisaje que est¨¢ lejos del sensacionalismo, para crear una experiencia que ilustre las fragilidades de la vida¡±, asegura el director Tim Sutton. As¨ª resume Dark Night, en la queafronta las recientes oleadas de tiroteos y ataques de lobos solitarios de EE UU. El punto de partida es emblem¨¢tico: la masacre que James Holmes provoc¨® en 2012 en Aurora, Colorado. Fue durante una proyecci¨®n de Batman, en un cine.
Babelia
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