Los universos de Patti Smith y Nico convergen por fin

Dejando a un lado su colaboraci¨®n con Velvet Underground -una imposici¨®n de Andy Warhol al grupo, que desde el principio cont¨® con el rechazo de Lou Reed-, el legado musical de Nico ha tardado d¨¦cadas en ser valorado. Su imagen de yonqui acab¨® devorando cualquier m¨¦rito art¨ªstico cultivado en solitario. Sin embargo entre 1968 y 1970 grab¨® The Marble Index y Desertshore, hoy obras capitales para m¨²sicos como Antony, Bj?rk, Patrick Wolf, Soap & Skin o Agnes Obel. Conten¨ªan m¨²sica de ra¨ªz europea y ajena al rock, creada por una mujer que ti?¨® su pelo de negro para que dejaran de destacar su belleza y de asociarla al chic urbano de Warhol. La llegada del punk propici¨® que su figura fuese reivindicada por una generaci¨®n de mujeres que impusieron un lenguaje musical propio. Una de ellas, quiz¨¢ la que lo hizo de manera m¨¢s obvia, fue Siouxsie.

En el caso de Patti Smith, que anticip¨® esa misma generaci¨®n, la vinculaci¨®n con Nico ha sido m¨¢s velada. Ambas frecuentaron el mismo Nueva York de finales de los a?os sesenta y principios de los setenta, cuando estar en la parte trasera del club Max¡¯s Kansas City significaba estar entre los elegidos de la vida art¨ªstica de la ciudad. En 1968, Jim Morrison anim¨® a Nico a que escribiera letras con im¨¢genes que recordara de sus sue?os. El cazatalentos Danny Fields, su amigo, consigui¨® que grabase un disco para el sello Elektra que dejar¨ªa congelados a quienes escucharon aquella m¨²sica, presidida por el sonido mortuorio de un armonio. Por su parte, Patti Smith, entonces unida a Robert Mapplethorpe, buscaba una voz art¨ªstica que llegar¨ªa primero en forma de poemas y despu¨¦s de rock & roll. En su devocionario creativo proliferaban nombres femeninos que aflorar¨ªan en su obra po¨¦tica: Anna Karina, Jeanne Moreau, Edie Sedgwick, Jeanne H¨¦buterne, Anita Pallenberg... Su inter¨¦s en Frida Kahlo, Billie Holiday o la propia Nico tardar¨ªa m¨¢s en verse reflejado.

Killer Road, disco del grupo neoyorquino Soundwalk Collective, donde Smith ejerce como vocalista invitada, materializa su inter¨¦s por la cr¨ªptica Nico, algo que en cierta manera resultaba inevitable aunque rara vez fuera tangible. Su recitado convierte algunas de sus letras en poemas y da vida a versos in¨¦ditos de la cantante, cubriendo entre susurros un manto electr¨®nico, elaborado en algunos casos a partir de samplers de su armonio y de los grillos de Ibiza. Asegura Stephan Crasneanscki, l¨ªder de Soundwalk Collective, que eso es lo que Nico se detuvo a escuchar el torrido mediod¨ªa ibicenco de julio de 1988, cuando sufri¨® en medio del campo el ataque cardiaco que acabar¨ªa con su vida. Jesse Smith, hija de Patti y de Fred ¡°Sonic¡± Smith, tambi¨¦n presente en Killer Road, explicaba a la revista brit¨¢nica Mojo que sus padres sol¨ªan ponerle los discos de Nico cuando era ni?a.

El ¨²nico encuentro entre ambas artistas documentado hasta ahora ocurri¨® en Par¨ªs, en 1978. Alguien le hab¨ªa robado el armonio a Nico, y Patti Smith lo sac¨® de la tienda de empe?os en la que hab¨ªa acabado. Michel Esteban, empresario franc¨¦s enamorado del underground neoyorquino, fotografi¨® el encuentro. Richard Witts, autor de la reveladora biograf¨ªa Nico, recog¨ªa las impresiones al respecto de la protagonista, un personaje que parec¨ªa provenir de un mundo paralelo al nuestro. En aquella declaraci¨®n, asociaba err¨®neamente el ¨¢lbum Horses al caballo, y describ¨ªa de este modo a su benefactora: ¡°Al pasar de escribir a cantar [Patti Smith] se convirti¨® en la versi¨®n femenina de Leonard Cohen; y a m¨ª me ca¨ªa bien porque era delgada pero fuerte [¡­] Volv¨ª a tropezarme con ella en Par¨ªs y all¨ª empec¨¦ a conocerla mejor. Sent¨ªa como si fuera mi hermana porque adem¨¢s era como la doble de Philippe Garrel -el realizador de cine con el que Nico ten¨ªa entonces una relaci¨®n sentimental y art¨ªstica- y me gustaba estar con ella¡±. Con Killer Road, ambas est¨¢n unidas al fin a trav¨¦s del arte.