Todas las mujeres de Renoir
La Fundaci¨®n Mapfre expone en Barcelona 40 obras del pintor franc¨¦s, provenientes de los museos de Orsay y de la Orangerie, donde la mujer es protagonista absoluta
Existen muchas formas de acercarse al pintor franc¨¦s Pierre-Auguste Renoir (Limoges, 1841; Cagnes-sur-Mer, 1919), uno de los grandes artistas de todos los tiempos. Una es a partir de las obras en que pint¨® a la mujer en sus m¨²ltiples facetas, de las parisinas modernas que se vest¨ªan a la ¨²ltima y frecuentaban los lugares de moda, como el Moulin de la Galette, a aquellas a las que, sobre todo en su ¨²ltima etapa, representaba desnudas en buc¨®licos paisajes en los que de forma sensual parecen disfrutar plenamente de la vida. Tambi¨¦n son mujeres las que aparecen en escenas ¨ªntimas y cotidianas, donde una madre, normalmente, su mujer Aline, amamanta a un ni?o, su hijo Pierre y en m¨²ltiples escenas de aseo en las que el ritual de la limpieza se reviste de seducci¨®n. Quiz¨¢ por ello Renoir est¨¢ considerado el pintor de la mujer (y de la carne), tras crear modelos completamente atribuibles a su pincel y reconocibles.
Este acercamiento es lo que propone hasta el 8 de enero la Fundaci¨®n Mapfre, que inaugurar la temporada de su sede en Barcelona con Renoir entre mujeres. Del ideal moderno al ideal cl¨¢sico, una exposici¨®n que despliega 40 obras del artista de las 70 que suman los museos parisinos de Orsay y de la Orangerie. Pero Renoir no se encuentra solo en este viaje a Barcelona: le acompa?an otros 30 lienzos realizados por autores coet¨¢neos de la talla de Van Gogh, C¨¦zanne, Deg¨¤s o Picasso, junto a trabajos de los catalanes Ramon Casas, Santiago Rusi?ol o Carles Casagemas, que pintaron los mismos escenarios de Montmartre que Renoir. Por la calidad de las piezas exhibidas, la antol¨®gica, comisariada por Paul Perrin, conservador de pintura del Museo de Orsay, est¨¢ llamada a ser una de las grandes citas art¨ªsticas de este oto?o.
Amigas, amantes, esposa, modelos profesionales, muchachas de la calle, actrices, grandes burguesas... Las mujeres inspiraron siempre a Renoir como objeto de seducci¨®n y viva encarnaci¨®n del arte, como queda patente en los diez ¨¢mbitos de la exposici¨®n que podr¨¢ verse a partir de ma?ana s¨¢bado.
El ¡®Moulin de la Galette¡¯, vuelve a Barcelona
Una de las obras m¨¢s ic¨®nicas y reproducidas de Renoir es Bal du Moulin de la Galette(1876) una pintura que, pese a que solo ha salido en cinco ocasiones de Par¨ªs ¡ªa Nueva York, Sant Petersburg y Tokio¡ª es la segunda vez que recala en Barcelona. La primera fue en el a?o 1917 cuando un grupo de artistas franc¨®filos, con Ram¨®n Casas y Santiago Rusi?ol a la cabeza, quisieron solidarizarse con la capital francesa y sus creadores inmersos en los efectos de la Primera Guerra Mundial que hab¨ªan impedido celebrar los grandes salones que animaban la vida cultural francesa. Para ello organizaron una muestra con nada menos que 1.500 obras de autores como Bonnard, Matisse, Degas, Rodin, Renoir, Manet, Sisley, Seurat o Toulouse-Lautrec, entre otros.
"El portentoso Moulin de la Galette no puede contemplarse sin sentir escalofr¨ªos de un deleite casi angustioso", escribi¨® entonces Jos¨¦ Franc¨¦s en el diario La Esfera de esta obra llena de ritmo donde el pintor emple¨® una estructura a base de tri¨¢ngulos y estableci¨® cuatro planos desde la pareja protagonista hasta los chiringuitos del final y donde parece que pasen mil cosas. Fueron pocas las obras que se adquirieron en esta muestra. El Ayuntamiento de Barcelona compr¨®, por 14.864, una obra de Sisley, El recodo del Loing, que hoy est¨¢ en el MNAC. La exposici¨®n actual es, seg¨²n Pablo Jim¨¦nez, director de Cultura de la Fundaci¨®n Mapfre, "un homenaje a aquella historia de solidaridad en momentos dif¨ªciles".
Seg¨²n Perrin, ser¨¢ en 1880 a partir de un viaje a Italia cuando Renoir comienza a abandonar los retratos de la parisina moderna para centrarse en los desnudos femeninos, ¡°reflejo de la admiraci¨®n que siente por la obra de Ingres, Rafael o el Veron¨¦s, en una especia de retorno al clasicismo¡±.
Renoir sufri¨® una crisis personal en 1880 ¡ªquiz¨¢ la de los cuarenta¡ª explic¨® el comisario de la muestra Perrin: ¡°En ese momento descubri¨® que el impresionismo no era un fin en s¨ª mismo y puso su mirada en los grandes de la historia del arte. Viaj¨® a Roma y se inspir¨® en Rafael por lo que su obra dio un giro entre el impresionismo, el dibujo acad¨¦mico y los maestros del siglo XVIII¡±, seg¨²n el experto. De esta ¨¦poca es Mujer desnuda en un paisaje, donde se aprecia la superaci¨®n de la t¨¦cnica impresionista y un mayor control del dibujo. El abandono del impresionismo ¡ªque ocupa solo 10 a?os de los 50 en que Renoir estuvo activo¡ª queda patente en una de las obras que cierra la exposici¨®n como es Las ba?istas (1918-1919), su ¨²ltima gran obra, que se aleja de los planteamientos cl¨¢sicos de autores como Julius Leblanc, situado justo enfrente, pero cercano a la modernidad de artistas revolucionarios como Picasso que cierra la exposici¨®n con dos impresionantes desnudos, Grand nu ¨¤ la Draperie del museo Orsey y Femme dans un fauteuil rouge de una colecci¨®n privada suiza, que son las guindas de esta exposici¨®n necesaria que pude verse a partir de ma?ana.
Las mujeres de Renoir son, de todas formas, castas e inocentes, algo que ha llevado a muchos a criticarlo por mis¨®gino. ¡°Su obra parece que encarne una visi¨®n muy conservadora, incluso reaccionaria de las mujeres, por eso lo han calificado de mis¨®gino¡±, explic¨® el comisario que asegura que entre los objetivos de la exposici¨®n es ¡°superar esta visi¨®n, intentado situarnos en la ¨¦poca de Renoir y ver cu¨¢l es la condici¨®n femenina de entonces¡±. Es por eso, prosigue Perrin que en el siglo XIX la obra de Renoir era considerada la de un feminista porque reflejaba a mujeres modernas, que leen, que bailan, que disfrutan de la vida, mientras que Deg¨¤s si que era considerado un mis¨®gino porque sus mujeres no respond¨ªan a los c¨¢nones de belleza del momento¡±. Con el paso del tiempo la percepci¨®n se ha cambiado y ¡°Deg¨¤s es el feminista porque muestra la realidad de las mujeres mientras que Renoir es un reaccionario porque es m¨¢s conservador¡±. Para el conservador la exposici¨®n es una nueva mirada sobre estas obras que todos conocemos. ¡°Se trata de contar una historia, no s¨®lo la de las obras maestras, sino de estudiar la relaci¨®n entre Renoir y la mujer y c¨®mo cre¨® el ideal de mujer moderna y luego evolucion¨® hacia una concepci¨®n m¨¢s cl¨¢sica¡±, algo que solo es posible cuando estas obras salen de su museo habitual en el que las obras, explic¨®, ocupan siempre un lugar sin posibles di¨¢logos.
Con todo la exposici¨®n que se inaugura en Mapfre no ser¨¢ la ¨²nica vez en este a?o que mostrar¨¢ obra de Renoir. A mediados del mes que viene el Museo Thyssen de Madrid presentar¨¢ una nueva lectura de su obra. Esta vez el tema ser¨¢ la intimidad y lo har¨¢ a partir de 87 obras procedentes de colecciones p¨²blicas y privadas de todo el mundo. ¡°Hay Renoir para todos¡±, explic¨® Pablo Jim¨¦nez, director de Cultura de la Fundaci¨®n Mapfre. De hecho, el museo Orsey no es quien m¨¢s renoirs tiene. La Barnes Foundation Philadelphia tiene 180 obras, cien m¨¢s que el museo franc¨¦s.
Muchas de las obras que se pueden ver en Barcelona se han expuesto hasta hace poco en Jap¨®n. ¡°Algunas incluso no se han desembalado¡±, explic¨® Jim¨¦nez. El coste total de la muestra es de 600.000 euros.
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