Una pel¨ªcula sobre Enrico Berlinguer, el l¨ªder comunista de los setenta, despierta en Italia la nostalgia por la pol¨ªtica de otro tiempo
¡®La grande ambizione¡¯ relata los convulsos a?os que acabaron con el asesinato del democristiano Aldo Moro en 1978 desde el punto de vista del dirigente del PCI Enrico Berlinguer en una parte de la historia menos contada en el cine
Los convulsos a?os setenta italianos son un fil¨®n inagotable para el cine, pero, curiosamente, a la hora de relatar uno de sus puntos cruciales, el intento del llamado compromiso hist¨®rico entre el Partido Comunista (PCI) y la Democracia Cristiana (DC), una gran alianza entre adversarios en plena Guerra Fr¨ªa para introducir al PCI en las instituciones, hay una mitad de la historia que siempre se ha contado menos. En parte se debe a su fatal desenlace, la tragedia del secuestro y asesinato del l¨ªder democristiano Aldo Moro, a manos de la organizaci¨®n terrorista Brigadas Rojas, en 1978, que ha centrado en ¨¦l la atenci¨®n de pel¨ªculas y series. A¨²n est¨¢ rodeado de preguntas sobre la posible implicaci¨®n de los servicios secretos de varios pa¨ªses, y es un asunto que obsesiona a Italia, que sigue tratando de explic¨¢rselo. Sin embargo, el otro protagonista de la historia, el secretario general del PCI, Enrico Berlinguer, siendo como era un personaje carism¨¢tico y enormemente popular, apenas ha sido abordado. Hasta ahora, y est¨¢ siendo un ¨¦xito.
La grande ambizione, de Andrea Segre, estrenada en Italia el 31 de octubre (Filmin la estrenar¨¢ en Espa?a en 2025) recaud¨® m¨¢s de un mill¨®n de euros la primera semana, como tercera pel¨ªcula m¨¢s vista, y contin¨²a entre los primeros t¨ªtulos en taquilla. Llega cuando se cumplen 40 a?os de la muerte de Berlinguer, a los 62 a?os, por un ictus en directo, en pleno mitin en Padova, que conmocion¨® al pa¨ªs. Tambi¨¦n ha tenido una gran respuesta de p¨²blico una exposici¨®n sobre Berlinguer que ha pasado ya por Roma y Bolonia. La ultra Giorgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros, en las ant¨ªpodas del pol¨ªtico sardo, fue a verla.
Parte del impacto del filme, adem¨¢s de su calidad, la reconstrucci¨®n de los dilemas pol¨ªticos de la ¨¦poca y la interpretaci¨®n de Elio Germano como Berlinguer ¨Dpremio al mejor actor en el festival de Roma¨D, se debe a que funciona en dos direcciones: a los m¨¢s mayores se lo recuerda, y a los m¨¢s j¨®venes, se lo descubre. Y a ambos les cuenta una forma de hacer pol¨ªtica a a?os luz de la actual. En el filme se retrata, con un efecto nost¨¢lgico que al mismo tiempo resulta novedoso, otra forma de hablar, el respeto al adversario, la formaci¨®n intelectual, la pasi¨®n por los ideales y el compromiso de generaciones pasadas, la emoci¨®n de la gran pol¨ªtica. Una cuesti¨®n de estatura, algo a lo que hace referencia el t¨ªtulo, que viene de una frase de Antonio Gramsci, fundador del PCI: ¡°Normalmente, se ve la lucha de las peque?as ambiciones, ligadas a fines privados individuales, frente a la gran ambici¨®n, que es indisoluble del bien colectivo¡±.
¡°Ha habido un efecto Berlinguer¡±, admite en conversaci¨®n con EL PA?S Miguel Gotor, historiador y exsenador del Partido Democr¨¢tico (PD), que ha participado en el filme como asesor hist¨®rico. Tambi¨¦n ha sido asesor de cultura del Ayuntamiento de Roma hasta el mes pasado y constat¨® el ¡°¨¦xito inesperado¡± de la exposici¨®n sobre el dirigente, organizada en la capital italiana. ¡°La pel¨ªcula deb¨ªa hablar a quien estaba entonces, pero tambi¨¦n quer¨ªamos hablar a quien no lo conoci¨®, al presente. El ¨¦xito entre los j¨®venes, en mi opini¨®n, es porque hay un deseo de pol¨ªtica seria, con valores, con honestidad, se siente esta falta de puntos de referencia. Es un filme entre la nostalgia y la esperanza¡±, resume. Cuenta que tras el estreno acudi¨® con el director y el protagonista a un encuentro con estudiantes de la universidad de La Sapienza, de Roma, y se presentaron unos 600 j¨®venes. ¡°Tuvimos que hacerlo al aire libre, no cab¨ªamos en el aula¡±.
En el caso de Berlinguer, adem¨¢s de su car¨¢cter humilde, pero determinado, pesa el recuerdo de su aventura pol¨ªtica. El secretario general del PCI fue el art¨ªfice del llamado eurocomunismo, del alejamiento del partido de la ¨®rbita de la URSS y de la b¨²squeda de acuerdos con el resto de fuerzas pol¨ªticas. La idea del compromiso hist¨®rico surgi¨® tras el golpe de Estado de Chile en 1973, ante el temor de que algo similar pudiera suceder en Italia, que ten¨ªa el partido comunista m¨¢s grande de Occidente en plena Guerra Fr¨ªa y con un gran movimiento subterr¨¢neo de servicios secretos. Uno de cada tres italianos votaba al PCI y se esperaba el momento del sorpasso (de ah¨ª viene el uso de este t¨¦rmino que acab¨® llegando a Espa?a mucho m¨¢s tarde), el d¨ªa en que los comunistas superar¨ªan en votos a la DC. En realidad, solo ocurri¨® una vez ¨D33,3%, techo hist¨®rico del PCI¨D, precisamente en las elecciones europeas de 1984, celebradas d¨ªas despu¨¦s de la muerte de Berlinguer, dentro de la estela de conmoci¨®n que dej¨®. El acercamiento entre comunistas y democristianos, entre Berlinguer y Moro, fue muy mal visto tanto en Mosc¨² como en Washington, y ambas potencias hicieron de todo por evitarlo. De hecho, basta ver c¨®mo acab¨® Aldo Moro, una muerte a¨²n rodeada de misterios.
La pel¨ªcula supone m¨¢s bien un desaf¨ªo para la propia izquierda, pues desata entre su electorado la nostalgia de una ¨¦poca de ideales y batallas claras, y no solo entre los m¨¢s mayores. Seg¨²n su director, los espectadores se emocionan ante im¨¢genes, incluidas muchas secuencias reales de archivo, que ¡°son el espejo que hace ver c¨®mo eres y c¨®mo ya no eres¡±. Tambi¨¦n cree que emociona por un estilo que se ha perdido: ¡°Berlinguer estudiaba mucho, escrib¨ªa much¨ªsimo, hablaba con gran calma y precisi¨®n, miraba a los ojos, escuchaba, raramente usaba o gritaba lemas, incluso cuando estaba ante cientos de miles de personas. Esto le hizo muy amado por much¨ªsimos italianos, comunistas y no comunistas¡±.
La discusi¨®n pol¨ªtica tambi¨¦n se ha animado con el director de cine Nanni Moretti, habitual pepito grillo de la izquierda italiana, que present¨® el filme en su cine de Roma, el Nuovo Sacher, y lanz¨® una provocaci¨®n a Segre y Germano, all¨ª presentes: ¡°Yo creo que si hubierais tenido veinte a?os en 1973 habr¨ªais odiado el compromiso hist¨®rico¡±. Segre ten¨ªa ocho a?os cuando muri¨® Berlinguer, y Germano, cuatro. Lo dec¨ªa en el sentido de que parte de la izquierda consider¨® en su d¨ªa una traici¨®n a los ideales pactar con la derecha, con los democristianos.
La pel¨ªcula ha dado que hablar en el mundo pol¨ªtico sobre esas virtudes perdidas. Para el ¨²ltimo secretario general del PCI, Achille Ochetto, que en 1989 pilot¨® el abandono de las siglas hist¨®ricas y su transformaci¨®n en el Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS), que luego acab¨® siendo el actual PD), el impacto del filme se debe ¡°a que se siente la necesidad de volver a lo que Enrico llamaba pensamientos largos, entender la pol¨ªtica como una visi¨®n de pa¨ªs, Europa y mundo, que tenga en cuenta la exigencia de rescate de los trabajadores y la tutela de los m¨¢s d¨¦biles¡±.
Evidentemente, el contexto pol¨ªtico de Italia, con el primer Gobierno de ultraderecha desde guerra, tambi¨¦n ha influido. Han aumentado las manifestaciones neofascistas, con enfrentamientos con grupos de izquierda, y el pasado 9 de noviembre un incidente afect¨® de lleno a la pel¨ªcula. Una decena de adolescentes encapuchados irrumpi¨® en el cine Atlantic de Roma, donde se proyectaba el filme, e interrumpi¨® la proyecci¨®n con insultos y escupitajos. Gritaron ¡°?comunistas de mierda!¡± e insultaron a una mujer extranjera. Este pasado mi¨¦rcoles, el mismo cine organiz¨® una proyecci¨®n especial como respuesta, junto a la coordinadora antifascista del VII municipio y la asociaci¨®n nacional de partisanos, con la presencia de una de las hijas de Berlinguer, Bianca, conocida periodista televisiva, y el director del filme. ¡°A las prevaricaciones antidemocr¨¢ticas respondemos con la cultura¡±, anunci¨® el cine.
Babelia
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