Autoayuda de teletienda

En estos d¨ªas es posible que se hayan topado con el cartel de El futuro ya no es lo que era, y que los ojos se les hayan salido de sus cuencas. La ausencia de gusto y de talento, de autocr¨ªtica y de sentido de la composici¨®n, se hacen carne en un sello promocional en el que colores e im¨¢genes se matan unos a otros en una batalla por ver qu¨¦ elemento resulta m¨¢s repulsivo a una mirada, no ya formada, sino de puro sentido com¨²n. Pues la pel¨ªcula es igual: un marem¨¢gnum de ideas y g¨¦neros, de reflexiones y de gags, que m¨¢s parecen tirados al vuelo que estructurados. Pedro Barbero, 15 a?os sin hacer cine, desde la infame, aunque mejor que ¨¦sta, Tuno negro, puede haber compuesto uno de los proyectos m¨¢s terribles del cine espa?ol de los ¨²ltimos a?os.

Presunta comedia que arranca demostrando lo distinto que es un mon¨®logo teatral del club de la comedia y contar un mal chiste a c¨¢mara, la pel¨ªcula se va deslizando poco a poco desde el sainete costumbrista con toques new age hasta un melodrama de autoayuda en el que todo cabe: desde una defensa de la tolerancia con la sexualidad, que intenta hacer olvidar "el chiste de maricones" de media hora antes, hasta un mensaje de teletienda sobre el sentido de la vida. As¨ª, en abstracto, y en pedante.

De puesta en escena pedestre, y adem¨¢s pretenciosa, demostrando que la pel¨ªcula puede hacer posible lo imposible, El futuro ya no es lo que era es una de esas producciones con las que solo cabe una pregunta: c¨®mo ha podido ir pasando cribas, y sumando adhesiones profesionales, independientemente del dinero, hasta culminar en el d¨ªa de hoy con su estreno en las pantallas de cine. Eso s¨ª, un respeto para Carmen Maura, capaz de otorgar dignidad a todas sus l¨ªneas de texto. Y eso no es meritorio, es imponente. Cuando oigan el chiste del c¨¢ncer de ovarios, quiz¨¢ lo confirmen.