N¨²ria Espert pone el alma de una madre al horror de la guerra
La actriz protagoniza 'Incendios', obra clave en el teatro del siglo XXI, en un montaje dirigido por Mario Gas para La Abad¨ªa
La inocente nariz roja de payaso que muestra el mercenario en la sala judicial desgarra a la mujer, ya algo anciana, testigo y v¨ªctima de sus horrores pasados en un pa¨ªs en guerra. Su grito es tan sobrecogedor que la sala, esta vez del teatro, enmudece de angustia. Es el lamento de una madre ante el m¨¢s terrible de los descubrimientos. Nuria Espert pone voz y alma a la tragedia de esa mujer que relata Incendios, una de las obras clave del teatro del siglo XXI escrita por Wajdi Mouawad, y que se estrena ma?ana por primera vez en castellano, en un montaje dirigido por Mario Gas para el Teatro de la Abad¨ªa, en Madrid. Una tragedia que se extender¨¢ a sus dos hijos gemelos cuando deban cumplir el ¨²ltimo deseo que les pide su madre en el testamento: buscar y entregar sendas cartas al padre y al hermano desconocidos. Nuria Espert est¨¢ acompa?ada por un reparto de siete actores (Laia Marull, Ram¨®n Barea, ?lex Garc¨ªa, Carlota Olcina, Alberto Iglesias, Edu Soto y Luc¨ªa Barrado) que dan vida a 23 personajes. A lo largo de tres intensas y emocionantes horas se compone un drama universal, se retrata el conflicto del ser humano frente a las religiones, las tierras y las razas.
¡°Hay verdades que no pueden revelarse a condici¨®n de que sean descubiertas¡±. La frase de Nawal Marwan, la mujer atrapada en su destino, la joven y la anciana, la feliz y la m¨¢s desgraciada, aquella que se esconde en un silencio de a?os antes de su muerte, ¡ª¡°el silencio siempre llega despu¨¦s de la verdad¡±, advierte¡ª marca el recorrido de esta obra que su director Mario Gas (Montevideo, 1947) califica de ¡°dif¨ªcil y hermosa, dram¨¢tica y po¨¦tica, que no huye ni del conflicto, ni del drama, ni de la emotividad¡±. ¡°No hay que restarle dramatismo pero s¨ª huir de la sensibler¨ªa. Hay emociones que incluyen el llanto, pero por encima de eso hay un horror tremendo que agarra a lo m¨¢s ¨ªntimo de las entra?as¡±, asegura el dramaturgo, que no vive como un desaf¨ªo el hecho de montar Incendios, tras el ¨¦xito abrumador de esta misma obra, dirigida por Mouawad, y que el propio Gas program¨® cuando estaba al frente del Teatro Espa?ol. ¡°Vivir es un reto. Hacer el teatro que te gusta y de la manera que te gusta y, sobre todo, en un pa¨ªs como el nuestro es un reto enorme. ?Pero quien dijo que la vida y el teatro fueran f¨¢ciles? Aquel espect¨¢culo enorme me conmovi¨® tambi¨¦n a m¨ª como espectador, pero si me ofrecen un texto tan brutal como este y me dan libertad para escoger a este magn¨ªfico reparto, siento una necesidad irrefrenable de abordarlo. Hubiera sido un cobarde si, por temor a lo que en la retina de alguna gente pudiera quedar de aquel montaje, me hubiera llevado a apartarme de la direcci¨®n¡±.
La felicidad y energ¨ªa que transmite Nuria Espert a sus 81 a?os es envidiable. La ¨²nica dificultad que encuentra esta actriz, premio Princesa de Asturias de las Artes, en Incendios es ¡°estar a la altura del texto¡±. ¡°No es un texto dif¨ªcil de comprender, es din¨¢mico, est¨¢ lograd¨ªsimo, es excitante, atrevido, po¨¦tico, bell¨ªsimo. En medio de la mayor dureza, la poes¨ªa encuentra su espacio. El autor es un gran pensador y ha tenido la sabidur¨ªa extraordinaria de convertir sus pensamientos, su filosof¨ªa, en teatro, en teatro para sentir, para pensar, sonre¨ªr, asombrarse, pero tambi¨¦n en teatro para reconocerse. Es una obra de suspense espiritual, las revelaciones de la madre traen dolor pero, al mismo tiempo, ayudan a respirar y dejar de sufrir. Desgraciadamente, no hay un texto m¨¢s actual que Incendios¡±, explica Nuria Espert, que en el escenario deja uno de los m¨¢s conmovedores testimonios de una mujer violada y humillada, que no ha perdido su dignidad.
Es un montaje en el que se suceden las escenas sin interrupci¨®n y de manera simult¨¢nea en los distintos tiempos, viaja del presente al pasado y m¨¢s all¨¢, en los tres espacios que componen la escenograf¨ªa, muy austera y con poqu¨ªsimos elementos pero muy definitivos. Una gran pared central, oscura, en la que se van reflejando im¨¢genes audiovisuales, una puerta, un par de tumbas escondidas, unas cajas y un suelo negro, junto a los otros dos escenarios de tierra. Todo evoca y se inspira en las guerras fratricidas del L¨ªbano, lugar de nacimiento del autor, pero el horror est¨¢ en todas partes. ¡°?Qui¨¦n no se reconoce en este texto?¡±, se pregunta Ram¨®n Barea. ¡°Yo vengo de la sociedad vasca y tengo a mi alrededor amigos que han estado en los dos lados, unos con guardaespaldas, otros en prisi¨®n. Este texto vuelve la mirada a la sociedad que tiene que afrontar su futuro, volviendo su mirada hacia lo que ha pasado y qu¨¦ huellas ha dejado, como la nuestra¡±, asegura el actor bilba¨ªno.
¡°Ahora que estamos juntos, todo va mejor¡±. Las palabras que sacan del silencio a esa madre herida resuenan y resonar¨¢n en los conflictos y guerras del mundo entero.
Las quemaduras de la infancia
¡°La infancia es un cuchillo clavado en la garganta. No se lo arranca uno f¨¢cilmente. Solamente las palabras tienen el poder de arrancarlo y calmar as¨ª la quemadura¡±. Son palabras de Wajdi Mouawad, aquel ni?o de ocho a?os que, desde lo alto de un edificio, vio como un autob¨²s repleto de refugiados palestinos era acribillado por las milicias cristianas, en su Beirut natal. Tras un primer exilio en Par¨ªs, desembarc¨® en Canad¨¢, antes de regresar a Europa convertido en dramaturgo de ¨¦xito y uno de los autores m¨¢s impactantes de la escena mundial. Hoy tiene 48 a?os.
Incendios (2003), que forma parte de una trilog¨ªa junto a Littoral y F?rets, est¨¢ considerada ya una obra clave del siglo XXI. En junio de 2008, siendo director del Espa?ol Mario Gas, esta tragedia contempor¨¢nea llena de evocaciones cl¨¢sicas, dirigida por el propio Mouawad, se represent¨® en ese espacio, con un elenco de nueve actores. Fue tal el impacto que provoc¨® el montaje que, dos a?os m¨¢s tarde, Gas la volvi¨® a programar en las Naves del Matadero (Madrid).
Obra representada en los teatros del mundo entero, se puso en escena en catal¨¢n en 2012 a las ¨®rdenes de Oriol Broggi, con siete actores frente a los 24 de una versi¨®n que se hizo en Estrasburgo. El montaje que se estrena el pr¨®ximo jueves en La Abad¨ªa, de Madrid, es el primero que se realiza en castellano y se hace con ocho int¨¦rpretes.
Incendios fue llevada al cine en 2010 por el canadiense Denis Villeneuve y obtuvo un enorme ¨¦xito en premios y cr¨ªtica.
Babelia
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